Shale oil and gas. Fractured finances. America’s shale-energy industry has a future. Many shale firms do not

Cita: 

The Economist [2015], “Shale oil and gas. Fractured finances. America’s shale-energy industry has a future. Many shale firms do not”, The Economist, London, 4 de julio, http://www.economist.com/news/business/21656671-americas-shale-energy-in...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Julio 4, 2015
Tema: 
Comportamiento de las empresas estadounidenses de petróleo shale tras la caída del precio del petróleo.
Idea principal: 

El auge de la energía se frenó abruptamente a mitad de 2014 cuando el precio del petróleo cayó de $100 a $43 dólares por barril. Cuando la OPEP, liderada por Arabia Saudita, decidió seguir extrayendo petróleo, se esperaba que los precios bajos dañaran irreparablemente las finanzas de las compañías estadounidenses de petróleo shale. Sin embargo, seis meses después de la caída del precio del petróleo, sólo cinco empresas han ido a la quiebra. La producción estadounidense de petróleo ha aumentado ligeramente, alcanzando los 9.3 millones de barriles por día en junio. Arabia Saudita ha fallado en poner a Texas fuera del negocio.

Un pozo de shale solo cuesta $10 millones de dólares y puede comenzar a producir en cuestión de meses. Desde diciembre las compañías de shale han recortado los costos de 20 a 25%. Esto se ha logrado exprimiendo a las compañías que prestan los servicios petroleros. Además los productores de shale se han concentrado en los mejores prospectos y refinado sus métodos. Como resultado el número de perforadoras activas en Estados Unidos ha caído a la mitad desde el comienzo del año.

La industria de shale parece imbatible. Sin embargo, ¿qué tan buenas son sus finanzas? The Economist ha examinado los libros de las 62 más grandes empresas de exploración y producción que cotizan en Estados Unidos. Hay tres tipos de preocupaciones: En primer lugar, la exageración del desempeño del primer semestre de 2015: la industria reportó un flujo de capital total por operaciones de $15 mil millones. Pero esto refleja el beneficio de las coberturas de derivados contratadas en 2014, cuando los precios del petróleo eran mucho más altos. Si se excluye los derivados el flujo cae 31%. Todas las empresas redujeron el presupuesto para la inversión en capital para el 2015. Pero a pesar de los recortes el gasto siguió siendo muy alto durante el primer trimestre. Para mantener equilibrados sus libros de contables deben recortar la inversión de capital en un 70%.

La segunda preocupación es la alta deuda, pues deben $235 mil millones de dólares y durante el primer trimestre aumentó. Normalmente una empresa está en problemas si su deuda neta es ocho veces mayor que su flujo de capital, y de las 62 empresas 29 se encuentran en esta dificultad, con una deuda total de $84 mil millones de dólares.

La última preocupación es la rentabilidad de los $570 mil millones de capital que la industria ha invertido. Es claro que las empresas de shale son incapaces de obtener un rendimiento razonable de su inversión en capital con el precio actual del petróleo. La industria petrolera está apostando a que los precios suban. Pero el mercado de futuros predice una ligera recuperación: el West Texas Intermediate se elevará a 66 dólares en 2019.

Por otro lado, los precios del petróleo pueden quedarse en el mismo nivel. Hacia finales de este año la cobertura de las empresas shale se agota; la producción de shale se sumerge a medida que también el efecto de los recortes de la inversión de capital se comienza a resentir. Además, en tanto que las reservas van a la baja, los bancos reducen los préstamos.

Las empresas endeudadas podrían entrar en crisis. Sus campos podrían seguir bombeando en tanto que sus hojas de balance se reestructuren. Sus activos tendrían que ser vendidos a las empresas más grandes. Pero puede crearse un hueco de entre 1 y 2% en la oferta mundial de petróleo, y debido a que sus reservas se agotan no podrían ser remplazadas por completo. Habría, además, un problema de deuda incobrable entre los bancos y los inversores.

La energía shale ha llegado para quedarse, pero no todas las empresas podrán sobrevivir. Si los precios del petróleo no se elevan, su viabilidad se agotará antes que sus pozos.

Datos cruciales: 

Las empresas shale han aumentado la participación de la producción mundial de Estados Unidos de 8% hace una década a 13% en la actualidad. Además estas empresas dicen que podrían obtener rendimientos anuales de 25% o más en los pozos nuevos con un precio por barril de $60 dólares.

Gráfica de producción de petróleo shale de Estados Unidos, 2007-2015 (barriles por día)

Gráfica de flujos de capital, 2003-2015 (miles de millones de dólares)

Gráfica de inversión de capital, 2003-2015 (miles de millones de dólares)

Gráfica de deuda y apalancamiento de las 62 más grandes empresas estadounidenses de exploración y producción de petróleo, 2003-2015, (miles de millones de dólares y porcentaje)

Nexo con el tema que estudiamos: 

Mirada a la coyuntura del mercado petrolero: la respuesta de Arabia Saudita a la baja del precio del petróleo fue seguir alimentando el mercado y con ello redujo los márgenes de ganancia y de acción de las empresas shale estadounidenses, cuya perspectiva es la consolidación. El estudio de su "modelo de negocios" muestra que cuentan con una mayor flexibilidad y por tanto mayor rentabilidad respecto de las grandes empresas petroleras, rasgos ligados al tipo de tecnología empleada, el recurso a la especulación financiera (junk bonds) y al carácter depredador de su actividad. Destaca que el argumento liberal no incluye en sus cálculos los costos ambientales de la fractura hidráulica, ni siquiera el costo de los enormes volúmenes de agua que implica esa tecnología.

El escenario que se ha ido acomodando en la disputa hegemónica entre dos potencias productoras de petróleo: Arabia Saudita y Estados Unidos. La primera, que con una gran suma de reservas puede seguir invadiendo el mercado con enormes cantidades de petróleo para hacer bajar los precios; y por otro lado, Estados Unidos, que con la nueva técnica del fracking puede extraer más petróleo y con menores costos. Las razones de cada potencia son distintas: Estados Unidos puede utilizar este recurso como un elemento en la disputa geopolítica, desestabilizando países dependientes de este recurso, así como reactivar su economía; por otro lado, Arabia Saudita le es funcional en el sentido que con los precios bajos de petróleo pone en problema las finanzas de las empresas de shale de Estados Unidos.