Sobre la autora
Karen Weise es corresponsal de tecnología para el New York Times en Seattle, desde donde cubre a Amazon, Microsoft y la escena tecnológica de la región. Antes de unirse al New York Times, Weise trabajó para Bloomberg Businessweek, Bloomberg News y ProPublica.

A principios de mayo, el pionero de internet, Tim Bray, renunció a su puesto como vicepresidente de Amazon por lo que llamó “una veta de toxicidad” en la cultura de la compañía. En pocas horas, la publicación que hizo al respecto en su blog atrajo cientos de miles de visitas, y su correo se llenó de solicitudes de periodistas, reclutadores y técnicos. Incluso, legisladores en Washington D.C. citaron su publicación. En las semanas posteriores, Bray elaboró una crítica más amplia de la compañía. Desde diferentes medios llamó a la sindicalización y a la regulación antimonopolio. En otra publicación escribió que le gustaría ver a Amazon separar su negocio de comercio electrónico de su lucrativa división de computación en la nube, "y estoy seguro que no soy el único” agregó.

Ante un creciente escrutinio antimonopolio y la crisis ocasionada por la pandemia que ha dificultado sus operaciones, Amazon se ha visto cada vez más obligada a defender su historial como empleador y su relación con los consumidores. Jeff Bezos, su director ejecutivo, testificó por primera vez ante el congreso el lunes 27 de julio en relación con prácticas monopólicas de la compañía y otras grandes empresas tecnológicas. Entre de los detractores de Amazon, Bray destaca debido a que gran parte de las críticas a la compañía han venido desde el exterior, sindicatos, legisladores y rivales, pero él pasó los últimos cinco años en las más altos niveles dentro de la compañía. Desde un bote atracado en Vancouver, Columbia Británica, que ha usado como oficina durante la pandemia, Bray presenta sus ideas como una simple cuestión de lógica. “No soy un radical por creer que la riqueza y el poder en el siglo XXI están demasiado concentrados” y agregó que “la industria de la tecnología es el candidato perfecto para dividirse”.

Hazañas tecnológicas y activismo

La experiencia vital de Bray pudo haberlo predispuesto a pensar en algo más que en problemas de ingeniería. Aunque nació en Canadá, creció en Beirut, donde su padre trabajaba como profesor, hasta que el conflicto religioso lo volvió un mal lugar para vivir. Sin embargo, su tiempo ahí se quedó con él, haciendo muy difícil para Bray ignorar la política. Al estudiar en la Universidad de Guelph, cerca de Toronto, encontró alegría y habilidad en la informática. Si bien durante los primeros días del Internet digitalizó el Oxford English Dictionary y fundó dos nuevas empresas, es mejor conocido entre los tecnólogos por colaborar en la invención del XML, un estándar crítico para almacenar y compartir datos en Internet.

Bray se unió a Amazon en 2014, después de varios años en Google. Dentro de la compañía se volvió un raro y distinguido ingeniero. Aunque era parte de un grupo élite dentro de la compañía, sus muchos intereses lo hacían un sujeto atípico. Bray es el tipo de persona en una conversación es capaz de citar a Thomas Piketty, cuyo libro conoce de principio a fin, declarar su amor por el heavy metal y hablar en detalle sobre la crisis climática, que es un tema que le preocupa mucho. Bray ha convertido algunos de esos intereses en activismo. En 2018, por ejemplo, fue arrestado al protestar contra la instalación de un oleoducto en Canadá que sería usado para exportar petróleo de arenas bituminosas a los mercados asiáticos. De la misma forma, el año pasado firmó una carta junto a miles de empleados de Amazon instando a la compañía a abordar la crisis climática de una forma más proactiva; él fue la persona de más alto nivel en la compañía en firmar el documento.

