El estado del clima en América Latina y el Caribe 2020
Organización Meteorológica Mundial [2021], El estado del clima en América Latina y el Caribe 2020, Organización Meteorológica Mundial, Genève, https://library.wmo.int/doc_num.php?explnum_id=10765
Los glaciares han retrocedido en los Andes chilenos y argentinos. La pérdida de masa de hielo se ha acelerado desde 2010, las temperaturas han aumentado y las precipitaciones anuales han disminuido. La sequía generalizada de América Latina y el Caribe ha agravado la inseguridad alimentaria en muchas zonas. Los huracanes Eta y lota alcanzaron una intensidad de categoría 4 y tocaron tierra en la misma región en rápida sucesión. Los ecosistemas y la población de los pequeños Estados insulares se enfrentan a las amenazas derivadas de la acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar y el aumento de temperaturas. Las medidas de adaptación no están tan desarrolladas en América Latina y el Caribe. El apoyo del gobierno y de la comunidad científica y tecnológica es fundamental.
El informe titulado El estado del clima en América Latina y el Caribe en 2020 se centra en un conjunto de indicadores climáticos clave actualizados, tendencias climáticas y fenómenos meteorológicos y climáticos extremos registrados en 2020. El objetivo del informe es proporcionar conocimientos con fundamento científico que sirvan al problema del cambio climático. El informe destaca consecuencias del calentamiento global como aumento de temperaturas, aumento del nivel del mar, acidificación de océanos, inundaciones, sequías e incendios.
El informe representa la primera iniciativa multiinstitucional que aborda temas de cambio climático donde participan los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) los Centros Regionales sobre el Clima (CRC) de la OMM, instituciones de investigación y organizaciones internacionales y regionales. El informe es producto de una colaboración entre varios países y tiene información de distintas fuentes Los análisis transfronterizos y los posibles ámbitos de mejora en la gestión de riesgos y datos hidrometeorológicos también están incluidos. Los datos usados se recopilaron gracias a un esfuerzo conjunto de los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM.
Las anomalías y los porcentajes sobre la temperatura del aire y las precipitaciones se calcularon basándose en el periodo de 1981-2010. Un monzón norteamericano débil y temperaturas superficiales del mar frías asociadas a La niña dieron lugar a una sequía en México. La presencia de distintos fenómenos en América Latina demuestra que existe una necesidad de colaborar intercambiando datos para conocer mejor los fenómenos y sus consecuencias, los cuales se agravaron con el COVID-19.
Temperatura
El aumento de las temperaturas contribuye a la expansión térmica de los océanos, el aumento de la fusión de los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida, al deshielo de los glaciares de montaña y a cambios en la circulación de los océanos. Muchos de estos cambios se deben a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Nota: Diferencia de la temperatura media anual mundial respecto de las condiciones preindustriales (1850- 1900) en cinco conjuntos de datos de temperaturas mundiales.
Concentraciones de gases de efecto invernadero
Las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero reflejan un balance entre las emisiones y los sumideros en la biosfera y el océano. La reducción temporal en 2020 de gases por las medidas tomadas debido a la pandemia será indistinguible de la variabilidad interanual natural ocasionada en gran parte por la biosfera terrestre. Los datos en tiempo real de algunos lugares indicaron que los niveles de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso siguieron aumentando.
Nota: Fila superior: Promedios mundiales de la fracción molar (unidad que mide la concentración), de 1984 a 2019, del CO2 en ppm (izquierda), del CH4 en ppmm (centro) y del N2 O en ppmm (derecha). La línea roja corresponde al promedio mensual de la fracción molar que resulta de suprimir las variaciones estacionales; la línea y los puntos azules representan los promedios mensuales.
Fila inferior: Los índices de incremento que plasman el aumento de las medias anuales sucesivas de las fracciones molares aparecen representados en columnas grises para el CO2, en ppm por año (izquierda), para el
CH4, en ppmm por año (centro), y para el N2 O, en ppmm por año (derecha).
Temperatura
Casi todas las islas del Caribe registraron temperaturas más cálidas que la media, especialmente en las Bahamas, Belice, las Islas Caimán, Cuba, la Guayana Francesa, Jamaica, Puerto Rico, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos y la mitad sur de las Antillas Menores. México y América Central también registraron temperaturas medias superiores a las normales en 2020.
Nota: Series temporales de las anomalías de la temperatura regional media anual del aire de 1961 a 2020. Las anomalías se calculan con respecto a la media de 1981-2010.
Anomalías de las temperaturas regionales
Caribe
Aruba, Dominica y otros países insulares tuvieron el año más cálido en 2020. Saint Kitts y Nevis y lugares de Guyana, Jamaica, Martinica, Puerto Rico y Santa Lucía registraron las temperaturas medias más altas jamás registradas. Dominica, Granada y Puerto Rico superaron sus registros máximos nacionales/territoriales de temperatura en septiembre. La temperatura máxima media mensual histórica más alta también se observó en Aruba, Santa Lucía y en Martinica.
México y América Central
Las temperaturas medias diarias más cálidas se superaron en la mayor parte de Belice, Guatemala, Cuba y lugares de México. En México se registraron temperaturas mínimas diarias en Tamaulipas, Sinaloa y Chihuahua.
América del Sur
Una ola de calor se extendió por América del Sur en octubre y noviembre de 2020 y abarcó gran parte del centro de la región, la Amazonia peruana, el Pantanal y las regiones del centro-oeste y sureste de Brasil. Zonas de Brasil y Perú experimentaron su día más cálido desde que se tiene registro. Esto contribuyó a la aparición de incendios forestales. El sureste de América del sur experimentó olas de frío que se extendieron hasta el oeste de la Amazonia.
Nota: Anomalías de la temperatura del aire (2 m) para 2020 (con respecto a 1981-2010) en a) el Caribe; b) México/ América Central, y c) América del Sur, en °C. La escala de colores se muestra debajo de los mapas.
Precipitación
La precipitación acumulada en 2020 fue variable en México y América Central con respecto al promedio de 1981-2010. Las precipitaciones estuvieron por debajo de lo normal en México y en el Caribe. Las precipitaciones que estuvieron por encima de la media a largo plazo se presentaron en la costa del Pacífico de América Central, en la Península de Yucatán y Jalisco. Los totales de precipitación anual en 2020 estuvieron por debajo de la media a largo plazo en la mayor parte de la región tropical de América del Sur, los Andes, el sur de Chile, la región septentrional de América del Sur, la Amazonia, el Pantanal y el sureste de América del Sur.
El periodo de precipitaciones estacionales de septiembre de 2019 a mayo de 2020 fue marcado por un déficit de precipitación que se agravó entre enero y marzo. 2020 fue uno de los años más secos para Argentina con base en los registros que se tienen desde 1961, fue el más seco desde 1995.
Nota: Anomalías de precipitación para 2020 (% con respecto al período de referencia de 1981-2010) en a) el Caribe, b) México/ América Central, y c) América del Sur. La escala de colores se muestra debajo de los mapas.
