El Premio del Público de Ciudades Transformadoras y el Atlas de Utopías

Cita: 

Trumbo Vila, Sol [2021], "El Premio del Público de Ciudades Transformadoras y el Atlas de Utopías", Transnational Institute Longreads, Amsterdam, 21 de mayo, https://longreads.tni.org/es/el-premio-del-publico-de-ciudades-transform...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Viernes, Mayo 21, 2021
Tema: 
El Premio Ciudades Transformadoras es una herramienta para navegar el universo teórico y práctico de las alternativas al capitalismo.
Idea principal: 

Sol Trumbo Vila trabaja en el Transnational Institute desde 2012, donde coordina la iniciativa Ciudades Transformadoras desde su creación en 2017.


Introducción a una plataforma de procesos para facilitar la transición a un mundo poscapitalista

En el contexto histórico contemporáneo, las ciudades cobran cada vez mayor relevancia política y económica debido a la globalización neoliberal. Por ello, las ciudades son una pieza clave en la transición hacia un mundo poscapitalista. El Premio del Público Ciudades Transformadoras y el Atlas de Utopías está pensado para dar visibilidad y recursos a prácticas locales que ayuden a este proceso.

Ciudades y hegemonía

Las ciudades ocupan poco espacio en la superficie terrestre, pero más de la mitad de la humanidad vive en ellas, por ende, en estos espacios se consumen demasiados recursos y se generan muchas emisiones (dato crucial 1). La creciente migración hacia las ciudades fomenta el surgimiento de megaciudades y sus consecuentes desafíos.

Por otro lado, las ciudades han tenido un papel protagónico desde la antigüedad pues en ellas se han dado procesos como la modernidad, las democracias modernas y el sistema capitalista. En este sentido, Saskia Sassen señala que las ciudades son “nodos de transición del sistema financiero internacional, cadenas de valor diseñadas por empresas transnacionales y espacios de creación de modas, tendencias e influencias culturales.”

El neoliberalismo propicia que el control de la economía pase a la esfera de lo privado, aumentando la privatización y limitando la propiedad pública y el control gubernamental. En el imaginario neoliberal las ciudades son densas, ricas, tecnológicas e innovadoras. Por esta razón, dentro de este sistema la ciudad es vista como una marca comercial que debe competir con otras para atraer inversión, atención mediática y mano de obra que comúnmente vive en condiciones precarias.

No obstante, las ciudades también han sido cuna de movimientos sociales de resistencia, como es el caso de Seattle en Estados Unidos, Porto Alegre en Brasil, Tahir en el Cairo, Puerta del Sol en Madrid, Síntagma en Atenas, Zucotti Park en Nueva York y Frankfurt en Alemania (dato crucial 2). Asimismo, los movimientos rurales también tienen gran importancia, pero es en las ciudades donde ganan popularidad global.

Cabe resaltar que los gobiernos de las ciudades han cobrado mayor relevancia en las últimas décadas. Desde 1980 la descentralización neoliberal ha propiciado la transferencia de competencias, sin embargo, el presupuesto no aumentó por lo que proliferó la privatización y el surgimiento de asociaciones público-privadas (dato crucial 3). No obstante, las ciudades están más conectadas que nunca a través de espacios y redes que buscan determinar qué elementos de la vida urbana serán gestionados por el ámbito público o privado en este siglo.

Un mundo muere y otro lucha por nacer

La crisis climática y global han puesto en evidencia que el actual sistema capitalista está caduco pues su objetivo de crecimiento constante no tiene sentido en un mundo finito (dato crucial 4). Los principales actores y beneficiados son las empresas transnacionales con cadenas de producción y consumo para la concentración de capital y riqueza. La utilización excesiva de los recursos naturales ha provocado la destrucción de los ecosistemas, lo cual facilita el surgimiento y propagación de pandemias como la Covid-19.

