Christopher Flavelle es un periodista estadounidense, corresponsal del periódico "The New York Times". Escribe artículos sobre el cambio climático y cómo los gobiernos cooperan para combatirlo.

El acuerdo de infraestructura bipartidista que se alcanzó en la última semana de Octubre de 2021, proporciona un nuevo presupuesto jamás visto en la historia de Estados Unidos para resistir los efectos del cambio climático. Decenas de miles de millones de dólares se destinaron para proteger contra inundaciones, reducir los daños de los incendios forestales, desarrollar nuevas fuentes de agua potable en áreas asoladas por la sequía, e incluso reubicar comunidades enteras de lugares vulnerables.

Por primera vez, ambos partidos en Estados Unidos reconocieron, por sus acciones, si no por sus palabras, que Estados Unidos no está preparado para afrontar los efectos más adversos del cambio climático y requiere una enorme inyección urgente de dinero y esfuerzo para prepararse.

Como resultado, los demócratas en el Congreso y la administración del presidente Joe Biden tienen como objetivo implementar acciones climáticas más agresivas en un proyecto de ley de presupuesto, que los demócratas esperan pasar incluso sin los votos republicanos. Los progresistas se oponen a las iniciativas para financiar el gas natural y las plantas de energía nuclear. Pero hay poca oposición del presupuesto para proteger a las comunidades del aumento del nivel del mar y el clima extremo.

El proyecto de ley también transformaría fundamentalmente el enfoque del país para prepararse ante el cambio climático. Hasta hace poco, la política federal de desastres se había centrado en gastar dinero después de algún desastre, para reconstruir lo perdido. Sin embargo, los desastres naturales registrados en 2017 (por ejemplo, los huracanes Harvey, Irma y Maria), han desafiado esa lógica para proteger a las comunidades antes de que el desastre suceda.

Parte del presupuesto reforzará los programas ya existentes. Sin embargo, algunos expertos señalan que los programas no están al nivel para hacer frente a la creciente amenaza.

Destino del presupuesto:

1. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército obtendría 11.6 mil millones de dólares adicionales en fondos de construcción para proyectos como control de inundaciones y desbordamiento de ríos. Esto representa cuatro veces la cantidad del presupuesto que el Congreso le dio al Cuerpo en 2020 para la construcción.

2. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) cuenta con su propio programa para reducir la daños por inundaciones. Ese programa vería triplicar su presupuesto anual a 700 millones de dólares. Parte de ese dinero se destina a propietarios de viviendas en áreas consideradas especialmente vulnerables debido a factores socioeconómicos, incluido el hogar de personas pertenecientes a grupos minoritarios raciales. FEMA ha enfrentado críticas por proporcionar menos dinero a sobrevivientes afroamericanos que a los sobrevivientes blancos, incluso cuando sufren pérdidas similares.

3. FEMA también obtendría 1 000 millones de dólares adicionales para proteger a las comunidades contra todo tipo de desastres y otros 733 millones de dólares para hacer las represas más seguras.

La Oficina de Reclamación, que administra los suministros de agua en la parte occidental de Estados Unidos, recibe 20 millones de dólares anuales por parte del Congreso para proyectos de desalinización, que eliminan minerales y sales del agua de mar para crear agua dulce. Dicha oficina recibibe otros 65 millones de dólares para proyectos de reciclado de agua. No obstante, su presupuesto se disparará a 250 millones de dólares para la desalinización en cinco años, y 1 000 millones de dólares se destinarán al reciclaje y reutilización de agua: el proceso de tratamiento de aguas residuales para que esté disponible para nuevos usos como el riego.

Adicionalmente, el proyecto de ley le daría al Departamento de Agricultura 500 millones de dólares para “subvenciones para la defensa de incendios forestales para comunidades en riesgo”; dinero que podría ayudar a las personas a hacer cambios en sus hogares o en el ambiente para reducir el riesgo de incendios.

El Departamento de Transporte recibiría alrededor de 9 mil millones de dólares para un programa diseñado para ayudar a los estados a preparar carreteras contra los efectos del cambio climático.

El financiamiento de la legislación estaría disponible para trasladar comunidades enteras. El presupuesto proporciona 216 millones de dólares a la Oficina de Asuntos Indígenas para combatir los efectos del cambio climático y la adaptación para las tribus nacionales, que se han visto desproporcionadamente afectadas por el cambio climático. Alrededor de 130 millones de dólares, se destinaría a la reubicación de comunidades y ayudar a los indígenas estadounidenses a salir de las zonas de mayor riesgo.