Teflón y 'químicos eternos': las toxinas ocultas en tu cuerpo
Schauenberg, Tim [2021], "Teflón y 'químicos eternos': las toxinas ocultas en tu cuerpo", Deutsche Welle, Bonn, 14 de junio, https://p.dw.com/p/3usgO
Tim Schauenberg es reportero de medio ambiente de la cadena internacional alemana Deutsche Welle (DW).
Los impermeables, las cajas de pizza, los envases de verduras congeladas y los sartenes antiadherentes contienen sustancias perfluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés). Estas sustancias son conocidas por los expertos como "sustancias químicas eternas”.
Las PFAS pueden ser perjudiciales para la salud y no son biodegradables. De acuerdo con Roland Weber, consultor medioambiental de las Naciones Unidas, las PFAS representan "unas de las sustancias químicas más amenazantes jamás inventadas".
¿Tengo PFAS en mi cuerpo?
El reportero de DW, Tim Schauenber, indagó sobre los niveles de PFAS en su cuerpo. En este sentido, afirmó que averiguar la cantidad de las toxinas en su cuerpo no fue una tarea fácil debido a que existen muy pocos laboratorios especializados que realizan las pruebas pertinentes dentro de Alemania. A pesar de estas dificultades, Schauenber logró localizar un laboratorio en donde realizaron el análisis de su sangre buscando perfluorooctanoico (PFOA y PFOS) una de las “sustancias químicas eternas” más conocidas.
Los resultados del laboratorio encontraron 4 nanogramos de PFOA y PFOS por litro de sangre. Esta cantidad de toxinas “es una milésima parte del peso de un grano de arena”, con lo cual se concluyó que Schauenbery se encontraba “muy por debajo de los niveles críticos y en línea con la media alemana”. Cuando las concentraciones de estas sustancias son mínimas, no representan ningún riesgo para la salud. El problema surge cuando estas sustancias son persistentes y se concentran en cantidades mayores dentro del organismo.
Entre los efectos de las “sustancias químicas eternas” se encuentra que pueden causar daños en algunos órganos como el hígado y los riñones, “disminuir la fertilidad masculina y afectar al peso de los recién nacidos, así como a la eficacia de las vacunas”. Además, en altas concentraciones, pueden provocar cáncer. De acuerdo con estudios recientes, puede existir una relación entre las sustancias químicas y los casos graves de COVID-19.
¿Cómo acaban los químicos eternos en la naturaleza y en nosotros?
Las PFAS son sustancias que resisten al agua, a la grasa y a la suciedad. Además, están presentes en una amplia gama de industrias y productos. Sin embargo, la mayoría de los PFAS son ingeridos mediante los alimentos debido a que los insumos que consumimos diariamente pueden contener índices especialmente altos de estas sustancias químicas si provienen de regiones contaminadas. La contaminación se da principalmente en lugares cercanos a las fábricas.
Aunque se ha estudiado poco sobre el impacto de las PFAS en los ecosistemas, se han encontrado estas sustancias en las montañas de la Patagonia, en la nieve de la Antártida y en las montañas de Altai, en Asia central y oriental, y en animales como osos polares, aves y delfines. Se sabe que las altas concentraciones de PFAS en animales provocan cambios en sus niveles hormonales y afectan la función hepática y tiroidea.
De la bomba atómica al armario de la cocina
En 1938, el grupo estadounidense DuPont inventó el politetrafluoroetileno (PTFE), más conocido como teflón, una de las primeras sustancias químicas PFAS. El PTFE es capaz de proteger el metal de la corrosión a temperaturas increíblemente altas y por esta razón lo utilizaron en la primera bomba atómica.
Posteriormente, el PTFE apareció con un gran éxito comercial en los hogares de todo el mundo con los sartenes antiadherentes de la marca "Teflon". En 1998, la empresa fue demandada debido a que animales y personas aledañas a una planta de producción de teflón en Parkersburg, Virginia, se habían contaminado con PFAS a través de las aguas residuales de la fábrica y fugas de los residuos del vertedero.
DuPont conocía el peligro de la presencia de esta sustancia tóxica en el medio ambiente desde hace décadas. No obstante, la empresa siguió vertiendo la sustancia, lo cual provocó el deterioro de la salud de miles de personas y animales. DuPont tuvo que realizar un pago millonario por indemnización en 2017. Estudios recientes concluyen que los altos niveles de PFAS se relacionan con el aumento de casos de cáncer de riñón y testículos.
La industria es creativa con las lagunas legales
Ante los riesgos de las PFAS, diversos países han regulado y eliminado estas sustancias. En la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Japón la cantidad detectada de estas sustancias en la población ha disminuido constantemente. En el caso específico de Alemania, la media se ha reducido a más de la mitad desde 1990. A pesar de las regulaciones y esfuerzos por parte de los gobiernos, “la industria química está fabricando una nueva generación de PFAS que difieren muy poco de sus predecesores”. Aún no existe regulación o prohibición para esta nueva generación de PFAS.
¿Cómo puedo protegerme?
De acuerdo con la experiencia de Schauenberg, parece imposible la protección ante una sustancia tóxica que se encuentra habitualmente en nuestro entorno. Optar por un filtro de agua que elimine las PFAS y no utilizar sartenes antiadherentes son sólo un paliativo.
Actualmente la presión internacional para prescindir de las PFAS va en aumento. McDonalds ha expresado su intención de eliminar estas sustancias en los envases de su comida para 2022. Otras marcas como Vaude, Paramo y Rotauf se han comprometido en la desintoxicación de sus prendas. Asimismo, diversos países miembros de la UE están presionando para la prohibición de todas las PFAS dentro de la comunidad europea para 2030.
1. 4 500 sustancias fabricadas entran en la denominación PFAS, y los residuos de esta familia de productos químicos se encuentran ahora en todo el mundo: en el suelo, el agua potable, los alimentos, los animales e incluso dentro del cuerpo humano.
2. 98% de los estadounidenses tienen PFAS en la sangre.
3. De acuerdo con estudios realizados en la India, Indonesia y Filipinas se encontraron estas sustancias tóxicas en casi todas las muestras de leche materna analizadas.
4. Todos los niños de Alemania tienen PFAS en su interior, y en una quinta parte de esos casos, las concentraciones superan los niveles críticos.
Dado que la exposición a sustancias tóxicas puede tener un sinfín de efectos en los ecosistemas y en la vida humana y animal, el articulo da cuenta de que el desempeño de las empresas ha estado permeado por la acumulación de capital a costa de la destrucción de cualquier forma de vida. Ante este escenario, las corporaciones transnacionales buscan adaptarse frente a la destrucción del ambiente y las regularizaciones legales. La fabricación de una nueva generación de PFAS para escapar a la normativa aplicable es sólo un ejemplo de esta adaptación.