Craig S. Smith es un periodista estadounidense que ha trabajado haciendo reportajes en diferentes países para los diarios The Wall Street Journal y The New York Times.

Muchas personas ya conviven con inteligencia artificial (en adelante, I.A.) gracias a diferentes algoritmos que controlan los dispositivos conectados a internet, desde teléfonos inteligentes a cámaras de seguridad y vehículos de autoconducción. La I.A. apenas se encuentra en sus primeras etapas y todavía tiene mucho potencial.

Los investigadores suelen comparar al estado actual de la I.A. con el de los celulares en la década de 1990: útiles pero engorrosos. La vida cotidiana pronto será cambiada por la I.A. Las interacciones de las personas con la I.A. serán cada vez más personalizadas. Por ejemplo, los bots conversacionales (chatbots) actualmente son lentos y frustrantes, pero eventualmente se transformarán en bots con los que se pueda tener conversaciones fluidas, aprenderán los sobre hábitos y personalidades de sus interlocutores e incluso podrían desarrollar personalidades propias.

La privacidad sigue siendo un problema, ya que la I.A. requiere grandes cantidades de datos para aprender patrones y tomar decisiones. Sin embargo, investigadores están desarrollando métodos como la encriptación para volver anónima la información de los usuarios.

Pronto, redes de cámaras y sensores podrán unirse para crear una “inteligencia ambiental”, que será capaz de monitorear a las personas todo el tiempo. Este tipo de tecnología podría identificar cambios en el comportamiento, así como patrones de actividad; de esta manera, por ejemplo, se podría llevar un registro de la salud de las personas adultas mayores que usen este tipo de tecnología.

Investigadores en I.A. también están desarrollando sistemas educativos que pueden hacer seguimiento, predecir resultados y ofrecer contenido y estrategias para mejorar el desempeño y prevenir la pérdida de interés del estudiantado. La I.A. que cumple las funciones de tutor promete personalizar la educación a cualquiera en el mundo que tenga acceso a un dispositivo conectado a internet.

Hay muchas maneras en las que la I.A. está cambiando nuestras vidas, desde recomendaciones personalizadas en Netflix y Spotify, hasta el descubrimiento de nuevos materiales y nuevas medicinas. La I.A. de hecho ya tuvo un rol en el desarrollo de las vacunas para la COVID-19, al acotar el campo de posibilidades en que los investigadores debían buscar. Los autos que se manejan solos funcionan, solo están esperando a que las leyes y regulaciones se adapten a ellos. La I.A. incluso está empezado a escribir software que eventualmente podría llegar a convertirse en una I.A. aún más compleja.

Justin Gottschlich, líder del grupo de investigación en programación en Intel Labs, imagina un día en el que cualquiera pueda crear un software, simplemente al ordenar claramente a un sistema de I.A. lo que necesita que el software haga.