Ecological Marxism and ecological economics: from misunderstanding to meaningful dialogue

Cita: 

Douai, Alí [2020], "Ecological Marxism and ecological economics: from misunderstanding to meaningful dialogue", Clive Spash (editor), Routledge Handbook of Ecological Economics. Nature and Society, London, Routledge, pp.57-66.

Fuente: 
Libro electrónico
Fecha de publicación: 
2020
Tema: 
Convergencias y divergencias entre el marxismo ecológico y la economía ecológica
Idea principal: 

Ali Douai es profesor de Ciencias Económicas en la Universidad de Niza Sophia Antipolis, en Francia. Es responsable del campo de formación "Derecho, Ciencias Políticas, Economía, Gestión". Su campo de investigación se enfoca en la economía ecológica, economía institucional y la construcción de mercados.


El artículo tiene como objetivo presentar un balance del diálogo entre los postulados del marxismo ecológico (ME) y la economía ecológica (EE) al explorar las controversias y debates entre una y otra propuesta. Asimismo, busca hacer una evaluación de las dimensiones ecológicas del pensamiento de Marx; para ello, el autor se propone recuperar las categorías de la crítica de la economía política de Marx, pues considera que pueden ser aprovechadas para un mejor entendimiento de los problemas ecológicos contemporáneos.

La intención de esto es superar las críticas simplistas según las cuales Marx no consideró las relaciones humanas con la naturaleza. Así el artículo propone discutir el concepto de metabolismo hombre-naturaleza, basado en el proceso de trabajo, proceso que tiene un doble carácter: por un lado, el proceso de producción en general como generador de valores de uso, por el otro, el proceso de producción en particular en el capitalismo, el cual produce valor para la acumulación de capital. Según el autor, en la distinción del doble carácter del trabajo se encuentra ya contenido el principio de una crítica ecológica del capitalismo, pues da lugar a una contradicción estructural entre el capital y la naturaleza, causando así una “fractura metabólica” entre la sociedad y la naturaleza.

El argumento se complementa siguiendo con temas que suscitan controversia entre la EE y la teoría del valor de Marx. Por último, se muestran algunas discusiones de vanguardia en las que la EE ha generado condiciones para un dialogo fructífero con la EM: gobernanza ambiental en la era neoliberal; capitalismo y decrecimiento; y la teoría del intercambio ecológico desigual. Así, la intención es mencionar que la relación entre EE y EM ha pasado del antagonismo a un mutuo reconocimiento de la necesidad de un "diálogo significativo"

Metabolismo, trabajo y la contradicción ecológica del capitalismo

Metabolismo: sociedad en la naturaleza

Marx entendía que existe un “carácter metabólico” de las transformaciones de la naturaleza realizadas por el trabajo humano. Para Marx, el trabajo es una condición universal para el intercambio de materia y energía entre humanidad y naturaleza. Este metabolismo es fundamental, pues las transformaciones en la naturaleza son asimismo transformaciones en la sociedad y el hombre.

Las condiciones naturales son transformadas por el proceso de trabajo; estas transformaciones pueden causar al mismo tiempo tanto efectos productivos como destructivos. Por ejemplo, Marx entendía los procesos capitalistas en la agricultura y en la urbanización como una ruptura y sustitución de los ciclos naturales por ciclos industriales; la agricultura capitalista representaba un cambio en los regímenes espaciotemporales de producción que, junto con la separación del campo y la ciudad provocaron una ruptura en el metabolismo social.

Respecto a esto, distintos autores han discutido la manera en la que tanto Marx como Engels utilizaron (o no) el concepto de metabolismo social refiriéndose también a una relación del trabajo como una producción energética consecuente con la segunda ley de la termodinámica. Al respecto, las posturas de los distintos autores que participan del debate difieren significativamente: mientras algunos consideran que en Marx y Engels sí había interés en el tema, otros consideran que no se interesaron por él ni realizaron algún aporte significativo.

El doble carácter del trabajo

En su obra Marx hizo una distinción entre el proceso de trabajo en general y el proceso de valorización capitalista. El primero como una dimensión antropológica de toda vida social y el segundo como un factor histórico que produce valor económico para el capital. Esta dualidad se encuentra relacionada con el doble carácter de la mercancía: como un valor de uso y como un valor de cambio. Como valor de cambio, las mercancías deben de reducirse a algo en común para poder ser conmensurables; ese algo común es el trabajo necesario para su elaboración. Así, todas las mercancías en el capitalismo, además de ser valores de uso resultantes del trabajo concreto, se reducen a trabajo humano en abstracto para poder ser intercambiadas. De esta manera la producción de valores de uso deja de ser un fin en sí mismo y se vuelve un medio para la valorización económica como fin.

Los valores de uso producidos por el trabajo concreto son resultado de la transformación de la materia y la energía. Por otra parte, aunque la producción y el intercambio de mercancías tienen una cualidad material y energética, el valor económico producido por el trabajo abstracto es un fenómeno puramente social, una "objetividad inmaterial" en el capitalismo. De acuerdo con Elmar Altvater (2007), este doble carácter del trabajo y la mercancía es importante ya que es lo que da cuenta de la inadecuación y ruptura que existe entre las prácticas sociales capitalistas y las "duras leyes de la naturaleza".

