El litio en México: verdades y mentiras
Azamar, Aleida [2022], "El litio en México: verdades y mentiras", Aleida Azamar e Isidro Téllez (coordinadores) Minería en México: panorama social, ambiental y económico, México, Semarnat, -UAM-X, https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/708117/Mineria-en-Mexico-...
Aleida Azamar Alonso es doctora en Economía Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Profesora Investigadora del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana, México y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1.
Introducción
En las dos últimas décadas la demanda mundial de litio ha crecido rápidamente debido a la creación de nuevas tecnologías basados en el mineral, su uso se extiende desde la industria de los autos eléctricos hasta la industria militar. La revolución tecnológica está desplazado a los combustibles fósiles como fuente principal de energía a minerales relativamente escasos. El litio, por ejemplo, se encuentra concentrado en mayor proporción en las cadenas productivas de China, le siguen Australia y América Latina.
Recientemente, en México se ha descubierto una reserva mineral de litio. Históricamente la minería ha sido una actividad estratégica para el desarrollo industrial moderno, por lo que el hallazgo en el territorio mexicano podría modificar la forma y las estrategias de todos los actores interesados en el aprovechamiento de este recurso. El objetivo de este trabajo es analizar la situación del litio en México y los riesgos de su extracción del suelo en materia económica y social-ambiental.
1. Transición energética, ¿una cuestión de escasez minera?
La transición energética en curso tiene como objetivo prioritario disminuir la dependencia mundial del petróleo, tanto por motivos ambientales como económicos. En materia energética existen dos modelos extractivos, el antiguo basado en combustibles fósiles y liderado por Estados Unidos, tanto en consumo como en producción, que suministra 70% de la matriz energética mundial, y el nuevo modelo caracterizado por una oferta fragmentada de recursos sustentables pero escasos en el mundo, que ponen en duda una transición generalizada.
Lo cierto es que para la fabricación de artefactos como los paneles solares o las baterías de almacenamiento de nueva generación se requiere de minerales como el cobre, cobalto, coltán, litio, neodimio, níquel, terbio, mejor conocidas como tierras raras, las cuales conllevan procesos de extracción demasiado complejos y peligrosos como para ser costeables socio ambientalmente en el largo plazo. La minería tradicional ya es lo suficientemente contaminante como para generar rechazo social, en cuanto a la extracción de tierras raras o litio el proceso es aún más peligroso por los residuos radioactivos, de manera que los daños son incluso superiores a los beneficios que generan.
Algunos autores han señalado que las actividades relacionadas con las tierras raras representan una relación de dependencia poco confiable debido a que la velocidad en la extracción de recursos como el cobre se duplica cada 25 años, pero en el caso del litio, cuya disponibilidad es aún menor, re se manifiesta más como un riesgo de largo plazo que como una solución para cualquier propuesta de transición energética.
2. Panorama internacional sobre el litio
Las propiedades productivas y comerciales del litio son amplias, por sus propiedades químicas es posible fabricar polímeros, lubricantes, medicamentos, vidrios, cerámicas, aluminio y baterías de celulares y computadoras. El principal interés del mercado es la alta capacidad del litio de almacenar la energía a un bajo costo y con un nivel mayor de eficiencia en cuanto a movilidad eléctrica. A diferencia de los combustibles fósiles las reservas litios con potencial comercial de largo plazo son pocas.
La creciente demanda de baterías para todo equipo eléctrico, que en 2030 sea de dos millones de toneladas de litio, pone en riesgo la viabilidad de las reservas conocidas. Abastecer la demanda internacional también implica una inversión de 30 mil millones de dólares en el corto plazo, tan solo para la construcción de minas, procesadoras y fábricas de baterías.
La producción de litio es liderada por Australia, China, Portugal, Brasil, Argentina, Chile, Estados Unidos, Bolivia y México, estos dos últimos se encuentran centrados en el tema de la exploración y los derechos de explotación. Australia y Chile concentran 80% de la producción mundial. De las cinco empresas más importantes a nivel internacional que extraen este recurso dos son chinas y una más es de Chile, que está bajo control asiático según Azamar (2020) y fiscalía nacional Económica (2018). China provee 90% de la oferta mundial de tierras raras. Ello ha llevado a Estados Unidos a un conflicto comercial y diplomático por la apropiación de la cadena extractiva de los recursos minerales.
