What China Expects From Businesses: Total Surrender
Yuan, Li [2021], "What China Expects From Businesses: Total Surrender", The New York Times, New York, 19 de julio, https://www.nytimes.com/2021/07/19/technology/what-china-expects-from-bu...
Li Yuan escribe la columna New World para The New York Times, que se centra en la intersección de la tecnología, los negocios y la política en China y en toda Asia. Con sede en Hong Kong, Yuan ha escrito sobre el sistema de censura de China, la guerra fría de tecnología emergente entre Estados Unidos y China, las ambiciones de inteligencia artificial de China y su movimiento emergente #MeToo. Se unió a The Times en mayo de 2018. Antes de eso, trabajó para The Wall Street Journal en Nueva York, Beijing y Hong Kong como reportera y editora durante 14 años, cubriendo los primeros días de Internet móvil, el lanzamiento de la primera iPhone y el ascenso de China como potencia tecnológica.
Pony Ma, director de la potencia china de Internet Tencent, asistió a una reunión con el primer ministro Li Keqiang en 2014 y se quejó de que muchos gobiernos locales habían prohibido las aplicaciones para compartir viajes instaladas en los teléfonos inteligentes.
En ese entonces, Tencent había invertido 45 millones de dólares en Didi Chuxing (aplicación de viajes compartidos), que luego se convirtió en un modelo en el impulso del gobierno para digitalizar y modernizar las industrias tradicionales. Posteriormente, el presidente Xi Jinping se reunió con líderes tecnológicos mundiales en Seattle en 2015, el fundador de Didi, Cheng Wei se unió a Jeff Bezos de Amazon, Tim Cook de Apple y Ma en la reunión.
Sin embargo, el año pasado 2020, la relación entre Pekín y Didi se fragmentó y días después de la oferta pública inicial de la compañía en Nueva York, los reguladores chinos retiraron sus aplicaciones de las tiendas con el argumento de proteger la seguridad de los datos nacionales y los intereses públicos.
Hoy en día, las grandes tecnologías chinas ejercen tanto poder como los gigantes tecnológicos estadounidenses. De la misma forma que Estados Unidos, las empresas chinas participan en prácticas anticompetitivas que perjudican a los consumidores, comerciantes y pequeñas empresas por lo que se necesita cierta regulación para evitar el abuso de poder.
A diferencia de Estados Unidos, las empresas tecnológicas chinas se rigen bajo un gobierno autócrata que exige que el sector privado se rinda con absoluta lealtad. Por lo que, diferente a las campañas antimonopolio que llevan a cabo los funcionarios Estados Unidos y Europa, China está utilizando el disfraz de antimonopolio para cimentar el monopolio de poder del Partido Comunista, con lo que las empresas privadas probablemente perderán lo que queda de su independencia y se convertirán en un mero apéndice del Estado.
Los estadounidenses y europeos no deberían estar tan impresionados por la rapidez con la que Beijing está dominando a sus titanes de la tecnología ya que, la eficiencia se obtiene a costa de la ley y el debido proceso.
El Partido Comunista dejó en claro el año pasado que necesita "gente políticamente sensata" en el sector privado que "escuche firmemente al partido y siga al partido", es decir, las empresas deben demostrar que son útiles para promover los objetivos del gobierno y evitar causar problemas.
Didi, por su parte no escuchó el mensaje y las personas se sorprendieron de que Didi desafiara las objeciones de algunos reguladores y acelerara su salida a bolsa en el entorno regulatorio actual.
Las prioridades de Beijing son: por una parte, reducir la desigualdad y promover lo que el partido llama "prosperidad colectiva", y a nivel internacional, gestionar la tensión geopolítica con Estados Unidos.
A medida que el crecimiento económico de China se desacelera y las oportunidades disminuyen, la desigualdad económica se está convirtiendo en una bomba del tiempo y cada vez más se culpa a las empresas de tecnología por la brecha de riqueza. Asimismo, sus fundadores son criticados por aprovecharse de los consumidores y obligar a sus empleados a trabajar horas extras.
El año pasado 2020, algunas grandes empresas de Internet invirtieron fuertemente en aplicaciones que venden verduras a los residentes locales y se tenía el temor de que las aplicaciones reemplazaran los puestos de verduras familiares donde muchas personas de bajos ingresos se ganan la vida.
Asimismo, se creía que Ant Group facilitaba a los jóvenes la obtención de préstamos personales y esto generaba descontento social.
De igual manera, el gobierno también tomó medidas enérgicas contra la industria de la educación en línea ya que los funcionarios creen que genera ansiedad para los padres y aumenta el costo de criar a los hijos poniendo en peligro la nueva política de Beijing de alentar a las parejas a tener más de un hijo.
Tencent, Didi y el gigante del comercio electrónico Alibaba, conocidos como empresas de "plataforma", son ahora ciudadanos de segunda clase a los ojos del gobierno. Para el gobierno, las plataformas tienen demasiados usuarios, demasiados datos, demasiado capital y demasiado poder.
Todas las acciones tienen que ver con las leyes antimonopolio y la reducción del poder de las grandes tecnologías porque las empresas y los empresarios le están diciendo al gobierno que saben quién es el maestro y que necesitan hacer cosas que al menos parezcan reducir la desigualdad y el descontento social.
Existe una creciente preocupación en China de que muchas empresas tecnológicas puedan convertirse en peones económicos si las relaciones bilaterales se deterioran con Estados Unidos, por lo que China ha anunciado que requerirá que las empresas de tecnología nacionales se sometan a un control de ciberseguridad antes de cotizar sus acciones en el extranjero.
1. Tencent anunció en abril 2021 que gastaría 7.8 mil millones de dólares en energía verde, educación y revitalización de pueblos.
2. En abril 2021, la Universidad de Tsinghua, en Beijing, Wang Xing, fundador de la empresa de reparto de comidas Meituan y también graduado de Tsinghua, estableció una fundación en la universidad. En junio 2021, el Sr. Wang donó acciones por valor de más de 2 mil millones de dólares a su propia fundación.
3. En mayo 2021, Zhang Yiming, fundador de ByteDance (Tik Tok), anunció que dimitiría como director ejecutivo. Un mes después, dio a conocer una donación de 77 millones de dólares para establecer una fundación educativa en su ciudad natal. The Wall Street Journal también informó que archivó los planes de salida a bolsa de ByteDance en marzo 2021 después de reunirse con los reguladores.
4. Después de la represión de Didi, JD.com, una plataforma de comercio electrónico, dijo que aumentaría el salario anual promedio de sus empleados de 14 meses a 16 meses. Lei Jun, fundador del fabricante de teléfonos inteligentes Xiaomi, donó acciones por valor de más de 2 mil millones de dólares a dos fundaciones.
China está tomando medidas para poder hacerle frente a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses, sin embargo realiza prácticas anticompetitivas que dañan a los consumidores, comerciantes y pequeñas empresas de su región.
Asimismo, las empresas chinas están bajo un gobierno autócrata y eso provoca que el sector privado le sea leal.