Autores:

Immanuel Wallerstein, profesor de la Universidad Yale.

Randall Collins, profesor de sociología de la Universidad de Pennsylvania

Michael Mann profesor del Departamento de Sociología de la UCLA

Georgi Derluguian, profesor de la Universidad de New York

Craig Calhoun, director de la London School of Economics

El próximo gran viraje - Introducción colectiva

Explorar las oportunidades de cambio que surgirán en los próximos decenios. El horizonte es el de una crisis estructural, misma que Wallerstein sitúa como el "colapso del sistema capitalista". "Durante los próximos tres o cuatro decenios, los capitalistas del mundo, después de saturar los mercados globales y presionados por los costos sociales y ecológicos de hacer negocios, podrían verse imposibilitados para tomar sus decisiones de inversión como de costumbre" (p. 5). Collins apunta sobre los efectos de la erosión y casi desaparición de las clases medias, sometidas al desempleo que deriva del avance tecnológico y que han sido el amortiguador político y social del capitalismo. Calhoun argumenta sobre la pertinencia de opciones y acciones políticas que permitan la salvación de un "capitalismo reformado", siendo el escenario más probable el de un "capitalismo al estilo chino"; las finanzas y parte del impulso a la globalización serían los rasgos actuales que deberán desaparecer en esta transformación. Mann trabaja la complejidad de las relaciones capitalistas, destacando la crisis ecológica como principal amenaza y factor de eventual colapso: "... la crisis ecológica que aumentará en el siglo XXI y que probablemente tomará la forma de guerras por agua y comida, por contaminación y migración masiva de poblaciones enteras, lo que abre la posibilidad a reacciones totalitarias e incluso a guerras con armas nucleares" (p. 7); una eventual solución requiere de un "cambio drástico de las condiciones institucionales de la vida actual". Derlugian resitúa la experiencia de la URSS en el marco de la geopolítica mundial y discute el comunismo como alternativa no viable al capitalismo.

Se abren escenarios de posibles bifurcaciones en tanto la crisis sistémica desmonta restrucciones estructurales: "Una profunda crisis del capitalismo prodría representar la oportunidad para reorganizar los asuntos mundiales de la humanidad con más justicia social y un planeta más habitable" (p. 9). Estas transformaciones pueden ser más o menos destructivas; uno de los escenarios posibles es "... la fragmentación del mundo en bloques defensivos, opresores y xenófobos en su interior... Las maneras de reestablecer el orden social en medio de un conflicto extremo podría abarcar reminiscencias del fascismo, aunque también la posiblidad de una democracia más amplia" (p. 9).

Las conclusiones del libro analizan la situación mundial actual, incluyendo su clima intelectual.

Siguiendo las tendencias del sistema, se postula que el socialismo aparece como el relevo más plausible frente a la crisis sistémica del capitalismo; en ello deben tenerse en cuenta las contradicciones de las experiencias socialistas (excesiva centralización, despotismo político, estancamiento económico). Otros escenarios contemplan eventuales alianzas de estados nacionales para hacer frente a los desastres en curso, conduciendo a una versión socialdemócrata más beninga del capitalismo global. Wallerstein postula que lo que sustituirá al capitalismo es intrínsicamente imposible de predecir, aunque se pueden dibujar posibilidades yendo desde un sistema no capitalista conservando características jerárquicas y polarizantes del capitalismo y un sistema democrático e igualitario (p. 11). Finalmente, es posible el surgimiento de sistemas más flexibles capaces de enfrentar amenazas y riesgos que hoy minan el capitalismo.

El punto esencial es pensar que son posibles diversas formas de organización social: "El resultado depende, en gran medida, de la visión y voluntad política que prevalezcan después de las grandes crisis que dan lugar a los grandes hitos de la humanidad" (p. 12).