How Google, Microsoft, and Big Tech Are Automating the Climate Crisis
Merchant, Brian [2019], "How Google, Microsoft, and Big Tech Are Automating the Climate Crisis", Gizmodo, 21 de febrero, https://gizmodo.com/how-google-microsoft-and-big-tech-are-automating-the...
Una nueva tendencia está llevando a las grandes empresas de tecnología a buscar alianzas con la industria petrolera, ofreciendo servicios en automatización, inteligencia artificial y big data con el objetivo de hacer de la producción petrolera una actividad más inteligente, barata y eficiente. La más reciente expresión de esta tendencia es la creación de Sensia, resultado de la unión de Rockwell, la mayor empresa en automatización industrial, y Schlumberger, un proveedor de servicios petroleros competidor de Halliburton. Sensia se convirtió en el primer proveedor especializado en servicios y soluciones integrales en automatización digital para la industria petrolera. Sin embargo, no es la única empresa que está ayudando a la industria a extraer más petróleo. Otros poderosos gigantes tecnológicos como Google, Microsoft y Amazon han celebrado cuantiosos contratos con grandes empresas petroleras.
A pesar de la grave crisis climática que enfrenta el planeta estas alianzas han pasado desapercibidas y no han logrado despertar las suficientes críticas, aunque los contratos han sido públicos y muchos fueron celebrados apenas el año pasado, en el momento de mayor conciencia social sobre las amenazas que supone el cambio climático. Al tiempo que Google, Amazon y Microsoft presumen sus inversiones en energía limpia, por otro lado, avanzan en el proceso de automatizar la crisis climática.
El año pasado Google creó sigilosamente Google Cloud Oil, Gas and Energy, a cargo del veterano de BP Darryl Willis, para cortejar a la industria de los combustibles fósiles. También el año pasado el gigante francés Total y Google Cloud firmaron un acuerdo para desarrollar conjuntamente soluciones en inteligencia artificial para analizar datos subterráneos en la exploración y extracción de petróleo y gas. Otras empresas que han celebrado contratos con Google Cloud son el banco de inversión Tudor, Pickering, Holt & Co, Baker Hughes y Schlumberger. Google también ha entrado en pláticas para desarrollar un centro de tecnología y un banco de datos para la compañía petrolera Saudi Aramco y cerró un trato con Anadarko Petroleum -una de las más grandes empresa norteamericana en producción y exploración- para usar inteligencia artificial en la búsqueda de más reservas petroleras en tierra y bajo el mar.
Es difícil encontrar rastros de aquellos días cuando el lema no oficial de Google era Don’t Be Evil. Especialmente ahora que está usando inteligencia artificial para hallar más reservas petroleras y brinda sus servicios de datos para hacer más eficiente y automatizar las operaciones de las compañías petroleras, ayudándolas a reducir costos y a permanecer competitivas ante el crecimiento de las energías limpias.
Amazon también ha creado una unidad de combustibles fósiles como parte de sus su división de Web Services (AWS). Entre sus clientes podemos encontrar a BP, Royal Dutch Shell y la rama petrolera de GE. Como Google, Amazon ofrece inteligencia artificial y automatización a las empresas petroleras para incrementar sus capacidades de extracción y producción, multiplicando así las emisiones de carbono en el momento en que estas compañías deberían estar reduciéndolas. Por si fuera poco, hace algunos meses Amazon ha sacado al mercado un aceite sintético para motor.
Bill Gates es un reconocido filántropo que ha publicado su propio plan para el revertir el climático y dirige un fondo de mil millones de dólares para combatirlo. Sin embargo, en 2018 Microsoft -la empresa que Gates fundó- se presentó en la Conferencia y Exposición Internacional de Abu Dhabi, uno de los más grandes eventos de la industria petrolera, con el lema “Empoderar al petróleo y al gas con inteligencia artificial” con el que intento atraer a empresas petroleras para celebrar contratos como el que tiene desde hace dos años con Chevron para optimizar la extracción y distribución de crudo utilizando datos, cómputo e internet de las cosas. Microsoft Azure, el departamento de servicios en la nube de la compañía, también ha vendido software de visión y aprendizaje para máquinas a Shell. De la misma forma ha ayudado a BP a construir una herramienta de inteligencia artificial que ayuda a determinar la cantidad de petróleo recuperable en un yacimiento y los servicios de datos de Microsoft está ayudando XTO, un subsidiaria de Exxon, a mejorar sus operaciones y encontrar nuevos yacimientos. También ha celebrado un contrato de varios cientos de millones de dólares con la noruega Equinor para proveer servicios de datos.
A pesar de que nunca se había tenido tanta información acerca de los peligros que representa el cambio climático, estas empresas de tecnología están utilizando sus innovaciones de vanguardia para incrementar la producción y rentabilidad de los combustibles fósiles. Es lamentable observar como Silicon Valley, que ha construido el mito de que sus empresas y fundadores se manejan de forma diferente a otras industrias buscando siempre mejorar el mundo, terminará fundiéndose con la industria petrolera.
La tendencia a la convergencia entre la industria de los combustibles fósiles y la industria de la tecnología, dos de los campos más estratégicos en el capitalismo contemporáneo, extenderá la vida y la rentabilidad del viejo patrón energético en momentos que la crisis climática hace necesario abandonarlo y da cuenta de cuáles son las tendencias y los ejes más dinámicos en el capitalismo contemporáneo.