After COP26. The Glasgow summit left a huge hole in the world's plans to curb climate change
The Economist [2021], "After COP26. The Glasgow summit left a huge hole in the world's plans to curb climate change", The Economist, London, 20 de noviembre, https://www.economist.com/international/2021/11/20/the-glasgow-summit-le...
La culminación de la Conferencia de las Partes número 26 (COP26 por sus siglas en inglés) el 13 de noviembre de 2021 fue una mezcla de celebración y frustración. La realidad es que el mundo no está consiguiendo limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, a pesar de haberse comprometido en los acuerdos de París de 2015. Sin embargo, la cumbre puso en marcha una serie de procedimientos que mantienen viva la posibilidad de alcanzar ese objetivo, si los países se deciden a adoptar medidas drásticas.
Admitiendo que los objetivos fijados en París no se están cumpliendo, la cumbre trató de acelerar la lucha contra el cambio climático de varias maneras. Varios países se unieron a diversas "coaliciones de voluntarios" para poner de su parte y eliminar la energía del carbón, reducir las emisiones de metano, hacer más ecológicos los servicios financieros y proteger los bosques, entre otras cosas." Quizás lo más importante de todo es que los gobiernos acordaron reforzar sus planes nacionales para reducir las emisiones en la próxima década. Esto significa buscar nuevas formas de acelerar la transición de los combustibles fósiles para 2030.
El reto de estar por debajo de 1.5ºC de temperatura es cada vez más complicado en un contexto donde la temperatura sigue aumentando cada década (Dato crucial 1) y las reducciones de gases de efecto invernadero (GEI) avanzan a paso lento (Dato crucial 3).
En 2020 muchos países se comprometieron a alcanzar las emisiones netas cero para mediados del siglo XXI. Lo que ahora urge es reducir la brecha faltante de 17 a 20 mil millones de toneladas de GEI de aquí a 2030, lo que equivale cortar de golpe 45% de las emisiones alcanzadas en 2010. Incluso así, advierte el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) solo la reducción de GEI asegura solo 50% de posibilidades de limitar el calentamiento global por debajo de la meta establecida para 2030.
La enorme brecha entre la ambición y realidad, sumado al poco tiempo para cerrar la brecha, es lo que hizo que en Glasgow se acordara una cláusula para evaluar la reducción de GEI cada cinco años.
Muéstrame el dinero
En Glasgow también se hizo hincapié en la necesidad de conceder más préstamos para ayudar la transición energética en los países pobres y sus estrategias de adaptación y mitigación frente al cambio climático. Este tipo de estrategias tiene antecedentes en donde lo países ricos no cumplieron con la transferencia de recursos transferida (Dato crucial 4).
Las conversaciones estuvieron marcadas por un cambio perceptible en la retórica en torno a la ayuda financiera. Se trata más que de una ayuda, de una herramienta esencial para la transición energética, en donde se realiza la transferencia de recursos bajo la condición de llevar a cabo ciertas acciones (Dato Crucial 5).
Otra propuesta son los "compromisos sectoriales", coaliciones de voluntarios, como China que es reacio a unirse a los acuerdos multilaterales y en colaboración climática con Estados Unidos, anunció la elaboración de una estrategia nacional para reducir las emisiones de metano.
Los mercados de carbono también podrían contribuir a reducir las emisiones, aunque los volúmenes aún son bajos (menores a los miles de millones de toneladas) y siguen siendo mal regulados. Sin embargo su popularidad y demanda crecen por parte de empresas privadas con objetivos climáticos. En teoría, estos mercados podrían ayudar a dirigir los fondos privados hacia los proyectos más eficaces de reducción de carbono y acelerar la descarbonización. Otras vías son los incentivos financieros para que las economías emergentes reduzcan sus emisiones con una combinación de fondos públicos y privados.
Finalmente la revista señala que 2022 estará marcado por la presión de mantener la urgencia en el combate al cambio climático.
1. En 2020 la temperatura media mundial obtuvo un rango entre 1.1 y 1.3°C mas cálida que los niveles preindustriales. Cifra que aumenta entre 0.1 y 0.3°C cada década.
2. Los compromisos de París en 2015 llevaron a los científicos a proyectar
que en mejor de los casos la temperatura global podría alcanzar 2.7°C para 2100. En Glasgow las estimaciones más ambiciones ajustan esa misma proyección con 0.3ºC menos: 2.4ºC para 2100.
3. Para lograr conservar una temperatura media por debajo de 1.5ºC a 2030 la brecha necesaria de gases de efecto invernadero (GEI) por ser reducidas establecida antes de Glasgow (2021) marcaba entre 23 a 27 mil millones de toneladas. En la reunión de Glasgow se fueron presentados datos que indican que las "contribuciones determinadas nacionalmente" (NDC, por su siglas en inglés) lograron reducir apenas 4 mil millones de toneladas GEI antes de la cumbre, según el Medidor de Acciones del Clima (CAT por sus siglas en inglés). Por otro lado, los compromisos por sectores relacionados al metano, el carbón, los vehículos eléctricos y la silvicultura han acordado reducir sus emisiones de GEI en 2 mil millones de toneladas. Lo cual quiere decir, que sumando todos los acuerdos alcanzados en materia de reducción de GEI a la fecha de Glasgow, aún es necesario reducir otras 17 a 20 mil millones de toneladas de GEI para alcanzar la meta de estar por debajo de 1.5ºC al 2030.
4. A los países pobres se les prometió 100 mil millones de dólares anuales hasta 2020 para hacer frente a la transición energética pero sólo se materializaron 80 mil millones de dólares en un año. En materia de adaptación al cambio climático la única concesión material que se hizo sólo dispuso de 20 mil millones. Los países ricos se comprometieron en Glasgow a duplicar la cantidad aportada para 2025.
5. Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea, Francia y Alemania han acordado de 8.5 mil millones de dólares procedentes de una combinación de fuentes públicas y privadas para Sudáfrica. A cambio, éste país ha acordado descarbonizar el suministro de electricidad, que en la actualidad se obtiene casi por completo del carbón.
6. El CAT calcula que, sí todos los países firmaran los cuatro compromisos sectoriales relacionados al metano, el carbón, los automóviles y los bosques, la reducción de emisiones de entre 17 y 20 mil millones de toneladas necesarias podría reducirse apenas entre 6 y 9 mil millones de toneladas. Se trata de una cifra importante, pero hipotética.
La destrucción del ambiente y el combate al cambio climático se agudizan. Los países deberán trabajar intensamente en medidas para frenar el incremento de la temperatura global por arriba del umbral establecido en los acuerdos de París. La transición energética es imperativa para lograr dicho objetivo. Pero deberá considerarse también un cambio en el paradigma actual de consumo, basado en la explotación, acumulación y producción basada en la búsqueda de rentabilidad más que la satisfacción de necesidades.