En Latinoamérica Bolivia, Argentina y Chile forman el triángulo del litio. En 2019 fue descubierto en Sonora, México un yacimiento de litio de 243 millones de toneladas, por lo que un actor puede ser desplazado por la economía mexicana. México y Bolivia enfrentan una cadena productiva dominada por el capital extranjero. China es propietario del 80% de la cadena productiva de baterías y usos para el litio, que justamente atraviesa estos países.
3. Situación del litio en México
¿México el mayor productor de litio en el mundo?
“El Servicio Geológico Mexicano señala que desde el año 1979 hasta la fecha se han descubierto al menos 57 ubicaciones con presencia de litio en todo el país” (p.31). De las cuales 11 se consideran yacimientos viables para la explotación en el largo plazo, véase mapa 1. Sin embargo, aun no hay planes serios para pasar de la fase exploratoria a la de explotación.
En mapa anterior muestra que la fase de exploración en los yacimientos de litio mexicanos se halla a cargo de empresas extranjeras. El interés empresarial se concentra principalmente en Salinas en San Luis Potosí, Villa de Cos en Zacatecas y Bacadéhuachi1 en Sonora, pero los yacimientos de Alondra, Jalisco, Aros y Picos en Sonora también están en la mira de los empresarios. De acuerdo con Carbajal (2021) las solicitudes de ampliar las concesiones han aumentado considerablemente, pues de 94 mil hectáreas aprobadas, están en tramita 430 mil hectáreas adicionales.
El potencial productivo de México es evidente pero la falta de información precisa sobre la cantidad de litio en suelo mexicano impide afirmar que Bacadéhuachi en Sonora es una de las mayores concentraciones de litio en el mundo, pues la naturaleza de dicho yacimiento es de arcilla, el cual pertenece al tipo de depósito menos productivos. En 2021 CAMIMEX incluso ha mencionado que es de menor cantidad y de baja calidad. Graciela Márquez, ex secretaria de la Secretaría de Economía, mencionó en 2020 que la cantidad de litio podría ser menor a los 243 millones de toneladas, que México no tiene el potencial anunciado y que es poco probable el desarrollo de una industria puntera en este sector.
“En contraste, Flor María de Harp, directora del Servicio Geológico Mexicano ha declarado que las concentraciones de litio en el sitio de Sonora son más altas que en el resto del país, encontrándose algunas muestras que triplican las mejores marcas de las que actualmente se tiene información. Para la directora el mayor riesgo se encuentra en el proceso de obtención del mineral desde la roca, ya que es una cuestión que no se ha podido lograr a nivel comercial en ninguna otra parte del mundo. El alto interés privado en la explotación de este recurso sugiere que el potencial nacional no es un acto completamente exagerado y quizá se deba dotar de mayor seriedad a la discusión política respecto a los pasos a seguir para este tema” (p. 33).
¿Nacionalización del litio?
Las declaraciones de Víctor Toledo, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en 2020 sobre la nacionalización de las minas de litio han generado múltiples discusiones alrededor del mega depósito de Bacadéhuachi en Sonora.
En deposito sonorense de litio ha atraído a empresas canadienses, estadunidenses, españolas, australianas y de Reino Unido. “Sin embargo, la emergencia sanitaria y el cambio en el viraje político del país han retrasado el proceso de explotación que ahora se calcula comenzará en el año 2023 con casi 35 mil toneladas anuales” (p. 36). Si lo anterior se materializa 42% de la producción mundial México se convertiría en el segundo productor más grande a nivel internacional.
Más allá de Bacadéhuachi, México posee otras ventajas en la producción de litio: se cercanía con Estados Unidos y el T-MEC, este ultimo señala que los autos libres de aranceles son los que tengan al menos 75% de sus piezas producidas en la región norte del continente, la posibilidad de tener la mayor reserva mundial de este recurso y el interés del gobierno mexicano para desarrollar una estrategia que le permita la inserción en las cadenas productivas mundiales del litio al crear plantas y otra infraestructura dedicadas a su aprovechamiento.
