Julian Barnes es periodista de The New York Times. Cubre temas de seguridad nacional, militares y de agencias de inteligencia.

Las empresas chinas están recolectando datos genéticos alrededor del mundo como uno de los esfuerzos del gobierno y sector privado chino para construir la base de datos genéticos más grande del mundo, según los oficiales de inteligencia de Estados Unidos. Michael Orlando, director de contraespionaje de la Oficina nacional de inteligencia estadounidense, comentó que China y otros países están tratando de dominar la inteligencia artificial, la computación cuántica, los semiconductores y otras tecnologías relacionadas con la llamada bioeconomía. Por ello, Estados Unidos necesita asegurar su tecnología estratégica.

El robo o copia de la propiedad intelectual de Estados Unidos ha sido el objetivo de China y de Rusia, no obstante, por la importancia económica a nivel internacional de China, el país asiático representa una mayor amenaza. Tecnologías como el machine learnning pueden mejorar las operaciones militares y la computación cuántica permite a los países romper la encriptación más robusta que existe al día de hoy.

“El gobierno chino está recolectando información médica y genética alrededor del mundo, en el futuro la construcción de una base de datos de esta naturaleza le permitirá desarrollar curas para futuras pandemias, China ya tiene una ventaja”, dijo Edward You, oficial de contrainteligencia estadounidense.

De acuerdo con You, la empresa china BGI tiene un contrato con los militares chinos que le permite recolectar información de millones de personas alrededor del mundo a través de una prueba genética neonatal. En 2013, la firma ingresó al mercado estadounidense a través de la compra de empresas genómicas estadounidenses. Ahora BGI tiene contratos y asociaciones con instituciones estadounidenses que le permiten obtener y acceder a secuencias genómicas a un menor costo. En 2021, el Departamento de comercio sancionó algunas de las compañías subsidiarias de BGI por proveer análisis genéticos que fueron utilizados durante la campaña de Beijing contra los Uyhurs.

El centro de contrainteligencia también destacó las inversiones de WuXi. En 2015, WuXi realizó una inversión en 23andMe, una compañía de consumo genético, adquirió una planta manufacturera de Pfizer en China y anunció nuevas instalaciones en Massachusetts. Sin embargo, 23andMe declaró que no hay temores de que China esté robando sus datos.

Las autoridades de Estados Unidos y de Europa por mucho tiempo han mencionado el robo de la propiedad intelectual por parte de China, el hecho de que hacen versiones más baratas de sus productos y después son comercializados en sus mercados desplazando a los competidores locales, terminando por dominar el mercado. No obstante, “esta tecnología [genética] es crítica y no podemos permitir que suceda en otras industrias”, dijo Orlando.

En años recientes, el FBI ha advertido a los negocios y universidades sobre los intentos chinos de robar la tecnología estadounidense, algunos han sido escépticos particularmente en las universidades que creen que el gobierno estadounidense está tratando de limitar el número de estudiantes chinos en Estados Unidos.

Mientras que el gobierno estadounidense puede revisar muchas adquisiciones de empresas estadounidenses por parte de las chinas, otras inversiones chinas son más difíciles de de regular. Orlando dijo que una empresa estadounidense que se asocie con una china debe tomar medidas para proteger sus datos. “Todo es sobre los datos, hay implicaciones de seguridad nacional que tenemos que entender”, agregó You.