Análisis regional de las precipitaciones
Caribe
Casi todo el Caribe presentó precipitaciones por debajo de lo normal en los primeros meses de 2020, lo que trajo consigo sequías. El inicio de las lluvias se atrasó por estas anomalías. Una temporada de huracanes activa en América Central y el Caribe provocó episodios de lluvia intensa.
México y América Central
Las costas del Pacífico de Costa Rica, Panamá y Guatemala, todo El Salvador, Colón en Panamá y el noroeste de Belice registraron precipitaciones por encima de lo normal. El sureste y Baja California experimentaron valores de precipitación superiores a los normales.
América del Sur
Las precipitaciones durante el primer semestre de 2020 en esta región fueron inferiores a la media de 1981-2010, especialmente en las regiones caribeña y andina de Colombia. Los cauces del río Magdalena experimentaron una reducción de caudal y nivel, afectando a la navegación entre enero y marzo de 2020. Chile experimentó deslizamientos de tierra e inundaciones por lluvias. El periodo de sequía de Ecuador a inicios de 2020 alteró los periodos de siembra y cosecha de cultivos de las regiones de Costa y Sierra. La humedad regresó en febrero a la Amazonia.
Perú experimentó un déficit de precipitaciones entre enero y marzo de 2020, pero hubo episodios de precipitaciones extremas en la región central de los Andes en febrero. Diversos episodios de lluvias intensas ocasionaron un elevado número de víctimas mortales y daños en varias partes de Brasil durante el verano austral de 2020.
Glaciares
El aumento de las temperaturas impacta en los glaciares. Los glaciares de montaña representan un indicador medible de los patrones espaciales y temporales de la variabilidad climática mundial. Los glaciares constituyen una fuente importante de agua dulce para el consumo, la generación de energía, la agricultura y la conservación de los ecosistemas en los Andes. Los datos muestran una pérdida generalizada de masa glaciar en los Andes de Chile en las últimas décadas, algunas pérdidas pueden explicarse por la retroalimentación entre el clima regional y la morfología local de los glaciares. La cordillera de los andes de divide en tres zonas que son los trópicos, los Andes secos y los Andes centrales. La pérdida de masa de hielo en los glaciares de los Andes va en aumento desde 2010.
Nota: El balance de masa acumulado de 20 glaciares sujetos a monitoreo muestra la evolución de las masas de hielo andinas en las tres zonas: a) los trópicos (1992-2019), b) los Andes secos (2004-2019), y c) los Andes centrales (1976-2019). Las figuras insertadas muestran el balance de masa centrado de las series de datos. La línea negra muestra el balance centrado medio.
Océanos
Nivel del mar
El océano se expande a medida que aumenta su temperatura y el agua se calienta. La expansión térmica combinada con una mayor pérdida de hielo de los glaciares y mantos de hielo contribuye al aumento del nivel del mal.
América del Sur
Las tasas de cambio del nivel del mar en el Atlántico son mayores que en el Pacífico.
Nota: Tendencias regionales del nivel del mar alrededor de América del Sur de enero de 1993 a junio de 2020 (a partir de datos de altimetría por satélite). Los recuadros rojos indican las zonas en las que se han calculado las series temporales del nivel del mar en la costa de la siguiente imagen.
Nota: Series temporales del nivel del mar en la costa (m), a partir de datos de altimetría, de enero de 1993 a junio de 2020 en a) el lado del Pacífico de América del Sur; b) el lado del Atlántico ecuatorial, y c) el lado del Atlántico sur. Se ha eliminado el ciclo estacional; se ha aplicado la corrección del ajuste isostático glacial. La línea naranja representa la tendencia lineal.
América Central
El mapa muestra las altas tasas de cambio del nivel del mar en el mar Caribe y el golfo de México con respecto al lado del Pacífico.
Nota: Tendencias regionales del nivel del mar alrededor de América Central de enero de 1993 a junio de 2020 (a partir de datos de altimetría por satélite).
Nota: Series temporales del nivel del mar en la costa a partir de datos de altimetría de enero de 1993 a junio de 2020 en a) el lado atlántico de América Central (mar Caribe/golfo de México), y b) el lado del Pacífico de América del Central. Se ha eliminado el ciclo estacional; se ha aplicado la corrección del ajuste isostático glacial. La línea naranja representa la tendencia lineal.
Caribe
El nivel del mar en el Caribe tiene una correlación elevada con El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) porque se producen mayores incrementos en el nivel del mar durante episodios más fuertes de El Niño. La variabilidad interanual del nivel del mar es relevante en el Caribe porque está correlacionada con la actividad de los huracanes. La intensidad de los huracanes y la variabilidad interanual del nivel del mar han aumentado desde el 2000.
Nota: Tendencias regionales del nivel del mar alrededor de la región del Caribe de enero de 1993 a junio de 2020 (a partir de datos de altimetría por satélite).
Nota: Serie temporal del nivel del mar en la costa a partir de datos de altimetría desde enero de 1993 hasta junio de 2020 en el mar Caribe y golfo de México (sobre la base de datos altimétricos reticulares promediados desde 50 km mar adentro hasta la costa). Se ha eliminado el ciclo estacional; se ha aplicado la corrección del ajuste isostático glacial. La línea naranja representa la tendencia lineal.
Acidificación del océano
El dióxido de carbono reacciona con el agua de mar disminuyendo su pH. Este proceso se llama acidificación y afecta a muchos organismos y servicios ecosistémicos amenazando la seguridad alimentaria. Los niveles mundiales de pH de los océanos han disminuido de forma constante y alcanzaron un nuevo mínimo en 2020. La corriente de Humboldt en la costa del Pacífico de América de Sur la cual es uno de los principales sistema de afloramiento del mundo está siendo afectada por la acidificación y la pérdida de oxígeno.
Nota: Promedio mundial del pH de los océanos. El área sombreada indica la incertidumbre estimada en cada estimación.
Condicionantes climáticos fundamentales
América Latina y el Caribe están rodeados por el océano Pacífico y Atlántico, por ello las condiciones climáticas están moduladas en gran medida por las temperaturas superficiales predominantes de océanos y los fenómenos de acoplamiento atmósfera-océano. Los datos muestran que no se produjo un episodio de El Niño plenamente acoplado en 2020. Un enfriamiento de la temperatura superficial del mar en la parte más oriental del Pacífico ecuatorial se produjo en mayo de 2020, alcanzó niveles de La Niña en el último trimestre del año. Con la Niña pueden formarse huracanes en los trópicos profundos a partir de las ondas del este africanas. La bolsa de aire del Atlántico en el Caribe y zonas oceánicas adyacentes pudo contribuir a un nivel de actividad ciclónica tropical en el Atlántico en 2020.
Nota: Anomalías de la temperatura superficial del mar en 2020 (período de referencia: 1981-2010).
Ciclones tropicales
La tormenta tropical Amanda apareció en el océano Pacífico y se desplazó al mar Caribe, sus restos formaron la tormenta tropical Cristóbal. Ambos trajeron consecuencias en Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica. Nana provocó inundaciones y deslizamientos de tierra en Guatemala y Honduras. Marco provocó problemas en Costa Rica. Los huracanes Eta e lota trajeron problemas en México, la península de Yucatán, Belice, Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá. Puerto Rico declaró estado de emergencia por los efectos de la tormenta tropical Laura. Las lluvias provocadas por el huracán Isaías desencadenaron deslizamientos de tierra en la Cordillera Central y en la Sierra de Luquillo.
