¿Puede Trump ordenar a las empresas de su país que salgan de China?
Bradsher, Keith y Alan Rappeport [2019], "¿Puede Trump ordenar a las empresas de su país que salgan de China?", The New York Times, New York, 26 de agosto, https://www.nytimes.com/es/2019/08/24/espanol/opinion/recesion-economia....
Keith Bradsher es reportero especializado en temas de Economía, jefe de la oficina del New York Times.
Alan Rappeport es reportero especialista en economía y política del New York Times
La última semana de agosto, Donald Trump, presidente de Estados Unidos ordenó la salida de las empresas de estadounidenses de China. En un tuit señaló que tiene la capacidad para exigir el cumplimiento de esta orden. Aun cuando Trump se ampare en la ley de seguridad nacional para justificar su supuesta capacidad, la pregunta real es si factible para Estados Unidos romper relaciones con China. A corto plazo esto no es posible ya que las empresas estadounidenses están profundamente interconectadas a la economía China. Por otra parte, en el largo plazo el proceso ya está sucediendo, los aranceles y las tensiones crecientes hacen a las empresas repensar si continuar en China; la conveniencia y el creciente mercado de consumidores dificulta a muchas empresas abandonar el país.
Expertos en comercio y derecho internacional están revisando la Ley de Facultades Económicas para Casos de Emergencia Internacional de 1977, citada por Trump en Twitter. Los especialistas concluyeron que probablemente Trump si tenga la facultad de sancionar a las empresas que siguen negociando en China, pero exigir la salida de las empresas posiblemente rebasa lo planeado por la ley. En caso de aplicarse la ley, el Congreso de Estados Unidos sería la última instancia que podría ponerle fin juntando 2/3 de votos tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, inclusive la ley podría reescribirse.
Lo que Trump no toma en cuenta es que China es un país esencial para el comercio global, las fábricas chinas se dedican a producir a iPhones, iPads, consolas, imanes para la industria, plástico, etc. La producción china mantiene el comercio en movimiento: la alta eficiencia de la producción en China, el gran volumen de la mano de obra, el gran porcentaje de productos manufacturados en el país, la existencia de una clase media consumidora que se encuentra en aumento y la presencia de un incremento en el volumen del consumo de alimentos, muchos de los cuales provienen de Estados Unidos.
Las amenazas de Trump alarman a los líderes empresariales de Estados Unidos. No todas las empresas que han cambiado sus operaciones en China son estadounidenses, algunas se han mudado para evitar los aranceles, los costos de producción y la limitación de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, las relaciones entre China y Estados Unidos algún día pueden mejorar, posiblemente después de la administración Trump. Cuando esto pase las empresas que dejaron China se encontrarán en desventaja competitiva.
Aun cuando Trump dice que regresarán los empleos de la industria manufacturera esto es poco probable debido a las bajas tasas de desempleo (que dificultan que las empresas encuentren nuevos trabajadores) y la resistencia a condiciones de trabajo infrahumanas. Estados Unidos tampoco tiene la capacidad para competir con las fábricas chinas de pequeñas piezas.
1. China es el lugar más eficiente para la producción de algunos productos, ya que cuenta con una red de pequeñas fábricas que proveen a fábricas más grandes y mano de obra de cientos de millones de personas capacitadas para ensamblar.
2. China fabrica aproximadamente el 25% de los bienes manufacturados del mundo.
3. La economía de China es la más grande del mundo, sólo después de la economía de Estados Unidos.
4. Las bajas tasas de desempleo de Estados Unidos han dificultado a las empresas que encuentren obreros en Estados Unidos.
5. Los trabajadores chinos aceptan turnos nocturnos, esto mantiene las fábricas en funcionamiento 24 horas. Algunos trabajadores viven en dormitorios en fábricas chinas.
Las presiones políticas y económicas de Trump olvidan la importancia económica, industrial y financiera que tiene China en el momento del capitalismo actual. China no es un país pequeño o dependiente a Estados Unidos, sino que cuenta con una economía diversificada y con múltiples socios comerciales, se ha transformado en el taller del mundo y algunas de las condiciones productivas que encontramos en China sería difícil es encontrarlas en cualquier otra parte del mundo. La política de Trump, basada en el retorno del trabajo obrero y de ensamblaje a Estados Unidos es anacrónica con las necesidades actuales y probablemente tenga como conclusión daños irreparables para el sistema económico.