Informe sobre las inversiones en el mundo 2019. Zonas económicas especiales
Conferencia de las Naciones Unidas sobre comercio y desarrollo [2019], Informe sobre las inversiones en el mundo 2019. Zonas económicas especiales, Naciones Unidas, New York y Gèneve, 221 pp.
Prefacio
En 2018, la inversión extranjera directa fue de 1.3 billones de dólares, el nivel más bajo desde la crisis de 2008. El reporte señala que esta cifra es un signo de la ausencia de crecimiento de la inversión en esta década.
El informe de 2019 aborda el tema de las zonas económicas especiales como mecanismo de atracción de inversiones: su situación actual, los retos que enfrentan y algunas recomendaciones de política pública.
El Informe sobre las Inversiones en el Mundo (IIM) es una obra colectiva coordinada por James X. Zhan, quien desde 2009 es director del área Inversión y empresa en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre comercio y desarrollo (CNUCD).
Esta ficha está hecha a partir del resumen ejecutivo presentado por la CNUCD:
https://unctad.org/en/PublicationsLibrary/wir2019_overview_es.pdf
El informe completo se puede descargar en:
https://unctad.org/en/PublicationsLibrary/wir2019_en.pdf
El reporte cuenta con las siguientes secciones:
Capítulo I. Tendencias y perspectivas mundiales de inversión
A. Tendencias actuales de la inversión extranjera directa (IED)
B. Perspectivas de la IED
C. Producción internacional
D. La red mundial de IED
Capítulo II. Tendencias regionales
A. Economías en desarrollo
B. Economías en transición
C. Economías desarrolladas
D. Economías estructuralmente débiles, vulnerables y pequeñas
Capítulo III. Desarrollos recientes de política y temas clave
A. Políticas nacionales de inversión
B. Políticas internacionales de inversión
C. Mercados de capital y sustentabilidad
Capítulo IV. Zonas económicas especiales
Las zonas económicas especiales se están extendiendo rápidamente en todo el mundo
Las zonas económicas especiales (ZEE) son “zonas delimitadas geográficamente, [donde] las autoridades facilitan la actividad industrial proporcionando incentivos fiscales y regulatorios e infraestructuras de apoyo” (p. 26). Este tipo de espacios económicos se promueven en la mayoría de las economías en desarrollo y desarrolladas, como una respuesta al aumento de la competencia por la atracción de inversiones (Datos cruciales 1 y 2).
En concreto, las ZEE suelen ofrecer: “incentivos fiscales, exenciones de derechos de aduana y de aranceles; normas favorables a las empresas en cuanto al acceso a la tierra, la obtención de permisos y licencias o las condiciones de empleo; y la racionalización y facilitación de los trámites administrativos”, así como infraestructuras de apoyo (p. 27).
El tipo de zonas varía en función de la escalera del desarrollo de las ZEE
Según el IIM, “el grado y el tipo de especialización están estrechamente relacionados con el nivel de industrialización de los países” (p. 27). Por lo tanto, clasifica las ZEE según el tipo de economía donde tienen lugar:
• Economías de ingreso alto: son comunes las zonas francas, que funcionan como nodos logísticos para facilitar el comercio.
• Economías de ingreso medio-alto: tienen lugar 1) zonas tecnológicas por ejemplo en alta tecnología o biotecnología; 2) zonas especializadas en ciertas industrias o en segmentos de la cadena de valor de alto valor agregado, y 3) zonas de servicios, como los financieros.
• Economías de ingreso medio: aparecen las 1) zonas especializadas que hacen uso intensivo de las cadenas globales de valor, como la industria automotriz, y 2) las zonas de servicios.
• Economías de bajo ingreso: normalmente las ZEE son 1) zonas de actividades múltiples, y 2) zonas basadas en los recursos para atraer industrias transformadoras.
Cada vez es más habitual la cooperación internacional para el establecimiento de zonas
Una tendencia marcada por el reporte es que es cada vez más frecuente que las ZEE se establezcan en colaboración con socios extranjeros, como empresas internacionales privadas, pero no con los gobiernos de otros países. No obstante, la cooperación internacional para la creación de ZEE entre gobiernos asume otras formas: asistencia para el desarrollo, cooperación económica y consideraciones estratégicas.
El reporte señala que las ventajas de construir ZEE con socios extranjeros son: “compartir los costos de creación de la zona, aprovechar la especialización y la experiencia de los países asociados y los promotores extranjeros, así como obtener acceso preferente a una red establecida de inversionistas” (p. 29).
Las ZEE pueden contribuir mucho al crecimiento y el desarrollo
El IIM indica que las ZEE tienen un efecto de atracción y promoción de las inversiones. Gracias a las ventajas que se derivan de la aglomeración de empresas y los ahorros obtenidos por su ubicación, así como por los incentivos que ofrecen, pueden ser un factor de atracción para los inversionistas.
Las ZEE también se asocian con un aumento de las exportaciones y con la creación de empleo. En efecto, las ZEE han contribuido a la diversificación de las exportaciones en los países en desarrollo y, en algunos casos, han sido un factor clave en la entrada de los países en las cadenas globales de valor. En lo que respecta al empleo, el reporte indica que las ZEE han logrado aumentar el empleo formal, particularmente para las mujeres.