Sequía
Caribe
El Caribe ha experimentado varios episodios de sequía en 1957, 1968, 1976-1977, 1986-1987, 1991, 1994, 1997-1998, 2009-2010 y 2013-2016. El índice integrado de sequía (IDI) realizó un análisis donde se muestra que el Caribe registró condiciones de sequía graves en República Dominicana, Haití, el norte de Colombia, Panamá y el noroeste de la República Bolivariana de Venezuela. El mapa del índice integrado de sequía (IDI) corresponde al periodo de 12 meses (2020). Los gráficos son de índice estandarizado de precipitación y evapotranspiración (SPEI) de 6 meses y de 12 meses. 2020 fue un año sin El Niño en partes de Venezuela y Colombia, pero las aguas tropicales del Atlántico Norte fueron más cálidas de lo normal.
El gobierno de Puerto Rico declaró un estado de emergencia en junio de 2020 debido a la sequía. La sequía se extendió a San Vicente y las Granadinas, el oeste de la Guayana Francesa, el este de Guadalupe, el extremo norte de Guyana, Martinica, Santa Lucía y el este de Suriname en octubre de 2020.
Nota: Mapa del índice integrado de sequía (IDI) (izquierda) y series temporales del índice SPEI (de 6 meses y 12 meses) (derecha) en algunas regiones con condiciones de sequía graves a excepcionales en la región del Caribe.
Nota: Mapa del índice integrado de sequía (IDI) (izquierda) y series temporales del índice SPEI (de 6 meses y 12 meses) (derecha) en algunas regiones con condiciones de sequía graves a excepcionales en México/América Central.
México y América Central
En 2020 se registraron condiciones de sequía graves y moderadas en Belice, el norte de Guatemala, este de Costa Rica, Honduras, Nicaragua y la región septentrional de América del Sur. En 2020 prevalecieron las condiciones de sequía extrema a excepcional en el noroeste de México que reflejaba valores negativos que sólo eran comparables con la sequía de 2012.
Nota: Mapa del índice integrado de sequía (IDI) (izquierda) y series temporales del índice SPEI (de 6 meses y 12 meses) (derecha) en algunas regiones con sequía grave a excepcional en América del Sur.
América del Sur
Muchas zonas de América del Sur sufrieron una grave sequía en 2020. En el sur de Chile, el este de Argentina y los Andes los valores más bajos de los índices SPEI de 6 y 12 meses se detectaron en 2007-2008 y 2018-2020. La sequía prolongada de Chile que empezó en 2010 y se extendió hasta 2020 ha traído problemas con el agua, la vegetación y los incendios forestales. 2020 fue un año muy seco para Paraguay. La sequía hizo que el río Paraguay se redujera a sus niveles más bajos en medio siglo.
Los niveles del río en la zona de Ladário representan el régimen hidrológico del curso alto del río Paraguay, permitiendo la descripción de periodos de sequía o inundación en el Pantanal. Muchos barcos y embarcaciones tuvieron problemas para navegar en la zona debido a las consecuencias climáticas. El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) de Argentina informó que la sequía provocaba los incendios.
Olas de calor e incendios forestales
Las altas temperaturas han contribuido a la aparición de incendios forestales en América del Sur.
Nota: Serie temporal de temperaturas máximas y mínimas en algunos lugares del Brasil, el Paraguay, el Estado Plurinacional de Bolivia y la Argentina, del 25 de septiembre al 25 de octubre de 2020.
Olas de frío
Una ola de frío afectó a la mayor parte de Brasil del 21 al 23 de agosto de 2020 debido a la entrada de una masa de aire polar con un frente frío que llegó desde el oeste de la Amazonia. La extensión del manto de nueve en el centro y sur de la Patagonia de 2020 fue la mayor desde el año 2000, según las estimaciones derivadas de las mediciones satelitales.
Nota: Área quemada en el bioma del Pantanal, en el Brasil, en 2020.
Precipitación intensa e inundaciones conexas
Brasil se vio afectado por lluvias intensas e inundaciones, además de deslizamiento de tierra. Muchas personas murieron y perdieron sus hogares debido a las lluvias. En marzo de 2020 se registraron inundaciones que afectaron a Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. En Uruguay las lluvias intensas del 22 al 24 de junio de 2020 ocasionaron problemas como corte de carreteras y evacuaciones.
Impactos sectoriales
El informe titulado State of the Global Climate 2020 (WMO-No. 1264) menciona que el riesgo de los impactos relacionados con el clima depende de complejas interacciones entre los peligros del clima y la vulnerabilidad, la exposición y la capacidad de adaptación de los sistemas humanos y naturales. Los informes especiales del sexto ciclo de evaluación del IPCC dicen que América Latina y el Caribe es una región que sufrirá los impactos del cambio climático de forma intensa.
El informe especial del IPCC sobre el calentamiento global de 1, 5 °C dice que un calentamiento global de esa temperatura traería más complicaciones para la eliminación de la pobreza, la reducción de desigualdades y la garantía del bienestar humano y de los ecosistemas. Los problemas que traería el calentamiento global serían inseguridad alimentaria, pérdida de ingresos, efectos negativos sobre la salud y desplazamientos de población. Los Estados insulares podrían ser los más afectados.
Impactos en la agricultura y los recursos hídricos
La agricultura puede verse muy afectada por el cambio climático. Las islas pequeñas como los Estados Insulares podrían ser afectados por un estrés de agua dulce como resultado del cambio proyectado en la aridez. Las zonas más afectadas por la sequía fueron el norte de Argentina, Uruguay, Paraguay y zonas fronterizas del oeste de Brasil. Argentina y Brasil tuvieron disminuciones en los rendimientos de maíz y soja. El Pantanal también fue afectado y se reflejó en el suministro de agua potable, problemas de transporte y en el suministro de alimentos. El retraso de las lluvias ha retrasado cultivos. La sequía en Argentina provocó incendios que afectaron la producción de alimentos para el ganado y la productividad.
Nota: Cambios proyectados en el rendimiento de los cultivos debido al cambio climático en las subregiones de América Latina y el Caribe, entre 2010 y 2030.
Impactos en los servicios forestales y ecosistémicos
La región de América Latina y el Caribe es el mayor proveedor de servicios ecosistémicos del mundo para la agricultura y el bienestar humano y animal a nivel regional y mundial. La pérdida de bosques es un grave problema para la región y es un factor que contribuye de manera importante al cambio climático por la liberación de dióxido de carbono. La tasa de pérdida neta ha disminuido en el periodo 2010-2020 a aproximadamente la mitad respecto a periodos anteriores. La regeneración natural de bosques de segundo crecimiento aumenta los sumideros de carbono en la cantidad de carbono mundial. Las temperaturas cálidas del océano en el Atlántico tropical alejaron las precipitaciones de América del Sur en 2020 y ello creó condiciones cálidas. Los incendios aumentaron en América del Sur en 2020. Los incendios causaron daños irreversibles en los ecosistemas.
