Digitalización, política e inteligencia artifical. ¿Qué futuro podemos esperar?

Cita: 

Girardi, Enzo [2019], “Digitalización, política e inteligencia artificial. ¿Qué futuro podemos esperar?”, Nueva Sociedad, Buenos Aires, (283):75-81, septiembre-octubre.

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Septiembre, 2019
Tema: 
Análisis sobre las consecuencias políticas, psicológicas y sociales del proceso de digitalización de la información
Idea principal: 

Enzo Girardi es docente de la Maestría en Estudios Latinoamericanos del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de San Martín (Argentina), también es coordinador del grupo Cibersociedad, Ciberdefensa, Ciberseguridad y Protección de Datos Personales (C3PD).


El artículo de Enzo Girardi parte de la tesis de Byung-Chul Han sobre la “psicopolítica digital”, a saber, la existencia de un imperativo de transparencia de la individualidad (como la constante exposición de la vida cotidiana en redes sociales) que culmina en un proceso de subjetividad autorreferencial, esto es, redes con comunicación puramente virtual, sin vinculación real con los otros.

En la actualidad se asiste a un proceso de “digitalización de la vida” (p. 76) que se extiende a todos los ámbitos de las relaciones sociales. Girardi indicará elementos para la comprensión de dicha digitalización en su contexto social, el capitalismo, la política y el “tecnoliberalismo”.

La era digital

Girardi denomina “infoesfera” al proceso de digitalización de la información sobre las personas, esto es, una “caja de resonancia” que incide en las ideas y emociones de los usuarios de la red. Es un proceso que poco a poco está siendo intervenido con inteligencia artificial para poder tener un mayor control sobre la manipulación de las ideas y sentimientos de los usuarios.

Por otra parte, se denomina “singularidad” al desarrollo máximo de la inteligencia artificial como una tecnología no sólo de procesamiento de algoritmos sino con capacidad de aprendizaje autónomo. Esto “permite a las máquinas generar su propio capital cognitivo” (p. 76). La preocupación existente al respecto es que las máquinas superarán fácilmente la inteligencia del ser humano. Sin embargo, el límite que aún no ha sido superado por la ciencia consiste en poder adaptar la capacidad de aprendizaje de las máquinas a un ámbito no tanto matemático sino más conceptual. Hasta ahora, afirma Girardi, las máquinas con inteligencia artificial no cuentan con perspectiva histórica, sino que se limitan a organizar los datos en función de su programación.

Capitalismo y vigilancia

Girardi indica que existe una nueva lógica de acumulación de capital gracias al proceso de digitalización de la información. Dicha lógica consiste en la manipulación de información para predecir el comportamiento humano. El control de los mercados y las ganancias están determinadas por la penetración de los capitales en la big data.

La intimidad es mercantilizada y, en opinión de Girardi, ya no son los “medios de producción” la prioridad de la nueva lógica de acumulación, sino los “medios de manipulación de comportamientos” (p. 77). El mayor peligro del uso excesivo de los dispositivos tecnológicos de vigilancia y manipulación es la pérdida de la democracia representativa y la creación de una “dictadura informacional” (p. 78). Otro aspecto derivado de esto es el uso de la biotecnología. En opinión de Girardi, la consolidación de seres humanos modificados con biotecnología podría desencadenar una desigualdad ya no sólo económica sino biológica en la sociedad. Es un proceso que transformaría la relación capital-trabajo en todo el mundo ya que las competencias entre los trabajadores no dependería de su preparación universitaria y/o experiencia laboral sino de modificaciones de los trabajadores a un nivel biotecnológico.

Psicopolítica digital

Girardi comienza con la siguiente proposición: “La construcción tecnológica de la personalidad estandariza al ser humano” (p. 78). El espacio político y el liderazgo se ven altamente comprometidos. El principal ataque se da contra la participación política colectiva pues se extiende una “organización reticular fragmentada” y las voluntades se enfrascan en objetivos parciales.

Asimismo, los líderes políticos están sometidos en una “realidad sin privacidad”, esto es, una sociedad de comunicación donde impera una “visibilidad-transparencia” que más que servir a fines democráticos, está puesta para el espectáculo y los escándalos mediáticos. Según Girardi, este fenómeno cancela gran parte de la dimensión estratégica de la política. “La excesiva exposición puede atrofiar u oprimir la voluntad del decisor, nublar sus convicciones y debilitar su predisposición a exponer sus creencias” (p. 79).

De igual manera, las ideas se ven reducidas a meras opiniones por la excesiva comunicación que disponen las redes sociales restando “densidad a la elaboración ideológica” (p. 79). Como no hay necesidad de construir asociaciones o agrupaciones en torno a ideas o principios políticos y/o éticos, la sociedad produce individuos en redes puramente autorreferenciales. Es decir, hay una “autorrepresentación” que mina los valores empáticos de los seres humanos y constriñe la voluntad libre.

Pulsión tecnototalizadora

La denominada Revolución Digital está concentrada en el poder económico y político de un grupo de grandes corporaciones. Girardi menciona que firmas como Google, Amazon, Facebook, Apple, entre otras, están cambiando la escala del modelo global de negocios.

Pero también se trata de corporaciones que acumulan no sólo ganancias económicas sino poder sobre la cultura y logística. Es un “inédito modelo industrial-civilizatorio” (p. 80). Girardi menciona que, de las 10 empresas más grandes a nivel mundial, 7 son monopolios tecnológicos. Tales corporaciones tienen su basamento en la “razón tecnocientífica”, esto es, la convicción de que el desarrollo de la tecnología por sí mismo resuelve los problemas de la sociedad. La inteligencia artificial es asumida como “la mayor potencia política de la historia” (p. 81) que orienta calculadamente las acciones de los seres humanos. El “ser computacional” se sobrepone a las acciones humanas que se consideran inferiores.

El capitalismo con la razón “tecnoliberal” rompe las pocas estructuras de solidaridad que todavía quedan en algunos rincones del planeta. Tal “imperio de la conectividad”, finaliza Girardi, cancela toda posibilidad de reflexión e introspección.

Nexo con el tema que estudiamos: 

En el ámbito de las nuevas subjetividades de la guerra del siglo XXI, el artículo de Girardi ofrece un análisis panorámico del capitalismo contemporáneo a la luz del fenómeno de la digitalización de la información. El texto es útil para identificar coordenadas extra-económicas que se encuentran en juego al interior de la disputa corporativa por los mercados de información. Las prácticas de manipulación de información son terrenos de análisis las para los dispositivos de control y vigilancia, generalmente ofrecidos por las corporaciones militares.