Brian X. Chen es el principal escritor de tecnología de consumo de The New York Times.

Brian cuenta cómo hace veinte años tecleó por primera vez Google.com y su experiencia fue satisfactoria en comparación con navegadores como AltaVista, Yahoo! o Lycos, que, a diferencia de Google, ofrecían anuncios y noticias y los resultados no estaban tan actualizados. No obstante, esos tiempos han cambiado pues hoy, veinte años después basta con hacer una búsqueda para recibir un bombardeo publicitario acerca de lo que has tecleado.

No sólo se trata del tiempo que demoramos en una búsqueda de Google, sino que esta compañía ha creado un imperio tecnológico tan extenso que incluso se podría decir que domina nuestras vidas, sugiere Chen.

Por ejemplo, los dispositivos móviles utilizan aplicaciones de Google para el almacenamiento de fotografías, de fechas importantes en el calendario, correos electrónicos y documentos. Las computadoras o tabletas tienen a Google como barra de búsqueda predeterminada en sus navegadores web. Para el trabajo o escuela, se utiliza Google Finanzas, Google Drive, Google Meet y Google Hangouts, mientras que, para el hogar, cámaras de seguridad como Nest, son fabricadas por esta empresa tecnológica. O en términos de geolocalización, Google tiene fotografías de nuestras casas tomadas desde el espacio exterior y desde autos con cámaras sobre el techo.

El 20 de octubre de 2020 el Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó a la compañía por prácticas anticompetitivas, siendo la acción más significativa por parte del gobierno estadounidense contra el monopolio de una empresa tecnológica en décadas. El argumento del gobierno se enfoca en el motor de búsquedas de Google y en cómo parece haber creado un monopolio a través de contratos exclusivos y que dejan fuera a la competencia. Tras el anuncio de la demanda, Google comunicó a través de un tweet que esta tenía fallas profundas y que, la gente utiliza el navegador porque elige hacerlo, no porque no haya alternativas o porque sean obligadas a hacerlo.

Gabriel Weinberg, director ejecutivo de DuckDuckGo, motor de búsqueda alternativo, dice que no considera el dominio de Google que sea una casualidad, pues dicha empresa “ha usado sus diferentes productos para mantener el dominio en su mercado base, que es la búsqueda”, generando un elevado costo en la privacidad de muchos usuarios, pues la compañía tecnológica recolecta importantes cantidades de información a través de sus productos permitiendo reunir perfiles detallados sobre comportamientos e intereses de quienes lo usan. Además, agregó que la creación de perfiles masivos de personas puede ocasionar un enorme daño.

Para comprobar ese argumento, Brian catalogó la presencia de Google en nuestras vidas y encontró que:

• Anuncios por doquier
Es probable que cuando navegamos la web estemos interactuando con Google, ya que la mayoría de sitios que vistamos contienen tecnologías de anuncios de este servidor y que, además, son anuncios operados por él (Ver dato crucial 2).

• Celulares y computadoras
Android es el sistema operativo más popular en el mundo y al usar un dispositivo con este software inevitablemente se hace uso de aplicaciones de la Play Store de Google. Apple, no se escapa, pues desde 2007, Google ha sido la barra de búsqueda predeterminada en el navegador Safari, Gmail es el servicio de correo más popular en el mundo y qué decir de YouTube TV, un servicio que ofrece canales de televisión (Ver dato crucial 6).

• El hogar y más allá
Es muy probable que detrás de cada aparato que se conecte a internet se encuentre Google, pues una de las grandes marcas de dispositivos inteligentes para el hogar es Nest, que fabrica cámaras de seguridad, alarmas contra incendios y termostatos con conexión a internet.

Es decir, muy a menudo interactuamos con Google incluso cuando usamos una aplicación con la que no tiene una conexión directa, pues la compañía le brinda a otras marcas la infraestructura digital o la tecnología de servidores en la nube que les permite llevar a cabo su función.

Incluso Weinberg (el ejecutivo de DuckDuckGo), quien abandonó Google contó que, a pesar de sus esfuerzos por evitar Google, a veces no hay alternativa.