El capitalismo ha traído consigo la expansión de un sistema político internacional en el cual los Estados son el agente clave para la perpetua acumulación de capital. El sistema de gobernanza mundial de referencia es la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sin embargo, está atravesando por una crisis de legitimidad ya que su principal promotor, Estados Unidos, lleva años socavando la autoridad del sistema. Asimismo, la realidad es que los Estados cada vez tienen menor relevancia económica a pesar de que conservan su relevancia política formal (dato crucial 5). En este sentido, las ciudades están rebasando económicamente a algunos Estados, por ejemplo, Tokio o Nueva York producen más que Canadá o Rusia (dato crucial 6).

La sociedad global en transformación, ¿hacia dónde?

Se pueden distinguir tres grandes tendencias en el cambio histórico resultante de las contradicciones de la globalización neoliberal: “regresar a imaginarios antiglobalistas nacionalistas, autoritarios y excluyentes; institucionalizar la influencia económica real de las empresas transnacionales en el sistema de gobernanza mundial; o superar la lógica del crecimiento constante a partir de la acumulación de capital y, por lo tanto, construir un mundo poscapitalista.”

En el primer caso, regresar a lo nacional y excluyente es la agenda de Trump, Bolsonaro, Duterte, Modi, Le Pen, los promotores del Brexit y otros procesos nacionalistas recientes. Sin embargo, esta propuesta es incapaz de enfrentar las problemáticas globales de nuestra época como el cambio climático, pandemias, armas nucleares, o la regulación de la inteligencia artificial.

La segunda tendencia se refiere a la gobernanza de múltiples partes interesadas, cuyo argumento se sustenta en que las empresas transnacionales deben tener voz y voto en el sistema de gobernanza mundial. Sin embargo, la principal limitante de este modelo es el conflicto de intereses. Un ejemplo es el Foro Económico Mundial de Davos con su Iniciativa de Rediseño Global o el Gran Reinicio tras la pandemia de Covid-19. A pesar de todos los esfuerzos en las cumbres sobre el clima, no se han podido generar normas vinculantes para los principales responsables del cambio climático debido a la creciente participación de las corporaciones en dichas cumbres y órganos de decisión (dato crucial 7). En otras palabras, este sistema consolida a las empresas como actores políticos con el mismo poder que los Estados, lo cual aumenta el riesgo de que las empresas utilicen su poder económico en la consecución de sus intereses sin rendición de cuentas.

Las empresas transnacionales reconocen el poder económico y emergente poder político transformador de las ciudades, incluso han acuñado el término “ciudades inteligentes”. Sin embargo, los defensores de este concepto consideran que los problemas de acceso a derechos y servicios en las ciudades se debe a la falta de inversión privada. Por lo cual las instituciones locales les facilitan la acumulación de capital y beneficios a las empresas que proveen esos servicios, mientras que los habitantes son considerados consumidores y mano de obra.

La tercera tendencia se refiere a alternativas poscapitalistas. La actual crisis climática y sanitaria, de la mano de las nuevas tecnologías de la información y la conectividad global sin precedentes, resultan detonantes y herramientas necesarias. Sin embargo, no son suficientes, las alternativas al capitalismo deben ser tangibles y disputar al actual sistema la capacidad de satisfacer las necesidades básicas. Asimismo, debemos tener cautela con el espacio virtual debido a que la tecnopolítica en los últimos años se ha inclinado en favor de las tendencias excluyentes y nacionalistas, como en el caso de Cambridge Analytica.

Explorar el poscapitalismo y ayudarlo a prosperar

En los espacios progresistas y anticapitalistas se argumenta que existen alternativas al neoliberalismo. “Podemos identificar algunas constelaciones que se han articulado como imaginarios que podemos definir como poscapitalistas: economía social y solidaria, decrecimiento, bienes comunes, cooperativismo, remunicipalización, nuevo pacto verde, transición justa, nuevo municipalismo, ecofeminismo, el buen vivir, derecho a la ciudad y muchas más. Son narrativas, espacios, redes y plataformas con marcos teóricos y procesos de acción sólidos que dan pistas de futuros poscapitalistas.”

