Climate Wars
Dyer, Gwynne [2008], Climate Wars, Toronto, Penguin Random House, 289 pp.
El escenario prospectivo para el año de 2045 es sombrío, con una temperatura global mayor en 2.8 grados a la vivida en 1990, sin contemplar el total desarrollo de factores como el derretimiento del permafrost y la falla de los sumideros de carbono. Dicho escenario contempla que los gobiernos alrededor del mundo no aprovecharon el lapso de 20 años para lograr reducir los gases de efecto invernadero en 80% del total mundial, mientras las preocupaciones no sólo engloban las distintas reacciones climáticas como grandes huracanes y temblores, sino también las grandes hambrunas y guerras nucleares.
El comercio de alimentos terminó debido a la escasez mundial, tan sólo Canadá, Rusia y el norte de Europa continúan teniendo suministro adecuado para sus poblaciones debido a que las lluvias se han mantenido en estas latitudes, a diferencia de países más cercanos al Ecuador, incluso Estados Unidos padecerá las sequías que provocarán que los ríos de California queden secos durante el verano. El sur y el norte del Mediterráneo será un gran desierto incapaz de suministrar alimento. La ausencia de monzones al noroeste de China dejará de alimentar el norte de este país, y los ríos del sureste sufrirán el mismo destino que California.
La proliferación de hambrunas traerá consigo disputas, ya que las víctimas, a diferencia de las de 2019, serán países enteros con tecnología y armamento nuclear. Por lo que los países del Norte tendrán que lidiar con hordas de refugiados y vecinos que amenazarán tales regiones en busca de alimentos, lo que provocará que el mantenimiento de la razón como freno para evitar conflictos bélicos se difumine por la necesidad de evitar hambrunas y predominará la lógica militar de actuar en momentos de emergencia.
En Reino Unido el cambio climático se habrá tomado en serio al nivel oficial desde tiempo atrás, y la armada británica podrá discutir cualquier escenario que deseen, el Strategic Trends Programme 2007-2036, el cual es un documento sofisticado será la fuente de la política defensiva británica. En él se señala que a partir de 2036 será muy complicado para la mayoría de la población desprenderse del mundo construido mediante la interconexión, y será motivo de sospecha quien lo intente.
Según dicho documento, que data de 2006, los escenarios más conflictivos serán el norte de África, Asia central y Asia suroccidental. Caracterizados por escasez de pescado que provocará un alza en los precios, 10 millones de refugiados y disputas en la frontera entre China e India por el río Brahmaputra. Sin embargo, este análisis carece de cifras más recientes al tomar como referencia el reporte del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático del 2001, y no el del año 2007. Incluso la Armada estadounidense tampoco cuenta con un documento actualizado que describa las implicaciones del cambio climático debido a que el presidente Bush desde su llegada hasta finales de 2006 negó la existencia del mismo.
Fue hasta marzo de 2007 que esta tarea comenzó, con una conferencia de dos días organizada por la academia militar estadounidense. Y un mes después otro documento que había sido trabajado dos años atrás pero que nadie había tenido la confianza de adjudicarse, tuvo que ser enviado por el Pentágono a la Corporación CNA. Ello dio como fruto el reporte National Security and Climate Change fechado en abril de 2007, el cual no ofrece un escenario completo a futuro, si no una lista de eventos cronológicamente desvinculados que ocurrirán en cada región en caso de continuar en el mismo camino. Su objetivo es persuadir a la audiencia militar de lo que está ocurriendo, debido a que son generales estadounidenses retirados de gran prestigio, quienes participaron dando su testimonio. Entre ellos, el general Gordon Sullivan, afirma que nunca tenemos 100% de certeza, y si en el campo de batalla lo sigues esperando, algo malo va a suceder.
La profesión militar encuentra su sentido de existencia en un mundo complejo y en constante cambio, donde el amor universal no ha sido totalmente integrado como un principio universal, por lo que la proliferación de estudios por parte del sector militar halla su razón de ser en el descubrimiento de cómo será el futuro política y estratégicamente para conocer cuál será el papel del aparato militar en el mundo.
El estudio más leído en el tema es el publicado por el Center for strategic and international studies (CSIS, por sus siglas en inglés) en conjunto con el Center for a new American security (CNAS, por sus siglas en inglés) que lleva por nombre, The Age of Consequences: The Foreign Policy and National Security Implications of Global Climate Change, publicado en noviembre de 2007. Siendo relevante que a pesar de ser instituciones fundadas en distintas épocas, ambas son supervisadas por personas que han estado en el centro de la política estratégica estadounidense. Y sobre todo, que los directores del CNAS, así como los autores de The Age of Consequences, han sido ex altos funcionarios de seguridad de la administración Clinton de 1993 a 2000, entre los que cabe mencionar a John Podesta, Leon Fuerth, y James Woolsey.