Nota: Cambio neto de la superficie forestal por región en millones de hectáreas al año, 1990-2020.
Impacto en el desarrollo socieconómico, la infraestructura y los desplazamientos
La tormenta tropical Laura azotó la isla de La Española en agosto de 2020 y causó inundaciones graves, así como pérdidas en las cosechas y el ganado. Los huracanes Eta e lota fueron dos de los fenómenos más destructivos de 2020 en América Latina y el Caribe. Los costes totales de los fenómenos recayeron principalmente en el sector privado, y la vivienda en el sector social fue el más afectado por los daños. El sector productivo fue el más afectado por las pérdidas. El amplio alcance de las lluvias atribuidas a Eta contribuyeron a que se produjeran impactos en países de Centro América y el sureste de México.
Impactos en las islas pequeñas y zonas de baja altitud
El aumento del nivel del mar supone un gran riesgo para las zonas costeras de baja altitud de la región de América Latina y el Caribe, la población de esas zonas corre riesgo. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) considera que los cambios climáticos en los océanos ya afectan a las costas e islas de baja altitud con riesgos agravados. Las comunidades humanas vulnerables podrían sobrepasar los límites a la adaptación antes de que termine el siglo XXI. Estas regiones deben tomar las medidas necesarias para adaptarse al cambio climático.
Acidificación del océano e impactos en los arrecifes de coral
Los impactos de la acidificación del océano ya están presentes en América Latina y el Caribe, especialmente en arrecifes de coral. Los valores de pH en la superficie más bajos del mundo están en el Pacífico tropical oriental. En la región costera del Pacífico de América Central los arrecifes se encuentran en los límites medioambientales de desarrollo. En el Pacífico tropical nororiental se prevé que los ecosistemas marinos alcances rápidamente la limitación de aragonito para el desarrollo de arrecifes de coral. Las consecuencias de la acidificación pueden ser muy graves para los pequeños Estados insulares en desarrollo de la región.
Riesgos asociados a los fenómenos extremos
América Latina y el Caribe es una región muy afectada por los desastres climáticos. La región también padece de miles de sucesos con menor importancia pero que se van acumulando y causan un gran sufrimiento. Algunos ejemplos son inundaciones pequeñas, deslizamientos de tierra, y cultivos dañados por las heladas o las sequías. Las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de los países de la región presentadas a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático muestran una combinación de peligros de este tipo, todos relacionados al cambio climático. Las principales prioridades sectoriales para la adaptación son el agua; la agricultura y la seguridad alimentaria; la salud; los ecosistemas, la biodiversidad y la silvicultura; las infraestructuras y las ciudades, y la reducción de riesgos de desastre.
Nota: Tipos de peligro que más preocupan y esferas prioritarias para la adaptación en las contribuciones determinadas a nivel nacional de los países de América Latina y el Caribe.
El cambio climático puede alterar las estaciones cálidas, la falta de lluvia y alterar el ciclo de tormentas tropicales. El aumento del nivel del mar afectará cada vez más a las comunidades costeras y a las pequeñas islas del Caribe. El informe State of the Caribbean Climate menciona que las proyecciones para esta región apuntan a un aumento de la frecuencia de las temperaturas extremas, a una disminución de los días y noches muy fríos, y a un aumento de los días calurosos consecutivos y de las condiciones de sequedad hacia finales de siglo. Las estimaciones convierten a la adaptación en una cuestión de supervivencia. Las consecuencias de las tormentas tropicales y los huracanes son el mayor riesgo inmediato.
Nota: Proyecciones de días y noches cálidos (percentil 90) y días y noches fríos (percentil 10) para el período 2090-2100, con respecto a 2006-2016, para la trayectoria de concentración representativa (RCP) 8,5. Las unidades corresponden a días.
Nota: Impactos históricos y proyectados del cambio climático en la región del Caribe.
El Caribe debería contemplar que la experiencia con fenómenos naturales podría ser más intensa en un futuro. La compleja relación entre el cambio climático y el desarrollo sostenible en la región del Caribe queda demostrada por el efecto en cascada que ejercen los indicadores climáticos clave en diversos sectores mediante los principales impactos. Los factores de riesgo relacionados al clima y los relacionados con la exposición y la vulnerabilidad creados por la intervención humana, además de factores como la pobreza, la desigualdad y la corrupción, desempeñan un papel fundamental en el problema.
Adaptación basada en el ecosistema
La CEPAL ha destacado continuamente la gran vulnerabilidad de la región de América Latina y el Caribe al cambio climático en sus zonas costeras y la necesidad de priorizar una agenda de adaptación. La mayoría de los países no ha prestado mucha atención a las oportunidades de mitigación del cambio climático. Los países tomaron medidas como la rehabilitación de manglares y humedales, para reducir los impactos del aumento del nivel del mar y del mar extremo. Las medidas de adaptación basadas en el ecosistema incluyen la conservación y rehabilitación de los ecosistemas de carbono azul existentes. Los manglares proporcionan servicios como la rehabilitación de costas, la atenuación de desastres y la conservación de la biodiversidad.
Mejora de los sistemas de información sobre riesgos múltiples y los servicios climáticos
Las medidas de adaptación como los Sistemas de Alerta Temprana Multirriesgos (MHEWS) no están lo suficientemente desarrolladas en la región de América Latina y el Caribe. América del Sur y África se enfrenta a las mayores deficiencias de este tipo. La región del Caribe presenta una alta vulnerabilidad a la sequía.
Factores como la expansión del sector turístico, el crecimiento de la población, la urbanización, el aumento de la riqueza de la sociedad, las prácticas y estrategias ineficaces de gestión de los recursos hídricos, la disminución de la calidad del agua debido a las actividades humanas y a los factores climáticos podrían generar más estrés hídrico.
Nota: Aplicación de Sistemas de Alerta Temprana Multirriesgos (MHEWS) según la información proporcionada por Miembros regionales de la OMM (20 de América Central y el Caribe y 12 de América del Sur).
Las proyecciones del Foro sobre la Evolución Probable del Clima en el Caribe, preparadas por el Instituto de Meteorología e Hidrología del Caribe (IMHC), con contribuciones de un grupo más amplio de meteorólogos y climatólogos regionales, examinan el riesgo climático para anticipar posibles impactos, como los relacionados con la sequía. Un estrecho seguimiento de los peligros climáticos vinculados a los sistemas de alerta temprana podría prevenir muchos problemas. Algunas herramientas que los gobiernos pueden usar para estos fenómenos son el Sistema del índice de Estrés Agrícola de la FAO o índices de inseguridad alimentaria y predicciones meteorológicas.
El Marco Mundial para los Servicios Climáticos (MMSC) proporciona orientación detallada sobre el desarrollo conjunto y la prestación de los servicios climáticos necesarios para apoyar la adopción de decisiones en los sectores sensibles al clima y también orientación para los servicios climáticos en apoyo de la consecución de mejores resultados relacionados con el clima en los ámbitos de la gestión de los El Marco Mundial también proporciona orientación para el establecimiento de marcos nacionales para los servicios climáticos, se trata de plataformas de interfaz de usuario con múltiples partes interesadas que permiten el desarrollo y la prestación de servicios climáticos a nivel nacional. Las estructuras de gobernanza deben ser ágiles y adaptables para poder enfrentar los problemas climáticos.
