Indrajit Samarajiva es bloguero y empresario. Estudió Ciencias Cognitivas en la Universidad McGill de Montreal (Canadá). Vive en Colombo, Sri Lanka. Ha ayudado a diseñar sitios web para grandes empresas (Dialog Axiata), ONG (Sarvodaya) y periódicos (The Sunday Leader). Es el fundador de YAMU, un sitio de guías y servicios de Colombo.

Desde la quiebra que experimentó Sri Lanka, el país ha sufrido falta de gasolina y cese de los servicios públicos. Una multitud entró por la fuerza al palacio presidencial exigiendo la renuncia del Presidente y el Primer Ministro, en este sentido, el gobierno ha entregado el poder al Parlamento, aunque esto no implica una solución a la crisis (dato crucial 1). Por tales razones, se afirma que el capitalismo ha colapsado en Sri Lanka, por lo cual en el país escasea el petróleo. El autor hace una analogía de la situación actual del país con la Isla de los Esclavos, pues en tal lugar los hombres blancos solían rodear a los esclavos con cocodrilos, ahora el país está rodeado de banqueros internacionales.

Tal Isla fue alguna vez el hogar de una comunidad, sin embargo, ahora está llena de condominios deshabitados y carreteras abandonadas. Las casas no albergan personas sino a “los dioses ausentes de la codicia, los coches son los avatares del capitalismo”. Desde hace décadas se ha estado construyendo este esquema piramidal cada vez más alto, y las personas que menos lo merecen son las que se encuentran en las peores condiciones. En este sentido, el derrumbe del capitalismo no es un inconveniente para la gente poderosa, ellos sobrevivirán de una u otra forma, por otro lado, fueron los trabajadores los que sostuvieron al sistema y por ende los que quedaron sepultados bajo los escombros tras su derrumbe.

En la crisis del petróleo de 1970, el gobierno socialista implementó el racionamiento para mantener viva a la gente, ahora los economistas solo sugieren que se liberalicen más los precios mientras la gente se muere de hambre. “Los carnívoros que solían comernos vivos ahora nos comen muertos”. No obstante, la cultura y costumbres previas a la colonización persisten en las personas, como las plegarias a los dioses y la generosidad, se alimentan unos a otros con lo poco que tienen mientras que lo que les prometió el capitalismo se desvanece.

La triste realidad del capitalismo es que, a pesar de lo terrible que es, debido a la promesa del desarrollo internacional y del trabajo duro, la mayoría nunca quiso acabar con él sino insertarse. “Lo cierto es que el asteroide chocó en el momento en que el hombre blanco tocó el oro negro. Enviaron una onda expansiva de destrucción alrededor del globo y lo llamaron crecimiento, pero era cáncer. Tomó alrededor de 400 años, pero finalmente los escombros sofocaron la atmósfera y el fenómeno de la extinción está ocurriendo. Plantas, animales y países enteros comienzan a colapsar. Los más pobres, primero.” El capitalismo ha colapsado en Sri Lanka y, por mucho que lo ignoremos ahora, solo es cuestión de tiempo para que colapse el capitalismo mundial, y no tendremos otro planeta en el cual refugiarnos.