Covid-19 is teaching hard lessons about China-only supply chains
The Economist [2020], "Covid-19 is teaching hard lessons about China-only supply chains", The Economist, London, 27 de febrero, https://www.economist.com/china/2020/02/29/covid-19-is-teaching-hard-les...
El texto comienza mencionando que hasta finales de enero de 2020, tan sólo los ejecutivos farmacéuticos, inspectores de seguridad de medicamentos y halcones de vigilancia chinos se preocuparon de que gran parte del suministro mundial de antibióticos dependían de las fábricas en China hasta que la llegada del coronavirus causó la cuarentena en fábricas, el cierre de puertos y ciudades completas a través de China. Distintos líderes chinos mencionan que se está yendo por buen camino contra el coronavirus para reabrir empresas líderes y vínculos clave de importante influencia, mientras el presidente Xi Jinping, mencionó frente a 170 mil oficiales que la victoria frente al coronavirus demostrará el notable avance de liderazgo del Partido Comunista Chino, sin embargo, de suceder esto lo que tanto gobiernos extranjeros como jefes ejecutivos no olvidarán es la dependencia de productos vitales hacia un sólo país.
Por ello el dominio que ostenta China en ingredientes farmacéuticos activos (API, por sus siglas en inglés) causa fuertes cuestionamientos tanto en Estados Unidos como en las cancillerías europeas. Acabar con la dependencia mundial de los API chinos no parece un gran reto técnico debido al corto periodo que China lleva siendo dominante, en cambio esto implicaría un movimiento político bien establecido además de teorías económicas, comenzando con permitir al sector privado buscar el mejor valor a los productos.
Se especula mucho sobre si el coronavirus acelerará las tendencias en occidente para separarse de China, pero en realidad un esfuerzo para la diversificación en ciertos sectores es más probable según el autor. La Comisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China, sostuvo audiencias en julio de 2019 sobre las oportunidades y amenazas creadas por la industria médica china, en donde Christopher Priest, un oficial superior del Pentágono objetó que los riesgos de seguridad nacional ante esto no pueden ser exagerados y pidió a la audiencia imaginar que China decida cortar el suministro de medicamentos irreemplazables como aquellos contra el anthrax. Mientras Benjamin Shobert, estratega de salud de Microsoft, mencionó que la dependencia mutua fue vista como razón para creer que las relaciones sino-estadounidenses eran estables, pero ante la creciente desconfianza en el que esto se vuelve una fuente de temor, mucho en lo que está apoyado la era moderna de la globalización ya no es válido.
Peter Navarro, quien funge como halcón estadounidense, expuso en el canal televisivo Fox Bussiness el día 23 de febrero de 2020, que gran parte de la cadena de suministro estadounidense para medicinas esenciales se exporta, por lo que esta debería regresar a suelo estadounidense. No obstante la poca simpatía que los socios comerciales estadounidenses le tienen, su postura sobre la necesidad de las naciones de controlar ciertas formas de producción ha causado eco en el mundo de los grandes capitales.
Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, señala que el dominio de China en sectores como el farmacéutico es tema de conversación tanto en Berlín, como en Bruselas y en cualquier otro lugar. Para él no ayuda el hecho que China haya usado el comercio durante disputas políticas, sin embargo, la situación actual no provocará que empresas abandonen el país asiático por el crecimiento global que conduce en varios sectores. Sin embargo, espera que la epidemia intensifique las discusiones sobre política industrial, porque añade que la globalización en la que se colocaba la producción donde fuese más eficiente se terminó.
Por otro lado James Mcgregor, jefe de las operaciones chinas en la consultora APCO, explica que debido al aumento de costos laborales, las tensiones comerciales y el coronavirus, compañías han concluido que deben diversificarse. No obstante, compañías han tenido problemas para encontrar países con infraestructura y fuerza laboral adaptable. Por otro lado, otras empresas que están en China para vender a ese mismo mercado han elegido expandir su producción en el mismo país ante el riesgo de las tarifas. Mientras las compañías tecnológicas con mayor capacidad ven en China el mercado del futuro debido a las industrias prometedoras como el Internet de las cosas y vehículos autónomos, a lo que Mcgregor espera que el gobiernos chino sea bastante bueno con las mismas una vez que el virus se acabe.
El autor añade que un impacto visible fruto del virus es la velocidad en los cambios en lo alto de las compañías, debido a que multinacionales han elegido ejecutivos chinos, para llevar a cabo sus operaciones en China. Explica que la epidemia podrá acelerar la salida de extranjeros, quienes ya lo hacían por la contaminación del aire. Finalmente el texto concluye con el argumento de que a pesar de que el coronavirus desaparezca pronto, el mundo se está volviendo más cauteloso hacia China e incluso aunque varias compañías no pueden abandonar China completamente, la separación emocional está en marcha.
Coincidiendo con la perspectiva de Joerg Wuttke, el impacto que generará la epidemia de coronavirus en China no será razón para que las compañías multinacionales abandonen en su totalidad el mercado chino, aunque si será motivo para cuestionar la actual política industrial en donde se coloca la producción en lugares donde se genere un mayor beneficio. La propuesta de Peter Navarro sobre el control de la producción de ciertos sectores encuentra sentido ante la actual competencia mundial y la disputa hegemónica, que genera incertidumbre ante la posibilidad de acciones que vulneren la seguridad nacional o que generen dependencia hacia otros países.