Patrick Greenfield, colaborador del diario británico The Guardian, explica en este artículo que desde el acuerdo sobre cambio climático de París en 2016 los diez bancos de inversión más grandes del mundo han proporcionado más de 700 mil millones de dólares en financiamiento para las compañías de combustibles fósiles que se están expandiendo más agresivamente en lo relativo a proyectos de carbón, petróleo y gas.

El banco que ha encabezado estas inversiones ha sido el gigante de Wall Street JP Morgan Chase, que ha proporcionado 75 mil millones de dólares a compañías que se expanden en sectores como fracking y exploración de petróleo y gas en el Ártico. Se estima que las 33 instituciones financieras más poderosas del mundo han proporcionado un total de 1.9 billones [trillion] de dólares al sector de combustibles fósiles entre 2016 y 2018. Algunos otros bancos que han invertido son Citigroup, Bank of America y Wells Fargo.

Las cifras actualizan el informe Banking on Climate Change 2019 de Rainforest Action Network, que mostró que las prácticas de los bancos de inversión clave estaban alineadas con un desastre climático. También se muestra que el fracking ha tenido un intenso financiamiento, con Wells Fargo, JPMorgan Chase y Bank of America proporcionando aproximadamente 80 mil millones de dólares en tres años, gran parte de ellos vinculados a la cuenca del Pérmico en Texas.

Asimismo, el financiamiento de los proyectos de petróleo crudo de arenas bituminosas en Alberta, Canadá, están liderados por el Royal Bank of Canada y Toronto Dominion. Esos campos comprenden la tercera mayor reserva conocida de petróleo crudo en el mundo, sin embargo su extracción ha causado daños a los ecosistemas y ha forzado a las comunidades indígenas a abandonar sus hogares. Por otra parte en el Ártico, JP Morgan Chase ha invertido en proyectos de extracción de petróleo y ha proporcionó 1.7 mil millones de dólares de 2016 a 2018. La extracción en la región generalmente está dominada por empresas rusas como Gazprom y Rosneft, sobre las cuales hay menos transparencia en los datos comerciales.

El autor señala que el banco inglés Barclays, si bien sigue siendo una institución importante para la industria de los combustibles fósiles, sus negocios con las empresas que se están expandiendo más agresivamente en el sector han caído drásticamente, de 13.1 mil millones de dólares en 2016 a 5.2 mil millones en 2018 y durante 2019 seguirá esta tendencia. A este respecto Elsa Palanza, jefa global de sostenibilidad y ciudadanía de Barclays, dijo: "Todos podemos sentarnos a señalarnos, pero eso no ayuda a resolver lo que es un problema realmente complejo y multifacético. Lo que puede ayudar a resolver el problema es, en primer lugar, los mecanismos voluntarios en los que estamos trabajando, como el Grupo de trabajo sobre divulgaciones financieras relacionadas con el clima.”

Otro caso importante a este respecto es el de los cuatro grandes bancos chinos de propiedad estatal, que no tienen políticas de financiamiento de combustibles fósiles, han dominado los servicios para los mineros y las compañías eléctricas de carbón desde 2016.

Finalmente el artículo concluye que estas inversiones se producen en medio de la creciente incertidumbre sobre la viabilidad a largo plazo de la industria del petróleo y el gas, ante la posibilidad de un colapso repentino en los precios de los activos relacionados con los combustibles fósiles. Greenfield considera vital asegurar una disminución controlada de la industria del petróleo y el gas, al tiempo que se financia la próxima ola de productos de energía renovable.