Los demócratas están a punto de aprobar un paquete gigante de impuestos y gastos. Representa la primera ley climática importante de Estados Unidos y una piedra angular de la agenda del presidente Joe Biden.

La ley tiene muchas imperfecciones, la mayoría de las cuales se derivan de negociaciones necesarias para mantener a esta ley viva. No obstante, tiene grandes logros como el cuidado de la salud y el esfuerzo más serio de Estados Unidos hasta ahora para enfrentar el cambio climático. La “Ley de Reducción de la Inflación” (IRA, por sus siglas en inglés) no hará casi nada para reducir la inflación, pero el nombre es un intento transparente de venderlo a un público preocupado por los precios altísimos.

En 2021 los demócratas buscaron un paquete de 3.5 mil millones de dólares que habría ampliado el estado del bienestar, pero no recibieron apoyo republicano y sus ambiciones se vieron mermadas por dos senadores demócratas: Joe Manchin de West Virginia y Kyrsten Sinema de Arizona.

Biden se había comprometido a aumentar los impuestos a las grandes empresas y a los súper ricos. Una idea simple era revertir parcialmente los recortes de impuestos masivos de Donald Trump en 2017, que habrían pagado muchas políticas climáticas y sociales. Sin embargo, Kyrsten Sinema rechazó todas esas propuestas. Entonces, establecieron un impuesto mínimo del 15% sobre las ganancias reportadas por corporaciones con más de mil millones de dólares en ingresos anuales.

IRA también debe juzgarse por dos avances importantes. Primero, permitirá que Medicare (el seguro médico público para mayores de 65 años) negocie precios de medicamentos por primera vez. Inicialmente, esto cubrirá solo diez medicamentos, a partir de 2026. Pero es un paso hacia la restricción del gasto en atención médica de Estados Unidos.

En segundo lugar, al combinar una amplia gama de créditos fiscales, garantías de préstamos y subvenciones, se alentará a las personas a realizar compras bajas en carbono, como automóviles eléctricos, y se invitará a las empresas a invertir en tecnologías ecológicas. Rhodium Group, una consultora, predice que IRA reducirá en 40% las emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2030. Sin IRA, la reducción sería del 30%.

Las medidas climáticas están lejos de ser perfectas en Estados Unidos: Los mecanismos de mercado, como un precio del carbono o un plan de tope y comercio, sustentan las transiciones energéticas en curso en muchos otros países; pero en ese país no se consideran como las medidas primordiales para ser ejecutadas. Sin embargo, el hecho de que se aprobara la ley IRA en medio de las pugnas políticas estadounidenses, es un triunfo. Sobretodo si parece prometer beneficios reales "tanto para Estados Unidos como para el mundo".