Extraordinary is no longer extraordinary': US scientists on a year of climate disasters
Singh, Maanvi [2021], "'Extraordinary is no longer extraordinary': US scientists on a year of climate disasters", The Guardian, London, 30 de diciembre, https://www.theguardian.com/us-news/2021/dec/30/climate-crisis-emergency...
Maanvi Singh es reportera política de la costa oeste de The Guardian con sede en San Francisco, Estados Unidos.
Tras un año de altas temperaturas y megaincendios en Estados Unidos, The Guardian entrevista a 4 científicos para trazar un balance de este momento de extremo peligro:
Daniel Swain, científico del clima en Colorado, Institute of the Environment and Sustainability, Universidad de California, Los Angeles: "Lo extraordinario ya no es extraordinario"
La oleada de extremas temperaturas en Estados Unidos ha aumentado la preocupación y el número de víctimas de desastres naturales en 2021.
Hay que destacar la magnitud y la frecuencia de los fenómenos climáticos que sucedieron en 2021, de ahí que lo extraordinario deje de serlo para pasar a ser frecuente.
Como ejemplos extremos están las temperaturas alcanzadas en Columbia Británica, similares a las del Valle de la Muerte; y los megaincendios seguidos de megaprecipitaciones en el Oeste estadounidense.
Los efectos del cambio climático nos rebasan, el transporte, la infraestructura energética, las tuberías, los protocolos para atender dichas emergencias no están a la altura de los impactos que tienen los fenómenos naturales extremos. Incluso en países con alto desarrollo infraestructural como Estados Unidos es poco lo que pueden soportar.
Simon Wang, de Utah, profesor de dinámica climática en la Utah State University: "quizá esto sea un llamado para despertar"
Ante la repetición de las catástrofes es necesario reforzar la idea de que hay que escuchar a los científicos y sus predicciones. Acaso esta repetición de eventos extremos sea una señal para despertar y para que se haga un cambio de política. Hay que procurar un trabajo conjunto de científicos y agencias gubernamentales para estudiar los problemas y diseñar políticas y medidas para hacer frente a las catástrofes.
Kathleen Johnson, de California, profesora de Ciencias de la Tierra en la University of California, Irvine: "Hay mucho por hacer"
Aunque en California coexisten los megaincendios con las megaprecipitaciones, lo que ahora se remarca es que se están haciendo aún más intensos, dado que se retroalimentan. Un ejemplo del impacto de estos fenómenos es la muerte de muchas secuoyas que necesitan del fuego para propagarse, pero en esta temporada de incendios, murieron a causa de los incendios.
Una de las tareas como educadores es formar personas capaces de asesorar en temas de políticas, que ayuden a que el cambio se produzca.
Katharine Hayhoe, de Texas, climatológa y jefa científica en Nature Conservancy: "es como si te golpeara una ola".
La aceleración temporal de los mega-desastres implica un grave problema: no dejan tiempo para recuperarse. Para Hayhoe el tema es pensar en salvarnos, en salvar nuestra civilización y no tanto en salvar a la Tierra que seguirá ahí mucho tiempo después de que nos hayamos ido.
Las advertencias del incremento de desastres naturales al contrario de generar un miedo que paraliza, debe generar una fuerte motivación para marcar la diferencia. No se trata solo de cambiar tus focos y dejar de comer carne, si no que es necesario alzar la voz para exigir un cambio.
1. En febrero de 2021, una ola de frío que alcanzó temperaturas de 10 grados Celsius por debajo del promedio en Texas, provocó la muerte de al menos 150 personas en todo el estado y dejó a millones de personas sin electricidad ni agua.
2. En el verano de 2021, las olas de calor rompieron récords de temperatura en diferentes estados del oeste de Estados Unidos. Los incendios arrasaron la ciudad de Greenville en el norte de California y abrazaron grandes arboledas de secuoyas.
3. Un informe reciente indicó que hasta 20% de las secuoyas del Parque Nacional Sequoia han muerto sólo en los últimos dos años.
4. Un análisis reciente señala que hubo en promedio de 3 meses entre cada evento meteorológico o climático de mil millones de dólares a principios de la década de 1980. Hoy en día, la media es de 18 días entre cada uno.
A medida que avanza la destrucción del ambiente los efectos son más frecuentes y devastadores. Si bien es importante lo que se puede hacer desde la individualidad porque la responsabilidad debe ser compartida, las demandas y rendición de cuentas a las corporaciones no debe detenerse. Los altos funcionarios y dueños de empresas deben tomar responsabilidad de lo que sus actividades productivas intensivas han provocado en el planeta y en la vida de los seres humanos.