The future. America and China must manage their rivalry or risk disaster. Building trust will be at the center of that process
The Economist [2019], "The future. America and China must manage their rivalry or risk disaster. Building trust will be at the centre of that process", The Economist, London, 18 de mayo, https://www.economist.com/special-report/2019/05/18/america-and-china-mu...
Una nueva guerra fría entre Estados Unidos y China podría ser perjudicial para ambas naciones. Las dos potencias tienen que reconstruir los términos de esta rivalidad sobre bases de confianza para que la relación sea segura y constructiva para el mundo.
La clave para construir confianza y un vínculo más estrecho podría estar en las capacidades de ambas potencias para construir bienes públicos globales, como políticas para combatir el calentamiento global o nuevos proyectos productivos que generen empleos. Una relación basada en la confianza podría originarse en la medida en que ambas potencias construyan acuerdos en torno a proyectos tangibles de este tipo.
La política norteamericana debe ser más pragmática y darle más importancia a la conducta de China que a la naturaleza de su régimen político. Si la potencia occidental concibiera la región sin aliados estratégicos se incrementaría el riesgo de una disputa militar y mandaría el mensaje de que Estados Unidos no respeta sus compromisos.
China es una potencia muy particular. El gigante asiático por sus inversiones, tecnología y mercados, genera la atracción de otros países a los que transforma en clientes pero no en aliados verdaderos. Los principales obstáculos para construir confianza entre ambas potencias son: el mantenimiento de ésta visión egoísta del mundo por parte de China, que aunque le ha ayudado a crecer, podría llevar a una división del mundo en dos campos, uno liderado por el gigante asiático y otro por Estados Unidos; el agresivo nacionalismo de China en sus mares del sur que aumenta el riesgo de un choque militar accidental; y la construcción de un estado policial racista en la provincia de Xinjiang que podría ser exportado a otros lugares.
Si quiere competir con China, Estados Unidos tiene que reconstruir viejas alianzas, invertir en su futuro, desacreditando la supuesta decadencia estadounidense que proclaman los expertos chinos y que parece confirmada por la crisis de legitimidad de sus líderes; asimismo, debe recordar que otras naciones occidentales no quieren escoger entre China y Estados Unidos.
El mundo no ha visto una rivalidad ideológica similar entre socios comerciales de este tamaño. Ya que no existen reglas para una disputa de este tipo, encontrar los acuerdos que conduzcan esta rivalidad de forma constructiva y pacífica, con todas las dificultades que implica, será fundamental para garantizar la prosperidad y seguridad en el siglo que comienza.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos ha creado un escenario geopolítico volátil donde la inexistencia de objetivos claros de cooperación entre las dos potencias representa un peligro para el escenario mundial que puede escalar a consecuencias mayores. Esta situación va ocasionando un nuevo reordenamiento del mundo que podría ocasionar una nueva guerra fría con consecuencias nefastas para el sistema capitalista en su conjunto.