Los enfoques multirriesgos reconocen los vínculos entre el clima y otros peligros y son imprescindibles para elaborar estrategias de gestión de riesgos que puedan reducir los impactos en cascada. Un análisis intersectorial de los riesgos fundamentado en los mecanismos de coordinación existentes para los agentes de desarrollo ayudará a crear esta capacidad. Las evaluaciones multidimensionales y desglosadas de la vulnerabilidad pondrán de manifiesto la relación entre el riesgo, la pobreza, la inseguridad alimentaria, el género, la edad, la etnia y otros factores clave que agravan el riesgo, lo que conducirá a soluciones de política cada vez más integradas.
1. El año 2020 fue uno de los 3 años más cálidos de que se tiene constancia en México, América Central y el Caribe. Es el segundo año más cálido en América del Sur. Las temperaturas se situaron en 1 °C, 0. 8 °C y 0. 6 °C por encima de la media de 1981-2010.
2. La sequía en el sur de la Amazonia y el Pantanal del siglo XXI fue la más grave en los últimos 60 años. 2020 superó a 2019 para convertirse en el año con mayor actividad de incendios en el sur de la Amazonia.
3. Los déficits de precipitación son preocupantes en el Caribe porque varios de sus países están en la lista mundial de países con mayor estrés hídrico, con menos de 1 000 m3 de agua dulce per cápita.
4. Un grupo de 40 expertos elaboró y revisó el informe presente mediante un proceso interactivo coordinado por las oficinas de la OMM para la Asociación Regional III y la Asociación Regional IV.
5. Las conclusiones del informe se basan en una metodología estándar para evaluar aspectos físicos del sistema climático a partir de los datos de 1 700 estaciones meteorológicas de México, América Central y el Caribe y de América del Sur.
6. La temperatura media mundial en 2020 fue una de las 3 más cálidas desde el periodo de observación (1850-2020). Los últimos seis años del periodo han sido los más cálidos.
7. El año 2020 presentó una anomalía de la temperatura media de +0. 8 °C y +1 °C con respecto a la temperatura media del periodo 1981-2010.
8. El año 2020 fue el segundo año más cálido del que se tiene constancia después de 2016 en América Latina, con una anomalía de +0. 6 °C con respecto a 1981-2010.
9. Guáimaro (Cuba) registró 39. 2 °C, el registro máximo anterior era de 38 °C el 17 de abril de 1999.
Belice registró la temperatura máxima diaria más alta en Punta Gorda, fue de 35. 6 °C el 4 de enero de 2020. La estación de Tower Hill registró la temperatura máxima media mensual más alta de 30. 7 °C.
10. Santa Rosa de Copán (Honduras) tuvo un récord de 39. 6 °C. Oaxaca, México estableció un récord de 44 °C.
México tenía un récord de temperatura media diaria más fría que superó el 19 de enero de 2020 con -16 °C en el estado de Durango. Fue la temperatura más baja jamás registrada por CONAGUA.
11. Sonora batió récords en 2020 con una temperatura de -9. 5 °C, superando la anterior de -6 °C.
12. La anomalía de la temperatura media anual de 2020 en Perú fue de 0. 61 °C, por encima de la media de 1981-2010. Fue el tercer valor anual más cálido desde 2000, después de +0. 79 °C en 2016 y +0. 74 en 2015 (Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología SENAMHI-Perú).
13. La temperatura media anual en Argentina fue de 0. 63 °C más cálida que la del período de referencia 1981-2010. 2020 fue el segundo año más cálido del que se tiene constancia desde 1961 según el Servicio Meteorológico Nacional.
14. Las temperaturas estuvieron muy por encima de lo normal en Paraguay durante 2020, entre 0 .5 °C y 1 °C más cálidas que el promedio de 1981-2010 según la Dirección de Meteorología e Hidrología (DMH).
15. La precipitación por encima de lo normal en la región semiárida del noreste de Brasil de marzo a mayo de 2020 puso fin a una sequía de seis años. En la segunda quincena de julio no se registraron lluvias abundantes en gran parte de Brasil y volvieron a aumentar los déficits de precipitación.
16. En el centro de América del Sur, los totales de precipitación se aproximaron al 40 % de los valores normales en 2020.
17. Argentina registró a 2020 como un año seco, con una anomalía nacional estimada del-16. 7% con respecto a la media de 1981-2010. La región nororiental lo registró como el quinto año más seco desde 1961.
18. Los valores del índice normalizado de precipitación (SPI) de 12 meses generados por los SMHN de México y América Central indican la persistencia de condiciones de lluvia por debajo de lo normal en muchos lugares en 2020.
19. México, El Salvador, Costa Rica y Panamá registraron condiciones muy lluviosas, como muestran sus valores del SPI de 6 meses superiores a 1. 5.
20. En 2020 el noroeste de México y zonas de Sonora y Chihuahua experimentaron totales de precipitación anual que se situaron entre 25% y 50% por debajo de los valores normales.
21. Los valores más altos del SPI de 6 meses se registraron en Muná, Yucatán y en Jacatepec, Oaxaca.
11 municipios de Colombia declararon un estado de calamidad pública en 2020.
22. En el primer trimestre de 2020 la región costera del Ecuador experimentó una corriente extraordinaria de aire seco procedente del océano Pacífico, que provocó un período de sequía de al menos 20 días consecutivos.
23. La costa meridional de Perú registró durante enero y marzo de 2020 condiciones muy húmedas del 22 al 24 de enero: 32. 4 mm/día en Camaná (Arequipa), 16. 4 mm/día en Jorge Basadre (Tacna), 17. 3 mm/día en Copara (Ica) y 13. 2 mm/día en Calana (Tacna).
24. Una precipitación por encima de lo normal en la región semiárida del noreste de Brasil en febrero y marzo de 2020 puso fin a una sequía de 6 años.
25. El glaciar Echaurren Norte en la región central de los Andes de Chile es el único que se ha observado de forma continua durante más de 40 años.
26. Los Andes trópicos tienen un balance de masa glaciar que presenta una tendencia negativa de alrededor de 0. 71 metros de equivalente en agua (m.w.e).
27. Los glaciares de los Andes de Chile y Argentina han retrocedido durante las últimas décadas, con una tasa diferencial de alrededor de 0. 72 m.w.e. a -1 para el periodo 2004-2019 en los Andes secos. Y de -0. 58 m.w.e. a -1 de 1976 a 2019 en los Andes centrales.
28. Las concentraciones de gases de efecto invernadero provocan una acumulación de exceso de energía en la Tierra, de la que aproximadamente 90% es absorbido por lo océanos.
29. La tasa media mundial de aumento de nivel del mar desde principios de 1993 es de 3. 3 ± 0. 3 mm por año como consecuencia del calentamiento de los océanos y la fusión de los hielos continentales.
30. Las series temporales ponen de manifiesto las tendencias y la variabilidad del nivel del mar de enero de 1993 a junio de 2020 en el Pacífico, el Atlántico ecuatorial y el Atlántico sur, sobre la base de datos altimétricos reticulares promediados desde 50 km mar adentro hasta la costa.