El autor retoma los 3 escenarios a futuro de The Age of Consequences elaborados por Podesta, Fuerth y Woolsey basados en la información del reporte del IPCC de 2007 elaborado por Jay Gulledge: el escenario poco pesimista para 2040 escrito por John Podesta, contempla la continuación de un rápido crecimiento económico en las potencias emergentes como China e India, un rango medio en la estimación del crecimiento demográfico, un avance en el desarrollo de energías renovables y un mejor uso de las energías fósiles. De los seis escenarios esbozados, el A1B, es el más recatado pero a pesar de eso sigue evidenciando una fuerte dependencia de las energías fósiles. Además, la proliferación de tormentas generarán inundaciones causando millones de refugiados en el Sur, Sudeste y Este de Asia.
Otros éxodos de refugiados se producirán en otras partes del mundo, granjeros tendrán que dejar sus tierras debido a las sequías; las fronteras de Estados Unidos y de Europa se verán en peligro, por las olas de refugiados provenientes de América central y Caribe por un lado, y del Norte de África por el otro. La costa Este de Estados Unidos padecerá la llegada de fuertes huracanes como Katrina, y las pequeñas islas en el Océano de India y el Pacífico tendrán que ser abandonadas, aunque el escenario muestra un panorama adverso, no contempla otras variables que son parte de la transformación en las condiciones climáticas, y que podrían acelerar el calentamiento global así como las reacciones que tiene el medio ambiente ante este proceso, como la actividad de tormentas tropicales.
El segundo escenario escrito por Leon Fuerth lleva por nombre "2040 Severe Climate Change", si contempla las reacciones climáticas provocadas por el cambio, y señala que como resultado los impactos serán el doble de lo proyectado por el escenario A1B, por ejemplo, creando inundaciones en los puertos alrededor del mundo, que impactarán incluso a los países más ricos y provocando el mismo fenómeno de refugiados que el anterior escenario, aunado a que el inevitable derretimiento de los polos provocará que en los siguientes siglos el nivel global del agua aumente en 4 o 6 metros.
La agricultura en la zonas tropicales se acabará, debido a la dificultad para irrigar agua y a la salinización del suelo, provocada por la evaporación acelerada de los campos de riego. La desertificación se expandirá en las zonas próximas al Ecuador y los lugares para la pesca llegarán a su límite antes de 2040, debido a la acidificación del agua, la pérdida de los corales y la sobreexplotación de la misma. Como señala León Fuerth, cuando el medio ambiente se deteriore a puntos críticos, los sistemas naturales adaptados a él se desplomarán.
Incluso Fuerth hace el análisis región por región, en Estados Unidos llegará el ocaso del Valle central en California por la falla en el ciclo producido en la Montañas Rocallosas y en Sierra Nevada, al Este del Mississippi las lluvias se acabarán y la reserva acuífera de Ogallala se agotará al ser la única fuente de agua. México, América central y el Caribe, serán regiones donde imperen las sequías. Lo que provocará éxodos hacia el Norte. En Canadá las disputas con su vecino se intensificarán por la pesca y la navegación en la zona de los grandes lagos.
América Latina enfrentará el caos provocado por carteles de la droga, proliferarán gobiernos socialistas, y la incapacidad estadounidense de resolver la situación llevará a una cuarentena de toda la región. Los países del Norte de África colapsarán por las sequías y el crecimiento demográfico, Marruecos verá inutilizada su infraestructura hidroeléctrica, el manto acuífero de Nubia será consumido en 50 años y el río Nilo será motivo de disputa entre Egipto, Sudán y Etiopía. África Subsahariana padecerá sequías y estados fallidos.
En Asia sudoccidental el crecimiento demográfico y la falta de agua provocará problemas en todas partes, el caudal de los ríos Tigris y Eufrates será motivo se disputa y la desalinización del agua marina con energía nuclear llevará a la proliferación de este armamento. Los ríos asiáticos que nacen en la punta del Himalaya sufrirán inundaciones, por el derretimiento de hielo proveniente de las montañas y después se secarán, lo que intensificará la disputa entre India y Pakistán.
En China la reducción de sus ríos no sólo afectará la producción agrícola, sino a la presa hidroeléctrica de las tres gargantas, además las tormentas en las costas causarán estragos en centros urbanos y el gobierno direccionará la molestia de la población hacia Japón, Taiwán o Estados Unidos. En Europa los regímenes autoritarios serán mayoría, Rusia estimulará el nacionalismo y se aprovechará de su capacidad energética para beneficiarse. El flujo de migrantes musulmanes y el intento de integrarlos a Unión Europea, impulsará la división extrema de la facciones. Unión Europea pondrá todos sus recursos en la protección de sus puertos y en la salvación de Holanda, que estará bajo el agua.
