Jonathan Watts es periodista y editor sobre medio ambiente global para el diario The Guardian. Es autor de libro When a Billion Chinese Jump: How China Save the World or Destroy it.

El texto muestra la preocupación a raíz del hallazgo de altos niveles de metano liberado en el mar de Laptev, en la costa siberiana. El metano fue detectado por un grupo internacional de científicos a una profundidad de 350 metros bajo el nivel del mar, mientras que en la superficie los niveles son de cuatro a ocho veces superiores a lo habitual (Dato crucial 1).
 
El Servicio Geológico estadounidense considera que la desestabilización de los hidratos en el Ártico es uno de los 4 escenarios más graves que podrían dar lugar a un cambio climático abrupto. Según el científico de la Universidad de Estocolmo, Orjan Gustafsson, aunque la liberación de metano no provocará cambios inmediatos, significa que el sistema de hidratos de metano ha sido modificado y que el proceso continuará. No obstante, el texto señala que las conclusiones de la Expedición Internacional son preliminares y aún deben ser revisados para ser publicados.

El autor Jonathan Watts expone la preocupación de que el hallazgo de metano en el Ártico puede significar un punto de inflexión en el aumento de la velocidad del calentamiento global. Añade que la cuestión sobre cuándo será liberado el metano y cuáles serán sus efectos es objeto de incertidumbre en los modelos computacionales sobre el clima.

El grupo de 60 científicos creen ser los primeros en confirmar la liberación de metano a sólo 600 kilómetros de la costa rusa. En su investigación, encontraron los sedimentos en seis puntos de una zona de 150 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho. El científico en jefe de la expedición, Igor Semiletov, explica que los hallazgos representan las descargas de metano más grandes encontradas con hasta el momento. Se piensa que la causa principal de la liberación del metano es una intrusión de aguas cálidas del Atlántico, atribuible a alteraciones provocadas por los humanos. 

El descubrimiento de estos científicos representa la tercera fuente de metano en la región; además, es el segundo año consecutivo en que los investigadores se encuentran indicios de burbujas de metano en las zonas menos profundas en el mar de Laptev y en el de Siberia Occidental.

A manera de conclusión, el autor señala que de enero a julio de 2020 las temperaturas en Siberia estuvieron 5 ºC por encima del promedio histórico para esos meses, lo que explica el descongelamiento temprano y el congelamiento tardío de la zona en 2020.