La contradicción ecológica del capitalismo

En su propuesta de marxismo ecológico, James O’Connor ubicó una contradicción entre 1) las fuerzas y relaciones de producción, y 2) las condiciones de producción. Dicha contradicción se ubica en la tendencia del capital a destruir en lugar de reproducir, las condiciones necesarias para la producción (como la naturaleza), ocasionando una crisis de subproducción que finalmente amenazaría la propia reproducción del capital.

Sin embargo, algunos autores como Burket, Altvater y Harribey criticaron ese enfoque por dos motivos. El primero relacionado a la categoría de subproducción, pues consideran que es una categoría funcionalista y que requiere de la posibilidad de poder reproducir las condiciones de una naturaleza externa, siendo que en la naturaleza todos los procesos se caracterizan por su irreversibilidad. En segundo lugar, los críticos señalan que caracterizar la contradicción ecológica como "externa" es un retroceso al postulado marxista de la necesidad de la integración de la producción capitalista en la naturaleza. Por tanto, la explotación de la naturaleza y la explotación del trabajo consideradas a la vez en su diferencia y en su unidad deben ser consideradas como internas a la producción capitalista.

Al respecto, Altvater se basa en las leyes de la termodinámica para ubicar la contradicción ecológica del capitalismo en la doble determinación del proceso de trabajo capitalista: debido a que la producción de mercancías es simultáneamente la transformación cuantitativa del valor económico y la transformación cualitativa de la materia y energía, hay como resultado un conflicto constante entre los requerimientos expansivos del crecimiento capitalista y el necesario aumento de la entropía. Para Burkett, en el capitalismo se presentan dos crisis que están enlazadas: la crisis de acumulación de capital, seguida de “la crisis en la calidad de la riqueza natural como condición el desarrollo humano”; esto porque en la dialéctica de Marx tanto los costos ecológicos como los sociales de la acumulación de valor son inherentes al proceso metabólico de reproducción de la sociedad y la naturaleza en su forma capitalista.

Riqueza y valor económico: ideas marxistas para la economía (social) ecológica (ESE)

La economía social ecológica ha intentado desarrollar una teoría pluralista de los valores ambientales y la gobernanza como una alternativa a la valoración económica y a la lógica mercantil del análisis económico tradicional. Algunos autores como Harribey, Douai, Burkett y Nelson han intentado mostrar cómo la teoría del valor de Marx podría fortalecer la perspectiva de la EE. La EE ha puesto en cuestión la valorización monetaria de la naturaleza al discutir los postulados filosóficos de la teoría neoclásica de la elección, resaltando los límites éticos de la mercantilización.

Sin embargo, la EE no ha dado una concepción alternativa a conceptos como mercancía, valor económico, dinero y riqueza. Esto ha conllevado a una aceptación tácita de la teoría del valor neoclásica y a una incapacidad para relacionar los conflictos ambientales con las condiciones sociohistóricas que explican la crisis ecológica global y el dominio del dinero como principal forma de valor.

Mientras que para la economía neoclásica el concepto de valor tiene una supuesta capacidad para capturar la esencia de todas las interacciones entre el ser humano y la naturaleza, la crítica de la economía política marxista considera que los conceptos de valor económico, precio y dinero deben ser considerados como nociones sociohistóricas, cuyo significado es debido a relaciones sociales específicas (las capitalistas), y dan cuenta del conjunto de formas de la vida social.

La perspectiva de la valorización económica no considera la distinción entre valor de uso y valor de cambio. Así, al identificar de manera arbitraria ambos conceptos difunde la idea de que el máximo bienestar sólo puede alcanzarse a través de la mercantilización del mundo. Por el contrario, aceptar la distinción entre valor de uso y valor de cambio –como hace la teoría del valor de Marx– conlleva a la imposibilidad de reducir la riqueza al valor económico y el mercado. De esta manera se acentúa que existen riquezas naturales, con valor de uso, sin la necesidad de que estas tengan un valor de cambio.

De hecho, el valor económico es una expresión de las relaciones sociales específicas del modo de producción capitalista. El valor es una categoría "diseñada para asegurar la reproducción y la expansión de la acumulación de un poder social particular" en una sociedad específica. Ciertamente, se pueden atribuir valores éticos, culturales o históricos a la naturaleza. Pero ello no desacredita la teoría del valor de Marx, pues esta se ocupa del valor económico y tiene un alcance limitado a la producción de mercancías.

Indicaciones futuras

Conservación neoliberal

Una crítica interdisciplinaria del conservacionismo neoliberal basada en el marxismo cuestiona que lo que se denomina “conservar” a la naturaleza en realidad consiste en su mercantilización y en la expansión del capitalismo. Se considera también que puede haber un área de diálogo y entendimiento entre la EM y la EE a través del análisis de las prácticas neoliberales de conservación como incrustadas en los ámbitos culturales e institucionales que explicarían las formas en que la retórica de la teoría neoclásica se implementa en el discurso de la sociedad. Asimismo, la investigación de las características de la valoración económica y la conservación neoliberal, así como su implicaciones socioecológicas, son a su vez una oportunidad para lograr una unificación del ME y la EE. Esto podría ofrecer una postura más fuerte a los ciudadanos y los tomadores de decisiones.