Las críticas hacia esta visión empiezan con la arraigada perspectiva estadounidense desde la que parte Fuerth, debido a que la frontera con México sería controlada con la mitad del presupuesto invertido en Iraq, y aunque Europa tendría problemas debido al éxodo de africanos que atraviesen el mar Mediterráneo lo resolvería con el uso de armamento. También se exagera el problema de Europa con los musulmanes, fruto de la influencia del 9/11. Por otro lado, el autor sugiere que los trastornos sociales a gran escala, van antecedidos por una intensa agitación ideológica o religiosa, en donde los ganadores serán las ideologías autoritarias y las religiones que desechan el pensamiento racional.
El tercer escenario lo propone James Woolsey, quien estipula un contexto de distintos conflictos sangrientos, pero que carecen de consistencia debido a que subsume problemáticas contemporáneas como la fijación de los estadounidenses con los musulmanes al mundo del siglo XXII.
James Lovelock, en su libro The Revenge of Gaia, señala que a principios de la anterior era glacial el porcentaje de dióxido de carbono en la atmósfera rondaba las 180 partes por millón, mientras que al final fue de 280 partes, provocando un aumento de 5 grados en la temperatura global, aunque no se sabe con certeza cuáles fueron los eventos paralelos que produjeron este cambio, ya que a pesar de en el siglo XXI nos encontramos en 390 partes por millón, el aumento de la temperatura ha sido sólo de .8 grados. Lovelock señala que incluso es complicado que se detenga el proceso de contaminación actual, siendo probable que se llegue a las 500 partes por millón, porcentaje similar al del Máximo Térmico Paleoceno-Eoceno (PETM, por sus siglas en inglés).
El calentamiento de los océanos provocará la liberación de clatratos, otro agente que podría acelerar la acumulación de gases de efecto invernadero. Los clatratos son depósitos de metano producidos por bacterias oceánicas, que se han conservado congeladas en diminutas cápsulas en el fondo oceánico, pero que podrían ser liberados a la atmósfera al descongelarse tal y como ocurrió al producirse hace millones de años el PETM, siendo particular que el calentamiento más allá de 6 grados no haya causado la extinción, sino la adaptación y proliferación de otras especies.
En el escenario descrito por Lovelock, cuando se haya llegado a las 500 partes por millón, la civilización tendrá que subsistir en los territorios del norte de Siberia y Canadá, donde quizá 100 millones se alimenten del banco de peces formado en el Ártico. Como conclusión el autor expone la réplica del científico Jay Gulledge ante este escenario, quién expone que a pesar de que científicamente no se saben cuales son las consecuencias de nuestras actividades en el funcionamiento del sistema del planeta, las aseveraciones que hace Lovelock a futuro tienen todas una base teórica por lo que lo más perturbador es que son posibles.
1. En el escenario A1B, que se desprende del libro Age of Consequences y que toma como referencia el reporte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) los niveles de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera para el final del siglo, no están muy lejanos de 700 partes por millón. Mientras para 2040, es probable que no se rebasen 500 partes por millón. En la época pre industrial la concentración de dióxido de carbono era 280 partes por millón, y en el siglo actual nos encontramos en 390 partes por millón.
2. En el escenario A1B, la temperatura para 2040 tiene un aumento de 1.3 grados respecto a la de 1990, y de 2.8 grados para finales del siglo XXI. Lo que no deja de ser preocupante. Ya que en las latitudes más altas el aumento será hasta de 4 o 5 grados alrededor de los polos. Cuyo consecuente derretimiento elevará 23 centímetros los niveles del mar en el mundo.
3. En el segundo escenario, 2040 Severe Climate Change, la temperatura para antes de 2040 será 2.6 grados mayor a la del año 1990, incrementando el nivel global del mar en medio metro por el derretimiento de la región del Ártico y Groenlandia.
4. En el tercer escenario, proyectado a 100 años, tomando como punto de partida la temperatura en 1990, el incremento es de 5.6 grados y el aumento en los niveles globales del mar es 2 metros.
La prospectiva tiene como lugares comunes el aumento de temperatura, el derretimiento de la criosfera, el aumento del nivel de los mares, las sequías y las múltiples afectaciones de tales formas de la destrucción ambiental sobre las actividades humanas y el conjunto de las especies. Más allá de la precisión de las previsiones, lo relevante reside en las variables y los métodos utilizados. Los consensos que derivan de la prospectiva nos ayudan a pensar las vías de acción y adaptación ante la destrucción del ambiente.