The balance of processing power. An American ban hits China's supercomputer industry. It may not knock it out
The Economist [2019], "The balance of processing power. An American ban hits China's supercomputer industry. It may not knock it out", The Economist, London, 29 de junio, https://www.economist.com/business/2019/06/29/an-american-ban-hits-china...
The Economist analiza las consecuencias de las medidas de la administración Trump contra China, en los terrenos del desarrollo tecnológico y de la manufactura de supercomputadoras.
China ha mostrado una gran capacidad para escalar posiciones en la jerarquía mundial de esta actividad (ver datos cruciales). En 2015 se estableció la prohibición para que Intel vendiera sus circuitos a entidades chinas, con el argumento de que podrían servir para fabricar máquinas capaces de simular explosiones nucleares, pero esa medida no frenó el desarrollo de las supercomputadoras hechas en China. Las nuevas medidas del Departamento de comercio de Estados Unidos dictadas en junio de 2019 añadieron a la lista negra cinco entidades chinas de supercomputación, entre ellas un instituto ligado al ejército chino y los fabricantes Sugon y Hygon. Esta última firma es una empresa conjunta con la estadounidense AMD, cuyo saber-hacer ha permitido a la empresa china replicar circuitos y componentes esenciales para las supercomputadoras. Las nuevas restricciones comerciales prohiben la transferencia de tecnología y afectan también las relaciones con la fundidora GlobalFounderies dejando a Hygon, y al conjunto de fabricantes chinos, ante el escenario de desarrollar sus propias tecnologías.
Se considera que las amenazas de la administración Trump son parte de las negociaciones en curso con China. Debido a la importancia del mercado chino, se espera que las empresas estadounidenses encuentren maneras de saltar por encima de las regulaciones comerciales y seguir comerciando con sus pares chinas.
En 2000, China tenía dos supercomputadoras entre las 500 más veloces del mundo, en 2010 la máquina Tianhe-1 ocupó el primer lugar en esa clasificación, aunque estaba basada en circuitos fabricados por Intel. Tras la prohibición a Intel, China logró construir la máquina Sunway TaihuLight con circuitos fabricados en China, misma que se situó en el primer lugar en 2016 y 2017.
El supercómputo ha sido un terreno central de la disputa por el liderazgo económico mundial. Como señala The Economist, la cuestión fundamental reside en quién controla la pieza fundamental de las computadoras: el cerebro o unidad central de proceso. Lo relevante de los años recientes es que los fabricantes chinos han logrado imitar los desempeños de los productos estadounidenses, poniendo en entredicho su liderazgo mundial. Si China logra desarrollar circuitos de vanguardia y capacidades de fundición, dará un paso significativo para desplazar a Estados Unidos como líder.