A U.S. Secret Weapon in A.I.: Chinese Talent
Mozur, Paul y Cade Metz [2020], "A U.S. Secret Weapon in A.I.: Chinese Talent", The New York Times, New York, 9 de junio, https://www.nytimes.com/2020/06/09/technology/china-ai-research-educatio...
Paul Mozur es un corresponsal de tecnología centrado en la intersección de la tecnología y la geopolítica en Asia. Ha cubierto el auge de la innovación en China, la difusión mundial de desinformación en Facebook, el surgimiento de nuevas tecnologías de vigilancia y la competencia tecnológica emergente entre China y Estados Unidos.
Cade Metz es corresponsal de tecnología de The New York Times, cubriendo inteligencia artificial, automóviles sin conductor, robótica, realidad virtual y otras áreas emergentes. Anteriormente, fue escritor senior de la revista Wired.
El artículo comienza mencionando que una nueva investigación muestra que los científicos educados en China ayudan a las empresas y universidades estadounidenses a dominar los campos de investigación de vanguardia. Sin embargo, con el actual conflicto comercial y diplomático, esta ventaja podría reducirse.
Cuando el Departamento de Defensa lanzó el Proyecto Maven, un esfuerzo por rehacer la tecnología militar estadounidense a través de la inteligencia artificial, se apoyó en un equipo de aproximadamente una docena de ingenieros de Google; cinco o seis de ellos eran ciudadanos chinos.
No obstante, la administración Trump ahora se está moviendo para limitar el acceso de China a la investigación estadounidense, a medida que las relaciones entre Estados Unidos y China alcanzan su peor punto en décadas. Eso preocupa a muchas de las empresas y científicos en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), porque gran parte del trabajo innovador que tiene lugar en Estados Unidos ha sido impulsado por investigadores chinos.
Un nuevo estudio de MacroPolo (un grupo de expertos dirigido por el Instituto Paulson que promueve lazos entre los Estados Unidos y China), estimó que los investigadores con educación en China comprendían casi un tercio de los autores de los artículos aceptados y promovidos en una prestigiosa conferencia de IA de 2019. Pero, el estudio también descubrió que la mayoría de ellos vivían en los Estados Unidos y trabajaban para empresas y universidades estadounidenses.
El mismo estudio muestra que los científicos chinos están ayudando a impulsar el dominio estadounidense sobre la IA, un campo estratégico que en los próximos años podría permitir que las computadoras tomen decisiones, identifiquen rostros, encuentren criminales, escojan objetivos militares y conduzcan vehículos.
Muchos estudiantes internacionales como, Lisa Li, en Estados Unidos, encontraron trabajo con empleadores estadounidenses. Ahora les preocupa que el flujo de estudiantes y profesionales llegue a su fin. Esta ingeniera china estudió en la Universidad Johns Hopkins y mencionó que si se termina el programa de intercambio internacional, esto destruiría la competitividad de Estados Unidos.
Por otra parte, China ve a la IA como un campo de importancia estratégica, por lo que ha arrojado grandes cantidades de dinero a los investigadores con el objetivo de que trabajen para empresas e instituciones chinas. Estados Unidos ha observado con alarma las ambiciones tecnológicas de China.
Por lo tanto, Estados Unidos ha tomado medidas enérgicas contra el espionaje y ha reforzado la aplicación de las normas de divulgación en las universidades e instituciones estadounidenses; además, la administración Trump planeaba cancelar las visas de investigadores y graduados chinos de universidades con vínculos al ejército de China.
Los esfuerzos que bloquean ampliamente el talento chino podrían socavar el liderazgo estadounidense en IA, dijo Matt Sheehan, analista de MacroPolo y coautor del estudio anteriormente citado. También, MacroPolo examinó una muestra de artículos publicados el año pasado en la Conferencia sobre Sistemas de Procesamiento de Información Neural, que se enfoca en avances teóricos en redes neuronales y aprendizaje profundo, que han sido clave en los desarrollos recientes de IA. Se encontró que más de la mitad de los artículos fueron escritos por autores residentes en Estados Unidos.
El estudio también descubrió que casi 30% de ellos cursó estudios universitarios en China, más que en cualquier otro país. En contraste, más de la mitad de los autores de esos artículos estudia, trabaja y vive en Estados Unidos, ya que ahí los investigadores pueden tener más. Asimismo, los principales centros de trabajo de los autores incluían Google, Stanford, Carnegie Mellon, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y Microsoft Research.
Hasta 2018, nueve de cada 10 personas de origen chino que completaron el doctorado en Estados Unidos permanecieron durante al menos cinco años después de la graduación, según un estudio del Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown. Esos números no mostraron signos de disminución, pero algunas organizaciones dicen que las tensiones más recientes entre Estados Unidos y China ya han comenzado a afectar los flujos de investigadores.
En Google, el Fei-Fei Li (ahora profesor en Stanford) ayudó a supervisar el equipo de Google que trabajó en el Proyecto Maven, el esfuerzo del Pentágono. Google se negó a renovar el contrato del Pentágono hace dos años después de que algunos empleados protestaron por la participación de la compañía en el ejército. El equipo de Google trabajó para desarrollar tecnología que pudiera identificar automáticamente vehículos, edificios y otros objetos en imágenes de video capturadas por drones.
Para gran parte de la investigación sobre inteligencia artificial, el ingrediente clave en el progreso son las personas en lugar de los algoritmos, según Jack Clark, director de políticas de OpenAI, un laboratorio prominente en San Francisco, y co-presidente del ÍndiceIA, un esfuerzo anual para rastrear el progreso de la investigación, incluido el papel de los investigadores chinos.
Según la nota, para muchos estudiantes chinos, la decisión de quedarse o irse ha sido más personal que política. Robert Yan, un ex empleado de Google, regresó a China. Aún así, dijo Yan, solo uno de cada 10 de sus colegas chinos en los Estados Unidos eligió volver a su país de origen. Según Yan, para aquellos que buscan hacer una investigación teórica de alto nivel, muchas compañías chinas aún no eran el mejor lugar.
Por otra parte, Lisa Li, graduada de Johns Hopkins, ayudó a organizar una petición para apoyar el acceso de estudiantes extranjeros a los Estados Unidos. Ella prefiere vivir y trabajar en Estados Unidos en parte porque la industria tecnológica de China está plagada de sexismo.
La nota señala cómo investigadores chinos se capitalizan en universidades estadounidenses en un área que es estratégica para la competencia entre potencias tecnológicas: la inteligencia artificial. Sin embargo, el conflicto entre Estados Unidos y China ha tenido resonancia en este campo de la investigación.