No obstante las potencialidades señaladas en el reporte, se reconoce que tienen importantes limitaciones. Por ejemplo, la temporalidad del estímulo al crecimiento económico suele ser temporal o hay muchas zonas que funcionan como enclaves, con escaso impacto fuera de sus límites. Además, a pesar de los avances, permanecen preocupaciones sobre las normas laborales y las prácticas ambientales que realizan.
Enseñanzas aplicables al establecimiento de zonas modernas
El IIM propone 5 enseñanzas que se han obtenido de la implantación de ZEE y que podrían mejorar las zonas actuales:
1. Es fundamental el diseño estratégico del marco de políticas y el programa de desarrollo de las ZEE. El reporte indica la planeación a largo plazo de las ZEE es fundamental para asegurar la viabilidad de las ZEE, por lo que “el tipo de las zonas y su especialización deben ajustarse a las ventajas competitivas y las capacidades existentes” (p. 31).
2. Los programas de establecimiento de zonas deben ser modestos. Debido a que el impacto de las ZEE en el crecimiento económico es incierto, los países deben asegurarse de que las zonas sean sostenibles fiscal y financieramente en el largo plazo. El reporte recomienda la asociación con socios privados para reducir la inversión de capital público, así como los riesgos.
3. El éxito de una ZEE dependerá de que cuente con las bases correctas. Se ha identificado que los fracasos de las ZEE se deben a problemas como: mala ubicación (alejados de nodos de infraestructura o de las reservas de mano de obra), inseguridad de abastecimiento energético, instalaciones inadecuadas, mala planificación o procedimientos administrativos demasiado engorrosos.
4. Es indispensable promover el establecimiento de clústeres y de vínculos con el fin de maximizar el impacto de la zona en el desarrollo. Los gobiernos deben promover los efectos de red entre empresas especializadas, de sectores afines o, incluso, de múltiples actividades.
5. Un marco regulatorio sólido, instituciones fuertes y una buena gobernanza son factores determinantes del éxito. El IIM sugiere una sólida infraestructura jurídica de las ZEE, así como la autonomía de los órganos rectores de estas zonas para “garantizar la aplicación coherente, transparente y previsible de las políticas de las ZEE” (p. 33).
Las ZEE modernas afrontan un triple reto
Las ZEE enfrentan tres megatendencias que afectarán la producción industrial:
1. El imperativo del desarrollo sostenible. Las ZEE deben considerar la adopción de normas sociales y ambientales sostenibles para atraer inversiones: “están surgiendo ZEE que publicitan su desempeño ambiental (ecozonas), mientras que las medidas para asegurar el cumplimiento y la promoción activa de normas ambientales, sociales y de gobernanza exigentes se están convirtiendo en una característica habitual de las ZEE” (p. 34).
El reporte añade que, tomando en consideración los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por Naciones Unidas, las ZEE deberían tener un impacto positivo en la igualdad de género, como la creación de empleo, pero también en las directrices e igualdad de género.
2. La nueva revolución industrial y la economía digital. Frente a la pérdida de importancia de los bajos costos laborales en las decisiones de inversión, las ZEE deben “adaptar sus propuestas de valor” con personal cualificado, elevados niveles de conectividad de datos, servicios tecnológicos, prestación de servicios digitales, entre otras medidas.
3. Los cambios en los patrones productivos internacionales y las cadenas globales de valor. El reporte señala que las ZEE se enfrentan a nuevos retos derivados del cambio en las políticas de comercio e inversión, que incluyen: el aumento del proteccionismo, las modificaciones de las preferencias comerciales y el predominio de la cooperación económica regional. La tendencia hacia una mayor cooperación económica regional, y no multilateral, probablemente impulse el establecimiento de zonas regionales y transfronterizas.
El futuro: zonas modelo acordes con los ODS
Para alcanzar los ODS de sostenibilidad y crecimiento inclusivo, las ZEE tendrían que lograr una transición desde “una ‘carrera a la baja’ para atraer inversiones (mediante rebajas fiscales, menor regulación y normas menos exigentes) a una carrera hacia la cumbre, que convierta el impacto en el desarrollo sostenible en una ventaja de ubicación” (p. 36).
1. Actualmente hay alrededor de 5 400 zonas económicas especiales (ZEE) en 147 economías y otras 500 zonas están en proyecto.
2. Gráfica. Tendencias históricas de las ZEE (número de países y zonas). La gráfica muestra que las ZEE aumentaron en número de 79 en 1975 a alrededor de 5 400 en 2018 y que las economías con ZEE pasaron de 29 a 147 en 1975 y 2018, respectivamente.
El reporte da cuenta de un modelo de asentamiento de la IED y las ventajas que ofrece a las corporaciones. Las megatendencias que guían los cambios de la economía mundial (efectos de la devastación ambiental, los cambios en las cadenas de valor y los avances tecnológicos) parecen apuntar a un mayor regionalismo de la IED y las ZEE ofrecen un modelo viable para enfrentar estos cambios asegurando la protección estatal y el aprovechamiento de las condiciones locales (geográficas, de mano de obra y de riquezas naturales) para la acumulación de capital.