Juan Bordera es guionista y activista, colabora con la Red de Transición y otros movimientos. Escribe para ctxt Contexto y Acción, El Salto y Revista 15 15 15.

Amazon, la empresa más importante de compras en línea en el mundo ha demostrado ser más que eso. Recientemente su fundador Jeff Bezos declaró frente la Cámara de Representantes de Estados Unidos debido a las acusaciones de prácticas monopolísticas por parte de su empresa. Bezos actualmente es la persona más rica del mundo, al ser el primero en amasar 200 000 millones de dólares, y ha utilizado la narrativa del sueño americano para defender a Amazon de las acusaciones.

Amazon se ha conformado como todo un conglomerado de empresas en múltiples sectores, los cuales se diversifican constantemente. Amazon cuenta con los Amazon Web Services , los cuales resultan mucho más rentables que el comercio en línea. Cuenta con IMDb, Prime Video, Twitch, Kindle y Amazon Music, también cuenta con medios de comunicación como The Washington Post. Asimismo, uno de sus proyectos más ambiciosos es Blue Origin, el cual compite contra Elon Musk en la carrera espacial privada.

La empresa de Bezos también es conocida por imitar los productos que se venden a través de su plataforma: Amazon aprende los datos de lo que se vende en su página para copiarlo y venderlo más barato. Entonces, el algoritmo de Amazon deja de recomendar otros productos y las otras empresas se ven obligadas a cerrar. Así, se observa que Amazon no genera empleo, sino que lo destruye y precariza.

Amazon Web Services, es un servicio de “nube” y aloja datos de una multitud de empresas y administraciones, que van desde la CIA, hasta Netflix (su competidor de Prime Video). Esta “nube” representa un doble peligro. El primero tienen que ver con el costo energético y el decrecimiento de la soberanía tecnológica: ya que esta empresa de Big Data funge como una máquina de análisis y extracción de datos, (de los cuales, no se tiene idea de qué se hace con ellos, convirtiéndose en una caja negra). Así, lo mejor que puede hacer la ciudadanía, es demandar a sus gobiernos el desarrollo de políticas públicas de servicios de nube.

En cuanto al daño ambiental, Amazon se caracteriza por haber avanzado muy poco en la transición a energías renovables y en la disminución de sus emisiones. Sus propios trabajadores han organizado huelgas por todo el mundo ante la falta de compromiso ecológico de la compañía. Bezos ha tratado de encubrir estas acusaciones con la donación más grande, jamás hecha para estas causas: 10 000 millones de dólares de su fortuna personal, pero las críticas ante su comportamiento hipócrita no han cesado.

Diversas ciudades como Barcelona, se han planteado buscar resquicios legales para gravar a la compañía, aunque esto solo representa una acción mínima ante el enorme problema que la empresa supone. En Aragón, España, Amazon Web Services se convertirá en el mayor consumidor de electricidad. La administración de esta ciudad está “atada de manos” ya que la empresa gestiona los datos de sus administradores, por lo que presionarla a que pague impuestos o cumpla con los compromisos medioambientales, parece una tarea difícil.

En el ámbito ecologista existe una paradoja conocida como paradoja de Jevons. William Stanley Jevons fue quien le dio nombre en el siglo XIX, ésta ayuda a entender por qué es imposible crecer eternamente. Explica la relación entre crecimiento y decrecimiento de costes y uso de material. Amazon es un ejemplo de esta paradoja: abarata costes con su gran volumen de pedidos, lo cual le permite ser más competitivo y contar con mejores precios. Los preciso bajos crean consumidores compulsivos que acaban comprando más productos que tal vez no necesiten, y esa lógica de consumo, aumenta la huella ecológica y el uso de de recursos.

Jeff Bezos insiste en que hay que pensar a largo plazo, evitando el cortoplacismo. Es lógico que lo piense así, ya que gracias a esta mentalidad “Amazon sobrevivió a la crisis de las puntocom”. Durante el segundo trimestre de 2020, durante la pandemia global ha ganado 88.900 millones de dólares. Mientras en Francia , se cierran almacenes por falta de seguridad.

Además, Bezos ha invertido en un proyecto singular en Texas: un reloj que funcione por 10 000 años sin intervenciones, el cual hará tic tac una vez al año, y una de sus manecillas cambiara únicamente cada milenio. El empresario ha dicho que “el reloj durara más que nuestra civilización”, lo cual puede ser cierto si su empresa sigue con ese ritmo de degradación del medio ambiente.