Después de varias décadas de intensa globalización se está manifestando una tendencia entre las empresas trasnacionales a reducir la extensión que han alcanzado sus cadenas de suministro híper-globalizadas, lo que implicará para muchos sectores productivos un replanteamiento del rol que actualmente juega China. Estos cambios obedecen a dos razones principalmente. Primero, extender las cadenas de suministro con el fin de fabricar bienes mas baratos conlleva riesgos. Segundo, actualmente el comercio global incluye una cantidad de servicios cada vez mayor.

En cuanto a los riesgos, usualmente son los desastres naturales los que ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro, como el tsunami que golpeo las costas de Japón en 2011, pero recientemente eventos de naturaleza política han creado preocupaciones al respecto.Por un lado, la desordenada salida de Gran Bretaña de la Union Europea estipulada para octubre podría interrumpir las cadenas de suministro de la isla con el continente. Ante lo cual, muchas empresas transnacionales han advertido que, de producirse el abandono de la Unión Europea, reducirán sus operaciones en Gran Bretaña. Por otro lado, a pesar de la tregua acordada entre China y Estados Unidos, los aranceles de Trump sobre las importaciones Chinas siguen vigentes. En respuesta, China ha impuesto aranceles a los productos norteamericanos, también amenaza con castigar a algunas empresas extranjeras "no confiables" y retener las exportaciones de tierras raras utilizadas para fabricar productos electrónicos. Tiendas como Walmart y Target ya han anunciado un aumento de precios y el futuro de Huawei aún es incierto.

Aunque una guerra comercial aún podría ser evitada, las políticas de Trump ya están provocando golpes de timón en las empresas transnacionales. Por ejemplo, Apple ha comenzado a indagar entre su proveedores la posibilidad de trasladar de 15 a 30% de su base de suministro fuera de China, hacia el sureste asiático o India. En el mismo sentido, una encuesta a empresas europeas realizada por Credit Suisse, un banco de inversión, ha mostrado una tendencia en estas a localizar sus inversiones dentro de Europa. Credit Suisse considera que, debido a las turbulencias que ocasionan los conatos de guerra comercial, las empresas transnacionales en el futuro ya no planearán sus cadenas de suministro tomando en cuenta unicamente el criterio del costo.

En cuanto al alza en los servicios, estos a menudo son factores intermedios en el proceso productivo. Según un cálculo de McKinsey Global Institute, los servicios crean un tercio del valor de los bienes manufacturados comercializados. En la década pasada, el comercio en servicios aumentó 60% más rápidamente que el comercio de bienes, y de dos a tres veces mas rápido en campos como las telecomunicaciones y tecnología de la información. En la medida en que las empresas busquen aprovechar el valor de la innovación y los servicios, cosas que suelen hacerse mejor cerca de los consumidores, es menos probable que busquen mano de obra barata alrededor del mundo.

Por otro lado, la eficiencia que han conseguido empresas centradas en el consumidor, como la china Alibaba o la estadounidense Amazon, han comenzado a inspirar a altos responsables de empresas transnacionales a replantearse la forma en que funcionan sus cadenas de suministro. El hecho de que las cadenas se encojan no significa que se simplifican. Acercarse las cadenas al consumidor debería ayudar a las empresas a expandir la personalización de sus productos, acelerar la innovación y a entregar en menor tiempo.

En contra sentido, un reporte publicado en febrero por la empresa alemana Deutsche Post DHL Group, encontró que los flujos de capital, comercio, información y mano de obra se incrementaron en 2017 y Frank Appel, uno de sus directores, insiste en que a largo plazo cuestiones como el aumento de la clase media a nivel mundial y el aumento de la productividad ocasionado por la digitalización seguirán favoreciendo el proceso de globalización. Sin embargo, el impacto de los nuevos aranceles y las políticas inmigratorias de Trump han cambiado el escenario económico. En un reciente análisis de 12 factores relacionados con la globalizacion, The Economist encontró una tendencia a la baja en la conectividad (gráfica). Incluso uno de los autores del reporte de DHL, Pankaj Ghemawat, prevé un mundo “semi-globalizado” donde lo internacional aún importa, pero la mayor parte de los negocios se hará dentro de las fronteras, lo que obligará a las empresas a acortar su cadenas de suministro para hacerlas más rápidas e inteligentes.