Another Step Toward Climate Apocalypse
Krugman, Paul [2022], "Another Step Toward Climate Apocalypse", The New York Times, New York, 4 de julio, https://www.nytimes.com/2022/07/04/opinion/another-step-toward-climate-a...
Paul Krugman se incorporó a The New York Times en el año 2000 como columnista de opinión. Es profesor en el programa de doctorado en economía del Graduate Center y académico del Luxembourg Income Study Center de la Universidad de Nueva York. Además, es profesor emérito de la Princeton School of Public and International Affairs.
El cambio climático ya está causando un daño inmenso, entre fuertes olas de calor y grandes sequías, solo es cuestión de tiempo para que experimentemos catástrofes que cuesten miles de vidas. En Noruega ocurrió una ola de calor que alcanzó los 80°F (26.6 ºC) y la sequía del lago Mead, al oeste de Estados Unidos, amenaza el suministro de agua a las principales ciudades de la región.
A pesar de todo, la mayoría republicana de Tribunal Supremo ha votado para limitar la capacidad del gobierno de Biden para tomar medidas al respecto. Es muy claro que la forma en que este Tribunal interpreta la ley sirve a los intereses republicanos, en este sentido, el partidismo es el problema central de la política climática. Si existieran senadores republicanos dispuestos a apoyar la acción climática, una simple legislación podría establecer regulaciones a las emisiones de gases de efecto invernadero, así como otorgar subsidios e imponer impuestos para fomentar la transición a una economía verde. Es así que, la inacción ante la inminente catástrofe climática se reduce a la oposición inflexible del partido republicano en materia de la acción climática.
No obstante, la negación del cambio climático no siempre fue la doctrina del partido republicano. La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) fue creada por Richard Nixon, expresidente republicano. Asimismo, en 2008 John McCain, ex-senador republicano, prometió impulsar un mecanismo de mercado denominado “cap-and-trade” para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, la postura de los republicanos en materia de medio ambiente es completamente diferente a la de los partidos conservadores de otros países occidentales. De acuerdo con un estudio, la mayoría de estos partidos apoyan la acción climática, por lo que el hecho de que el partido republicano niegue el cambio climático antropogénico resulta ser una anomalía.
Entonces ¿qué podría explicar la discrepancia climática de los republicanos en torno al clima? una posible respuesta gira en torno al dinero pues, en 2020 el sector de los combustibles fósiles dio un gran porcentaje de sus contribuciones políticas a los republicanos (dato crucial 1). Sin embargo, en sentido contrario también podemos encontrar una explicación factible, partiendo del hecho de que el sector de los combustibles fósiles apoya a los republicanos porque ser anti-ambientalistas.
La segunda explicación deriva de que los republicanos han adoptado posturas anticientíficas frente a otras cuestiones, como el caso de la pandemia por COVID-19, donde las consideraciones monetarias no son evidentes ni contribuyen a las campañas electorales. “En otras palabras, la política del clima se parece mucho a la política del gobierno autoritario y los derechos de las minorías: El partido republicano se parece más al Fidesz de Hungría o a Ley y Justicia de Polonia que a los partidos de centro-derecha que otros países llaman conservadores.”
Sin más que decir por el momento, lo importante es entender que Estados Unidos es la única nación en la que un partido autoritario de derecha (que ha perdido el voto popular, pero controla al Tribunal Supremo) tiene la capacidad de obstaculizar acciones que podrían evitar una catástrofe climática.
1. En 2020 la industria del petróleo y el gas dieron 84% de sus contribuciones políticas a los republicanos, mientras que la minería del carbón aportó 96%.
La postura negacionista del partido republicano de Estados Unidos frente al cambio climático es resultado de los intereses económicos de los empresarios del sector energético de los combustibles fósiles. Asimismo, es un reflejo de la forma en que la política es controlada por el capital, incluso en cuestiones que involucran el bienestar de la humanidad, como lo es la crisis climática.