Las compañías trasnacionales invierten muchos esfuerzos en insertarse de lleno a la globalización, conseguirlo implica dar un paso adelante frente a sus competidores y por ende obtener mercados donde pueden ofrecer su producto e incrementar sus ganancias. Para los administradores de estas compañías hacer lo opuesto y permanecer en un mercado reducido resulta irrisorio.

Las economías emergentes son el mejor escenario de inversión, pues disfrutan de un crecimiento acelerado que permite que se gesten oportunidades que no se producirían en otras circunstancias.

Sin embargo, el artículo ofrece una visión más profunda de la situación, pues a pesar de que la globalización parece tan trascendente para estas compañías, desde dentro, la idea no es aplicada en todos los casos. Un estudio de Pankaj Ghemawat estima que solo el 12% de los directores generales de las 500 empresas listadas por Fortune son de origen distinto al de la sede de la compañía, cifra que aumenta a 15% si se consideran los principales administradores (senior managers), es decir, a pesar de lo que se argumenta recurrentemente, las grandes empresas parecen estar más cómodas si el director general de la empresa y los altos mandos de la misma proceden del mismo sitio que la firma.

Se considera que el parroquianismo tenderá a acentuarse pues las empresas extranjeras tienen cada vez más dificultados para reclutar nuevos talentos en las economías emergentes, dado que esos talentos están fundando sus propias empresas; por otra parte, se está reduciendo el número de personal expatriado: de 1998 al 2008 los altos cargos ocupados por extranjeros en los mayores mercados emergentes se redujeron del 56% al 12%. La lógica de la situación es que no tiene sentido laborar con un extranjero si un nativo puede desempeñar la misma función, y en contraparte, estos funcionarios también prefieren quedarse en su país de origen con la comodidad que ello implica, incluso en algún cargo de importancia menor.

Los presidentes de estas compañías trasnacionales, se sienten resguardados si su equipo de trabajo es nativo, la resolución de conflictos les parece más sencilla y algunas soluciones son más fáciles de visualizar si se conoce a fondo el entorno del país. No obstante, esta idea no parece acorde con el pensamiento usual de un mundo globalizado, es por eso que las grandes compañías pretenden reducir esta aversión. Algunos estudios establecen que las empresas con gerencias multinacionales tienen mejores desempeños respecto de aquellas con administradores mayoritariamente locales, por lo que se afirma que la mejor estrategia es internacionalizar la alta gerencia.

Existen algunas estrategias para conseguir lo anterior, Procter & Gamble por ejemplo, decidió mover los cuarteles generales de la producción de cosméticos y cuidado personal de Estados Unidos a Singapur. Otra opción es contemplar en las reglas de operación que un porcentaje de los puestos deba ser cubierto necesariamente por funcionarios extranjeros. Una tercera técnica consiste en dar facilidades de viaje a aquellos funcionarios de economías desarrolladas con el fin de que se inserten en economías emergentes e invitar a jóvenes para conocer las sedes de las empresas en países desarrollados.