Más allá del marco metodológico en el que se puedan enmarcar estas categorías (defensa de los bienes comunes, el buen vivir, el decrecimiento, entre otros), lo fundamental es encontrar la forma de hacer prosperar las iniciativas locales para que tengan un mayor impacto y se puedan transferir a otros contextos. Por ejemplo, las iniciativas de municipalización en Europa en contra de las empresas transnacionales para defender los servicios públicos son difíciles de trasladar a contextos donde no existen servicios públicos universales o donde los activistas son duramente perseguidos. Asimismo, también resulta complicado trasladar a espacios urbanos las luchas campesinas de los pueblos originarios en la defensa de los bienes comunes.

El Premio Ciudades Transformadoras y el Atlas de Utopías

Para el Transnational Institute (TI) resulta crucial identificar las propuestas que no prioricen el beneficio privado y la acumulación de capital por encima de todo, posteriormente fijarse en aquellas que tienen lugar en las ciudades y que centren sus actividades económicas y políticas en asegurar derechos básicos como el agua, alimento, energía y vivienda. En este sentido el TI ha organizado un premio internacional que ayude a visibilizar prácticas transformadoras hacia el poscapitalismo, creando un espacio colaborativo, colectivo y democrático. El sistema de premiación es transparente y el público tiene la última decisión sobre los ganadores. Finalmente, este premio da lugar a un Atlas de Utopías posibles de lo que se puede conseguir.

Datos cruciales: 

1. En 2014 las Naciones Unidas anunciaron que más de la mitad de la humanidad vive ahora en zonas urbanas y que para 2050, la población urbana representará 68% del total. Las ciudades ocupan 3% de la superficie del planeta, pero generan 80% del PIB, por lo cual consumen entre 60-80% de los recursos y emiten 70% del dióxido de carbono.

2. En 1999 en Seattle se obtuvo la primera gran victoria contra el proceso de globalización neoliberal, liderado en ese momento por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde el Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil, se hizo el llamamiento de que otro mundo era posible, fomentando la organización de otros foros sociales mundiales y regionales en otras ciudades de todo el mundo. Tras la crisis financiera de 2008, la Primavera Árabe y los grandes movimientos de 2011 se caracterizaron por la ocupación de los espacios públicos de las ciudades: Tahir en el Cairo, Puerta del Sol en Madrid, Síntagma en Atenas y Zucotti Park en Nueva York. Las siguientes olas de protesta al neoliberalismo siguieron esa tendencia, como el bloqueo por desobediencia civil del Banco Central Europeo (BCE) en Frankfurt.

3. El poder local está comenzando a revertir las políticas neoliberales, como demuestra la ola de 1 400 (re)municipalizaciones de servicios públicos en 2 400 ciudades del mundo desde el año 2000.

4. Cada año se consume el equivalente a los recursos de 1.7 planetas.

5. De las 100 mayores entidades económicas mundiales por nivel de ingresos anuales, 71 son empresas transnacionales y el resto son Estados.

6. De las mayores 200 economías del mundo en función del PIB, 129 son ciudades y el resto son Estados.

7. Cinco de las diez mayores empresas transnacionales medidas por nivel de ingreso se dedican a la explotación de combustibles fósiles. Cien multinacionales son responsables de 70% de las emisiones de dióxido de carbono.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La crisis civilizatoria que el caduco sistema capitalista ha generado da pie a la búsqueda de alternativas antisistémicas. En este sentido, se puede considerar que las ciudades son parte y causa del problema, sin embargo, también pueden formar parte de la solución. La mayor parte de las procesos sociales, políticos, económicos y culturales se dan en los centros urbanos, por lo cual enfocarse en reestructurar las dinámicas en estos espacios para implementar alternativas poscapitalistas parece una excelente iniciativa.