31. El nivel del mar en la costa en el lado del pacífico muestra una anomalía ocasionada por El Niño-Oscilación del Sur, donde se muestra una subida temporal del nivel del mar. mar (> 10 a 15 cm) durante 1997-1998 y 2015-2016.
32. En la costa atlántica de América del Sur la tasa de aumento del nivel del mar es ligeramente superior a la media mundial que es de ~3. 6 mm/año, mientras que es inferior a lo largo de la costa del Pacífico de 2. 95 mm por año.
33. Una señal de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) muestra una subida temporal del nivel del mar >20 cm durante los episodios de 1997-1998 y 2015-2016.
34. El aumento del nivel del mar en la costa es mayor que la media mundial en el lado del mar Caribe/golfo de México (3. 7 mm/año) y menor que la media mundial en el lado del Pacífico (2. 6 mm/año).
35. La tendencia lineal del aumento del nivel del mar en el Caribe se eleva a un ritmo ligeramente mayor que la media mundial, es de 3. 56 ± 0. 1 mm/año.
36. El océano absorbe alrededor de 23% de las emisiones antropógenas anuales de dióxido de carbono en la atmósfera. Esto contribuye a mitigar los efectos de del aumento de las emisiones en el clima de la Tierra.
37. El año 2020 comenzó con la observación de una temperatura superficial del mar superior a la media a largo plazo en la región tropical del Pacífico occidental, con un índice oceánico de El Niño que alcanzó los 0. 6 °C entre enero y marzo de 2020. Estuvo un poco por encima del umbral de 0. 5 °C que suele tenerse en cuenta para los episodios cálidos en el Pacífico ecuatorial, el índice de Oscilación Austral estuvo cercano a cero en los primeros meses de 2020.
38. La anomalía de la temperatura superficial del mar en el mar Caribe en 2020 fue de 0. 87 °C por encima de la media de 1981-2010, superando el valor máximo anterior de +0. 78 °C en 2010.
39. La temporada de ciclones en la cuenca atlántica en 2020 registró un total de 30 tormentas, que superó el récord anterior de 28 en 2005. 8 tuvieron impactos directos o indirectos en la región. Eta e lota alcanzaron una intensidad de categoría 4 y tocaron tierra en una sucesión de dos semanas.
40. Las acumulaciones estimadas de lluvia en partes de Nicaragua y Honduras superaron los 305 mm tras el paso de Eta el 6 de noviembre de 2020. Partes del este de Nicaragua, Honduras, Belice y Costa Rica habían acumulado más de 150-300 mm de lluvia de Iota para el 15 y 16 de noviembre.
41. El Caribe está especialmente expuesto a los huracanes con más de 110 tormentas que afectaron a la región entre 1980 y 2016. Los ciclones tropicales representan más de 70 % de los desastres relacionados con la meteorología y casi 95 % de los daños sufridos a causa de los desastres meteorológicos en los países del Caribe desde 1960.
42. El huracán Isaías produjo daños e inundaciones en Puerto Rico y República Dominicana que ocasionaron la muerte de 3 personas.
43. La tormenta tropical Laura ocasionó la muerte de 31 personas en Haití y de otras 4 en la República Dominicana. A finales de junio de 2020 alrededor de 80 % de la superficie total de Puerto Rico se había clasificado como anormalmente seca, provocando el racionamiento de agua durante el verano.
44. El norte de Colombia y el noroeste de la República Bolivariana de Venezuela muestran valores negativos en los gráficos del índice estandarizado de precipitación y evapotranspiración de 6 y 12 meses en 2020, los valores son inferiores a -1. 5.
45. 60% de Puerto Rico experimentó condiciones de sequía en 2020 que se aliviaron con el huracán Isaías y la tormenta tropical Laura en julio y agosto.
46. México, Belice, Honduras, Costa Rica y Panamá registraron regiones con sequías meteorológicas graves y extremas en 2020, con un índice normalizado de precipitación (SPI) de 6 meses inferior a −1. 5. En América Central, las zonas con sequía se situaban principalmente en la costa del Caribe, con los valores más bajos (−1. 7) en Panamá (Piedra Candela, Chiriquí) y Honduras (Catacamas, Olancho).
47. La sequía afectó principalmente a regiones del centro y noroeste de México, donde el SPI de 6 meses más bajo fue de -3. 4. A finales de 2020, las condiciones de sequía extrema a excepcional afectaban a casi 30% del país.
En el centro-oeste de Brasil se detectaron condiciones de sequía previas con SPEI de 6 meses y SPEI de 12 meses inferiores a -1. 5 en 2018-2020, con una estación de las lluvias de verano muy por debajo del nivel normal.
48. La sequía de 2020 en Chile es una continuación de la megasequía que empezó en 2020 como resultado de un periodo con déficits de precipitación media de entre 20% y 40%.
49. Las regiones bolivianas del Chaco y el Pantanal sufrieron las sequía más graves de los últimos 60 años (1960-2020). Como consecuencia de ello los incendios forestales se propagaron y afectaron a más de 1. 4 millones de hectáreas.
50. En el Pantanal brasileño se produjo una disminución de las precipitaciones durante el verano austral de alrededor de 50% en 2019 y 2020.
51. La situación de sequía en el centro-oeste del Brasil durante el verano y otoño australes de 2020 se extendió al Pantanal paraguayo, con casi 200 mm de precipitación por debajo de la media de 1981-2010.
52. El nivel medio anual en Ladário es de 273 cm (1900-2020) y en septiembre de 2020 el valor mínimo más bajo fue de 1 cm, el más bajo en 47 años.
53. Argentina registró en 2020 una anomalía pluviométrica nacional estimada de -16. 7% respecto a la media de 1981-2010, fue el año más seco desde 1995.
54. Del 18 al 28 de enero de 2020 se produjo una ola de calor en la región de Cuyo (Argentina) con temperaturas de entre 36 °C y 43 °C. En Mariscal Estigarribia (Paraguay), la temperatura alcanzó los 42. 5 °C el 8 de marzo de 2020.
55. Los días 20 y 21 de febrero de 2020 se registraron temperaturas superiores al percentil 90 en el departamento de San Martín, en la región septentrional de la Amazonia del Perú.
56. La estación de Saposoa registró una temperatura máxima diaria de 39. 5 °C el 21 de febrero de 2020 frente a la media a largo plazo de 32. 4 °C.
57. Del 17 al 22 de abril de 2020 una ola de calor afectó a Valparaíso en Chile, con temperaturas de 28. 8 °C y una anomalía superior a 9 °C con respecto a la media a largo plazo de 19. 3 °C. En mayo se observaron temperaturas sin precedentes en Chile durante los tres episodios de olas de calor entre Arica y Santiago, con temperaturas de 35. 5 °C en Rodelillo, 30. 6 °C en Santo Domingo y 28. 8 °C en Calama del 25 al 28 de abril, que fueron las más altas desde finales de la década de 1960.