Capitalismo y decrecimiento

Teóricos de la economía ecológica como Joan Martínez-Alier han abogado por el decrecimiento sostenible, como un cambio fundamental de la imaginación colectiva contra el fetiche del crecimiento. Mediante el decrecimiento sostenible se lograría una transición democrática hacia una economía de menor producción. Sin embargo, esto plantea la pregunta de si el decrecimiento es posible en una sociedad capitalista, así como la pregunta sobre la transición hacia una nueva sociedad. Por su parte, teóricos marxistas como Harribey y Foster critican que el decrecimiento cuestiona al crecimiento económico pero nada dice sobre la acumulación de capital: el decrecimiento deja de lado el concepto de acumulación de capital como rector de la sociedad y en su lugar insertaría el de economía de crecimiento. Asimismo, los autores de la EE constantemente se refieren confusamente al capitalismo como una mera ideología. Al respecto los autores del ME rechazan que todo se encuentre en el imaginario colectivo, y subrayan que la atención debe centrarse en las relaciones sociales y la organización de la sociedad. Otro problema por discutir sería comprender cómo cambios en las inversiones masivas para infraestructura social (como transporte y energía) podrían realizarse en el contexto de decrecimiento. Pare el ME, el decrecimiento finalmente parece ser más un objetivo final, en lugar de una transición.

Intercambio ecológico desigual

Teóricos como Hanborg y Martínez-Alier han proporcionado importantes aportaciones a la EE, para poder estudiar las relaciones de intercambio en términos biofísicos entre el centro y la periferia de la economía mundial capitalista. En la teoría del intercambio ecológico desigual se argumenta que existe un intercambio de más "unidades” ecológicas por menos entre el centro y la periferia –de manera análoga a lo que se planteaba en la teoría del intercambio económico desigual sobre el intercambio de menos trabajo por más entre en centro y la periferia–. Al respecto Hornborg menciona que el intercambio desigual debe de ser comprendido en términos de la asimetría de flujos de los recursos biofísicos y no como una asimetría de intercambio de “valores”. Por su parte Foster y Holleman argumentan en sentido contrario intentando mostrar cómo un análisis marxista del sistema mundial, que se basa en los sistemas energéticos de Howard Odum (denominado "emergía"), puede alinearse con el análisis de ruptura metabólica de Marx. Para el autor ambas contribuciones deben de ser consideradas no solo por el problema del intercambio ecológico desigual sino también por los debates teóricos y filosóficos que quedan por abordar entre el ME y la EE.

Conclusiones

Para el autor, es importante recalcar que, aunque Marx descuidó parcialmente en su análisis las consecuencias ecológicas del desarrollo capitalista, hay mucho en sus planteamientos que puede dar pista sobre estos problemas. Además, existen la condiciones para crear un diálogo entre la crítica al capitalismo por parte del marxismo y la crítica al productivismo por parte de la EE. Sin embargo, hay dos cuestiones que se deben evitar: la primera es naturalizar las condiciones sociales, pues esto negaría el papel estructural de la acumulación de capital y sus consecuencias para relación entre el hombre y la naturaleza; lo segundo que se debe evitar es la idea de que el marxismo tradicional agota teóricamente los desafíos planteados por el desarrollo de las sociedades.

Trabajo de Fuentes: 

Altvater, E. [2007], "A Marxist Ecological Economics", Monthly Review, 58(8): 54–64.

Burkett, Paul [2006], Marxism and Ecological Economics: Towards a Red and Green Political Economy, Boston, Brill.

Harribey, J.M. [2008], "Ecological Marxism or Marxian Political Ecology?", Critical Companion to Contemporary Marxism, Leiden, Brill, pp. 189–207.

Foster, J.B. [2011], "Capitalism and degrowth: An impossibility theorem", Monthly Review, 62(8): 26–33.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La destrucción de la naturaleza por parte del capitalismo y sus presupuestos de desarrollo y crecimiento económico han obligado a repensar las formas económicas, así como a reconsiderar la intrínseca relación entre la humanidad y la naturaleza. Así, tanto el marxismo en sus dimensiones ecológicas, como la economía ecológica, son propuestas teóricas que han surgido con la intención de realizar una crítica a la forma de producción específicamente capitalista. Pero también ante la necesidad de comenzar a pensar en alternativas que puedan hacer frente a la destrucción de la naturaleza por parte del capital. Aunque en un principio ambas escuelas de pensamiento podrían parecer excluyentes, el autor realiza aquí un esfuerzo por un diálogo entre ambas corrientes, esto con la finalidad de hacerles cuestionamientos que puedan concluir con el fortalecimiento de ambas escuelas a través de una retroalimentación de ideas. De esta manera el autor presenta diversas ideas del marxismo ecológico y las complementa con postulados de la económica ecológica, haciendo un diálogo fructífero entre dos pensamientos que pugnan por detener la crisis ambiental que el capitalismo ha provocado.