Adam Satariano, es corresponsal de tecnología de The New York Times en Europa. Abarca la política tecnológica, la privacidad, la desinformación y otras formas en que la tecnología está remodelando la forma en que vivimos y trabajamos, y cómo las personas y los gobiernos están respondiendo a ese cambio.

Google llegó a un acuerdo con Francia en donde tenía que pagar 270 millones de dólares en multas y cambiar algunas de sus prácticas comerciales: los reguladores antimonopolio franceses acusaron a la empresa de abusar del dominio del mercado de la publicidad en línea.

El acuerdo fue una de las primeras veces que un regulador antimonopolio apuntó directamente la infraestructura de publicidad en línea de Google, una plataforma de la que dependen decenas de sitios web de todo el mundo para vender anuncios.

Por otro lado, Google enfrenta en Estados Unidos algo similar sobre su tecnología de publicidad en línea por parte de un grupo de fiscales generales estatales, así como regulador antimonopólico británico.

Los reguladores de la competencia francesa aseguran que Google utilizó su posición de la mejor empresa de publicidad en internet como ventaja para perjudicar a los editores de noticias y otros compradores de publicidad.

Entre las empresas que se quejaron con las autoridades francesas sobre Google estaban News Corp, el editor de The Wall Street Journal y un viejo crítico de la tecnología publicitaria de la empresa, y la editorial francesa Rossel la Voix Group, según la autoridad de la competencia.

Las empresas han argumentado que Google es tan poderoso, que puede exprimir una mayor parte de cada venta de publicidad sin pagar los costes de creación de contenidos. Las organizaciones de noticias han argumentado que este desequilibrio económico ha contribuido al declive de sus negocios y a la reducción de sus redacciones.

Google no admitió cometer infracciones, sin embargo, aceptó poner más información a disposición de sus rivales y facilitarles el uso de sus servicios de publicidad en línea.

El acuerdo es obligatorio por tres años en Francia y un supervisor independiente, pagado por Google, se encargará de asegurarse de que la empresa cumpla los términos. Sin embargo, Google advirtió que podría aplicar algunos cambios en la política en otros países.

Las acciones en Francia forman parte del creciente escrutinio en Europa, en Estados Unidos y en otros lugares sobre el poder de las mayores empresas tecnológicas del mundo.

Asimismo, la Comisión Europea y Gran Bretaña investigan antimonopolios contra Facebook por su servicio de anuncios clasificados Marketplace , contra Apple argumentando que sus políticas de la App Store son anticompetitivas y de igual manera contra Amazon por el trato injusto a los comerciantes de terceros.

La Unión Europea busca modificar las leyes antimonopolios y las normas de moderación de contenidos dirigidas al sector tecnológico con el objetivo de ser más estrictos.

Finalmente, los reguladores federales de Estados Unidos igual han presentado cargos antimonopolio contra Google y Facebook. Australia, China, Alemania también están mostrando una mayor disposición a intervenir en la economía digital.