58. Entre el 29 de septiembre y el 15 de octubre de 2020, una gran ola de calor afectó al centro de América del Sur. Algunos lugares experimentaron un calentamiento de 10 °C por encima de lo normal y algunos tuvieron temperaturas superiores a los 40 °C . Las temperaturas máximas en algunas estaciones mostraron valores de hasta 10 °C por encima de lo normal.
59. La temperatura máxima de octubre de 2020 en Asunción (Paraguay) alcanzó los 42. 3 °C.
60. En la ciudad de São Paulo (Brasil), la temperatura máxima alcanzó los 37. 5 °C el 2 de octubre de 2020 frente a la media a largo plazo de 28. 8 °C, y en tres ocasiones las temperaturas superaron los 37. 4 °C.
61. En 2020 Bolivia presenció la temperatura más alta de la que se tenía registro en San José de Chiquitos y fue de 43. 4 °C.
62. Entre el 22 y el 24 de noviembre de 2020 Bolivia registró nuevas temperaturas máximas sin precedentes en las regiones de Santa Cruz y Beni con temperaturas máximas que alcanzaron los 41. 3 °C en Rurrenabaque (frente a la media a largo plazo de 30 °C) y los 40. 2 °C en San Joaquín (frente a la media a largo plazo de 32 °C).
63. En Requena, región septentrional de la Amazonia las temperaturas máximas alcanzaron los 40. 7 °C el 22 de noviembre de 2020 frente a la media a largo plazo de 31. 7 °C.
64. El 5 de noviembre de 2020 Brasil registró una temperatura máxima de 44. 8 °C en Nova Maringá, estado de Mato Grosso frente a la media a largo plazo de 30 °C. Es la temperatura máxima más alta registrada en Brasil en 111 años, desde 1909 cuando se creó el Instituto Nacional de Meteorología del Brasil (INMET).
65. En el año 2020 el Pantanal sufrió la temporada de incendios más catastrófica, con un área quemada superior al 26 % de la región según el sistema de aviso ALARMES del Laboratorio de Aplicaciones Satelitales Ambientales (LASAUFRJ). Este valor fue cuatro veces mayor que la media a largo plazo observada entre 2001 y 2019.
66. El número de fuentes de calor registradas por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil en el Pantanal fue de 241 % mayor en 2020 con respecto a 2019. El año 2020 superó a 2019 para convertirse en el año de mayor actividad de incendios en el sur de la Amazonia desde 2012, con 574 000 incendios activos en 2020 frente a 509 000 durante el mismo período del año anterior.
67. En el estado de Acre, en la Amazonia occidental, la ciudad de Río Branco registró temperaturas mínimas de 12 °C el 22 de agosto de 2020 frente a la media a largo plazo de 17. 4 °C.
68. Las temperaturas se situaron por debajo de 10 °C en Curitiba, Paraná en 2020, y experimentaron lluvia congelante.
69. En la ciudad de São Paulo las temperaturas descendieron a 1 °C en la madrugada del 21 de agosto de 2020 frente a la media a largo plazo de 12. 8 °C.
70. En la región del Bajo Chaco de Paraguay se observaron nuevas temperaturas mínimas sin precedentes el 21 de agosto de 2020, con −0. 8 °C en la ciudad de Pilar frente a la media a largo plazo de 2. 8 °C, lo que la convirtió en la más baja desde 2011.
71. La ola de frío llegó a la Amazonia peruana, con temperaturas que alcanzaron 12. 8 °C el 21 de agosto de 2020 en Iquitos frente a la media a largo plazo de 22. 2 °C.
72. En Caballococha, las temperaturas mínimas alcanzaron 12. 8 °C el 22 de agosto de 2020 frente a la media a largo plazo de 21. 3 °C.
73. Desde mediados de junio hasta principios de julio de 2020, una situación de bloqueo de alta presión sobre el sur de la Patagonia dio lugar a temperaturas extremadamente bajas que continuaron durante 8 días en la ciudad de Río Grande y en la mayor parte del centro de la Argentina y el sur de la Patagonia (Santa Cruz y Tierra del Fuego), donde las temperaturas oscilaron entre −20 °C y −9 °C.
74. El centro de Argentina y el sur de la Patagonia se vieron afectados por temperaturas frías y varias nevadas durante el invierno austral de 2020 lo que ocasionó acumulaciones de nieve de 1 a 2 metros de profundidad.
75. El 10 de febrero de 2020 la estación meteorológica de Mirante de Santana, en el estado de São Paulo registró 114 mm. Febrero fue el mes más lluvioso de los últimos 77 años con 483. 6 mm, casi el doble de la media normal de 249. 7 mm.
76. La localidad de Batlle y Ordóñez en el departamento de Lavalleja registró 105 mm de lluvia en 24 horas en el periodo del 22 al 24 de junio de 2020, según el Instituto Uruguayo de Meteorología (INUMET).
77. Un ciclón extratropical afectó a Brasil entre el 30 de junio y el 1 de julio de 2020, ocasionó tornados, granizo y ráfagas de viento que superaron los 130 km/h. Murieron aproximadamente 18 personas por la caída de árboles y estructuras en Río Grande y Santa Catarina. 229 municipios se vieron afectados, 2 600 personas perdieron sus hogares y 1. 5 millones de personas se quedaron sin electricidad en Santa Catarina.
78. La localidad ecuatoriana de Rancho Grande registró 90. 5 mm en 4 horas el 9 de septiembre de 2020, provocando deslizamientos de tierra que afectaron a 1 409 personas.
79. En el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) relativo al calentamiento global de 1. 5 °C se menciona la importancia de tomar medidas para hacer frente al cambio climático y para limitar el calentamiento global a 1. 5 °C por encima de los niveles preindustriales.
80. El calentamiento global debe limitarse muy por debajo de 2 °C en América Latina y el Caribe, además de tener en cuenta lo dispuesto en el Acuerdo de París.
81. El impacto del cambio climático en Latinoamérica y el Caribe se abordó en el informe especial del IPCC sobre cambio climático y la tierra, que hace referencia a reducciones de 6% en la región para 2046-2055 en un grupo de 11 grandes cultivos mundiales.
82. La limitación del cambio climático a 1. 5 °C podría evitar un poco el estrés hídrico con respecto a un calentamiento de 2 °C, especialmente en el Caribe.
83. Zacatecas se vio afectado por la sequía en 2020 y redujo su cosecha de frijoles, registró el nivel más bajo de producción en 20 años.
84. Cerritos en San Luis Potosí se vio afectado por la sequía en 2020 y tuvo una caída de 50% en los cultivos, entre ellos sorgo, girasol y maíz. La producción de sorgo podría reducirse de 8 000 a 200 toneladas.
85. La región del altiplano guatemalteco tuvo pérdidas de casi 80% de maíz después de una estación de lluvias irregular en 2020.
86. El Global Report on Food Crises expuso que en 2020 la inseguridad alimentaria aguda aumentó en América Central y Haití con unos 11. 8 millones de personas afectadas.
87. Los fenómenos meteorológicos extremos afectaron a más de 8 millones de personas en toda América Central, agravando la inseguridad alimentaria en países que ya se encontraban debilitados.