“Por lo anterior, la idea de nacionalizar un sector altamente especializado es casi imposible, pues implicaría replicar la tecnología y capacidad productiva de los grandes actores internacionales e invertir cientos de miles de millones de dólares en su desarrollo” (p. 37). El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó casi de inmediato las palabras de Toledo sobre la idea de nacionalizar el litio. Aun así existe varios proyectos de Ley que buscan establecer un mayor control sobre el proceso de extracción de este recurso, tanto por sus implicaciones sociales como por los riesgos económicos y productivos de largo plazo.
Propuestas legislativas para el litio
A nivel constitucional la extracción y beneficio del litio se hallan en los artículos 27, 73 y 123, y en la Ley Minera, aunque por nunca ha existido una regulación específica para este mineral, ni
para ningún otro. Ello ha ocasionado que los recursos minerales carezcan de un proceso adecuado en la contabilización para su contribución fiscal y sean apropiados por oligopolios.
Entre los proyectos de ley vigentes se encuentran i) la modificación del artículo 31 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, promovida por el senador Miguel Ángel Mancera, para incluir a las baterías basadas en litio como residuos peligrosos, ii) la necesidad de crear un organismo público descentralizado llamado Litiomex para el ordenamiento, control e investigación de todos los aspectos alrededor de este metal, una idea del diputado Carlos Iván Ayala Bobadilla.
4. Los costos ocultos de la minería de litio
“Aunque se considera que el impacto socio ambiental de esta extracción es técnicamente menor que el de otros proyectos similares, para su extracción se requieren más de 2 mil toneladas de químicos para los procesos productivos; además, por cada tonelada de sales de litio se evaporan 2 millones de litros de agua, la cual no solamente es escasa en donde se encuentra presente el litio, sino que también contamina los depósitos subterráneos de ésta” (p. 39).
A continuación, se mencionan los impactos según su naturaleza.
1.- Ambiental: La transformación territorial afectaría a las especies locales por la construcción de estructuras necesarias para el proyecto en Sonora, se requieren cantidades masivas de agua para la extracción de litio, derrames de combustible y la generación de escombros debido a problemas del territorio, falta de pericia de los trabajadores, seguridad deficiente. Lo cierto es que la falta de certeza representa mayores costos hídricos que beneficios.
2.- Dimensión social: la extracción de litio requiere mucha mano de obra para los aspectos más dañinos, este tipo de actividades generalmente lo realiza la población de las comunidades cercanas, pero en las etapas más avanzadas de estos proyectos los trabajadores son reemplazados por personal especializado. Adicionalmente, “no se fomentan procesos de sostenibilidad en el largo plazo, no se crean cadenas productivas en el lugar y no se impulsa el desarrollo comunitario; por el contrario, se privatiza el territorio y compiten con la industria local que suele ser agrícola, comercial y turística” (p 40).
3.- Dimensión económica: la experiencia en Latinoamérica indica que el nivel de vida se estanca, la población tiene un mayor riesgo de caer en la pobreza debido a que estos proyectos no son de largo plazo; además, es muy poco lo que destinan las empresas a la inversión social a través de sus ingresos generados.
Conclusiones
Hasta el momento se han comentado solamente unos cuantos de los retos que enfrenta la minería de litio en México. Desde la idea de una nacionalización hasta la falta de capacidad para explotar eficientemente este recurso; se requiere de proyectos de Ley que regulen la producción y competencia de esta industria, así como de una inserción favorable en una cadena dominada por China. No obstante, lo más importante es analizar detenidamente los impactos de la actividad minera en la sociedad, la economía y la naturaleza.
La transición energética requiere de un conjunto de combustibles que sustituyan el petróleo y el carbón, sin embargo, aún no se han hallado materiales sustentables en el largo plazo. Las implicaciones del litio dan pie a reflexionar si será el combustible principal de las próximas generaciones, pues cuenta con poca oferta y amplia demanda, lo que eventualmente subirá su precio, haciendo de él poco costeable, además pocos países participan en la cadena productiva de los productos de litio. Por otro lado, los costos ambientales son altos porque se trata de un material poco explorado en su proceso de extracción.