Aunque los organizadores de la propuesta recibieron la adhesión de Bray, de acuerdo a él, su disidencia pública enfureció a algunos directivos de Amazon que le pidieron recordar el principio conocido dentro de la compañía como “disentir y comprometerse”, cuyo significado es que las personas deben debatir vigorosamente internamente pero una vez se toma una decisión sobre algún tema, todos deben de alinearse y apoyarlo. En su posición como vicepresidente ejecutivo, no se suponía que Bray se saliera de su papel y diera ese tipo de mensajes contradictorios. Fue esta idea la que eventualmente lo llevaría a presentar su renuncia. En abril, Amazon despidió a un grupo de empleados activistas por supuestamente por haber violado de forma repetida varias políticas. Para Bray, la decisión de Amazon al despedir a los que pensaban distinto cruzó la línea, fue demasiado. Aunque se quedó por unas semanas más para concluir un proyecto, finalmente dejó la empresa renunciando a una compensación de un millón de dólares. Esa noche preparó su blog para un tráfico mayor de lo normal en caso de que Reddit y Hacker News recogieran su publicación, pero sus expectativas fueron superadas con creces.

Un problema social profundo

Al pasar de los días, la crítica de Bray resonó en Capitol Hill, la congresista demócrata por el distrito de Seattle, donde se encuentra Amazon, Pramila Jayapal habló con él, y otros senadores mencionaron su renuncia y su publicación en una carta que enviaron a Jeff Bezos a raíz de los despidos. Aunque Bray inicialmente trató de mantener un perfil bajo, continuó blogueando y finalmente habló públicamente haciendo críticas aún más agresivas a la empresa. A principios de junio apareció en un video de National Observer, un sitio de periodismo de investigación canadiense, donde dijo que Amazon era síntoma del capitalismo concentrado, “lo que tenemos es un problema social profundo y un inaceptable desequilibrio en el poder y la riqueza”. Además señaló que el hecho de que la empresa de manufactura, la de reconocimiento de voz, la de computación en la nube y la compañía de video Prime, sean parte de la misma compañía, al no estar particularmente relacionadas, se vuelve algo “distorsionante y dañino”.

En una conferencia virtual convocada por sindicatos globales una semana después, señaló que la creación de sindicatos debería ser sencilla en Estados Unidos, pues son uno de los instrumentos políticos más efectivos a la hora de corregir desequilibrios de poder y que los beneficios que Amazon defiende para los clientes: precios bajos, selección interminable y una entrega rápida, no son gratuitos, sino que se traducen en la precarización de los trabajadores de los almacenes de la compañía. Amazon, por su parte, ha defendido sus condiciones laborales, diciendo que ha gastado miles de millones para hacer su almacenes seguros y que a sus trabajadores reciben al menos 15 dólares por hora, más beneficios.

Mas aún, Bray se dedicó en los siguientes días a formular un caso de negocios para desmantelar la empresa que escribió en un formato estándar de Amazon conocido como PRFAQ, dónde imagina cómo la compañía anunciaría la noticia una vez que se promulgara por completo. Debido al aumento de las presiones antimonopolio Amazon podría preferir escindir de forma proactiva su negocio de computación en la nube, Amazon Web Services, en oposición a la presión de Washington.

Luego, publicó el documento en GitHub, una herramienta de colaborativa para codificación, solicitando ayuda para mejorar el tono. Bray argumentó que al desarticular AWS, compañías competidoras de Amazon como Wal-Mart se sentirían más cómodas usando los servicios de computación en la nube de la compañía, atrayendo a más clientes comerciales que no tendrían que preocuparse por evitar fortalecer a su competidor. Aunque esta publicación no se volvió tan viral, Bray notó que en los registros del servidor de su blog quedó registrada la atención que la propuesta recibió dentro de la compañía. Su sospecha se vio confirmada cuando un ex colega le dijo que había preocupación en Amazon de que Wall Street pudiera pensar que la propuesta era un documento de la compañía, lo que hizo a Bray modificar el documento para incluir la leyenda “Este documento no es una producción de Amazon.... Describe un proceso hipotético que podría tener lugar".