88. Haití se situó entre los 10 países que más sufrían las peores crisis alimentarias, en 2020 4. 1 millones de personas se enfrentaban a situaciones graves (Fase 3 o superior de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases), incluidos 1. 2 millones que se enfrentaban a una “emergencia” o a situaciones más graves (Fase 4 o superior de la CIF).
89. América Latina y el Caribe representan alrededor de 57 % de los bosques primarios que quedan en el mundo, que almacenan unas 104 gigatoneladas de carbono (solamente el bioma amazónico almacena 10 % del carbono mundial). Alberga entre 40 % y 50 % de la biodiversidad mundial y un tercio de todas las especies vegetales.
América Latina y el Caribe dedica alrededor de 20% de sus espacios naturales a la conservación de la naturaleza y a los servicios ecosistémicos. La cifra el 1. 5 veces mayor que la media del mundo en desarrollo, que es de 13%.
90. América Latina y el Caribe perdieron entre 2000 y 2016 cerca de 55 millones de hectáreas de bosque, alrededor de 5. 5% del total de la región. Esto representa más de 91% de las pérdidas forestales en todo el mundo.
91. Los bosques de segundo crecimiento de América Latina cubrían 240 millones de hectáreas de tierra en 2008 y en el periodo 2010-2020 siguieron siendo el factor que constribuía a la restauración de bosques.
92. En 40 años, la tierra donde están los bosques de segundo crecimiento pueden acumular potencialmente 8. 5 gigatoneladas de carbono en la biomasa sobre el suelo a través de la regeneración natural o asistida, esto equivale a un secuestro total de 31. 1 gigatoneladas de dióxido de carbono.
93. Los incendios consumieron más de 43 000 km2 en el Pantanal en 2020.
94. La tormenta tropical Amanda azotó El Salvador en mayo y junio de 2020 y 50% de los hogares que cultivaban maíz y frijoles vieron su producción reducida a la mitad.
95. Un estudio realizado por el Programa Mundial de Alimentos mencionó que debido a los efectos combinados de los huracanes y la pandemia de COVID-19, 162 000 hogares en El Salvador pasaron a sufrir inseguridad alimentaria.
96. La tormenta tropical Laura que azotó a la isla de La Española provocó pérdidas de entre 50% y 80% en los cultivos de la zona del Sudeste.
97. Eta e lota, huracanes de categoría 4 afectaron a más de 8 millones de personas en América Central. Guatemala, Honduras y Nicaragua fueron los países más afectados, con 1 millón de hectáreas de cultivos dañados y la alteración de los medios de subsistencia agrícolas de los habitantes. En el sector ganadero se perdieron más de 190 000 cabezas de reses, cerdos y aves de corral.
98. En Honduras 4. 7 millones de personas se vieron afectadas y 569 220 hectáreas de cultivos resultaron dañadas por los huracanes Eta e lota. Aproximadamente 745 comunidades de 155 municipios informaron de daños y los cortes de las comunicaciones afectaron a más de 95 000 personas en 68 comunidades.
99. En Guatemala Eta e lota afectaron a 1. 8 millones de personas, dañaron a 164 448 hectáreas de tierra cultivada y causaron la muerte de 126 812 cabezas de ganado. Guatemala tuvo que hacer frente a los efectos y daños en 18 de sus 22 departamentos.
100. En Honduras durante 2020, el impacto en el crecimiento fue de 0. 8 puntos del PIB y en Guatemala fue de 0. 1 puntos del PIB como efecto de los fenómenos naturales.
101. En Nicaragua se vieron afectadas 1. 8 millones de personas y se perdieron 220 000 hectáreas de tierra cultivada y 43 667 cabezas de ganado. El sector pesquero se vio afectado y 4 000 pescadores en pequeña escala perdieron sus equipos de pesca. Todo como consecuencia de Eta e lota.
102. Nicaragua que sufrió el primer impacto de Eta cuando aún era una tormenta de categoría 4, emitió un informe preliminar indicando que 8 000 viviendas, 16 centros de salud y diversas carreteras y puentes habían resultado dañados, y que más de 47 000 personas habían buscado refugio en 325 centros. Las autoridades estiman que los daños materiales ascienden a 172 millones de dólares y los costes de restauración inmediata ascienden a 36. 4 millones de dólares.
103. El Gobierno de Panamá destinó 100 millones de dólares para atender las necesidades relacionadas con Eta e informó de que 3 330 personas se habían visto afectadas.
104. Costa Rica informó de que 325 000 personas se habían visto afectadas directa o indirectamente por Eta.
105. Belice informó de inundaciones por Eta de gran magnitud en los distritos de Cayo, Stann Creek y Toledo, y según las estimaciones preliminares se vieron afectadas entre 50 000 y 60 000 personas de las comunidades ribereñas.
106. Las autoridades mexicanas informaron que la interacción de Eta con el frente frío en el sur de México había afectado a los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz, y estimaron que más de 177 600 personas habían necesitado asistencia en todos esos estados y que 58 800 viviendas habían sufrido daños.
107. El riesgo que corre la población de América Latina y el Caribe puede aumentar debido a una posible duplicación de la frecuencia de las subidas del nivel del agua de 0. 1 a 0. 2 m.
108. En América Latina y el Caribe más de 27 % de la población de la región vive en zonas costeras. Se estima que entre 6 % y 8 % de la población vive en zonas con riesgo alto o muy alto de verse afectadas por amenazas costeras, y el número de personas que viven por debajo de niveles del mar extremos que se producen cada cien años en América Latina y el Caribe pasará de 7. 5 millones en 2011 a 9 millones a finales de siglo (suponiendo que no crezca la población).
109. La barrera de arrecifes mesoamericana es el segundo arrecife de coral más grande del mundo y su erosión neta debida a la acidificación es de 37 %, con una acreción de sólo 26 % y con bajas tasas de calcificación neta.
110. Los fenómenos hidrometeorológicos, como inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor, representan 93 % de todos los desastres ocurridos en los últimos 20 años. Los tipos de desastre más frecuentes registrados en el mundo entre 2000 y 2019 fueron las inundaciones con 44 % y las tormentas con 28 %.
111. Los manglares pueden almacenar entre 3 y 4 veces más carbono que la mayoría de los bosques del planeta.
Los datos recientes indican que las zonas de manglares en América Latina y el Caribe han disminuido 20. 22 % en el período 2001-2018.
112. Siete de los territorios del Caribe están en la lista mundial de países con mayor estrés hídrico, con menos de 1 000 m3 de recursos de agua dulce per cápita.
El presente informe muestra como el cambio climático se ha acelerado desde las últimas décadas del siglo XX y las primeras del siglo XXI, esto ha traído cambios extremos no sólo en las temperaturas del planeta, sino en la intensificación de los desastres naturales. Ante estos escenarios catastróficos, las personas se han visto en la necesidad de adaptarse a estos cambios radicales y además han tenido que buscar herramientas para combatir los problemas. Gran parte de la población es consciente de que muchos de estos fenómenos ya no tienen solución, por lo que optan sólo por controlarlos para no agravarlos en un futuro. El uso de políticas internas para combatir la destrucción del ambiente, así como la cooperación multilateral son dos de los pilares más importantes en la actualidad para el combate.