Ihsanullah Tipu Mehsud es periodista de Pakistan y colabora con New York Times.

Max Bearak es reportero y cubre temas de geopolítica y cambio climático.

Raymond Zhong es reportero climático, se unió al New York Times en 2017. En 2021 ganó un premio Pulitzaer de servicio público por cubrir la pandemia de coronavirus.

En Pakistan tres meses de lluvias monzónicas han arrasado con tierras de cultivo, inundado áreas muy extensas, provocado la muerte de más de 1 100 personas y destruido más de un millón de casas.

Pakistan es considerado uno de los países más vulnerables al cambio climático. Antes de las inundaciones, Pakistán sufrió una intensa ola de calor que intensificó una sequía sin precedentes, en agosto de 2022 muchas partes del país están inundadas. Para los científicos es claro que en algunas regiones el cambio climático aumenta las posibilidades de lluvias extremadamente intensas.

El problema se multiplica cuando cae muchísima agua en un corto periodo de tiempo sobre regiones que sufren sequía. La cantidad de agua que traen las lluvias no es exactamente el problema, la cuestión es que cae en un periodo de tiempo muy corto. La intensidad de las lluvias está arrasando con los cultivos y la infraestructura.

En 2022 Pakistán atraviesa por problemas de gobernabilidad. Las inundaciones y el alza en los precios de sus alimentos aumentan la inestabilidad política y el descontento de las clases populares que habitan ese país.

El caso de los alimentos es importante tanto en Pakistán como a nivel internacional. Los cultivos en India se han visto afectados por la sequía de 2022, y la invasión que vive Ucrania, quien es un gran productor de granos básicos, profundiza la expectativa de que haya una prolongada crisis alimentaria mundial.

Para Pakistan la situación económica también es problemática, la pandemia desacelero su economía y su moneda se ha debilitado, ahora, con las inundaciones, el panorama se torna aún más desalentador. Las inundaciones en Pakistan han sido calificadas por Sherrry Rehman, la ministra de cambio climático de este país, como un desastre humanitario causado por el cambio climático. Mientras tanto, el gobierno intenta reducir su gasto, y el presupuesto del ministerio para el cambio climático se ha reducido a la mitad.

Se espera que la situación en Pakistán empeore pues, además de la perdida de cultivos, infraestructura y muchas vidas, la combinación entre inundaciones y altas temperaturas crea un escenario ideal para el contagio de enfermedades que se transmiten por agua.

La situación que actualmente vive Pakistan y su poca capacidad de resiliencia está relacionado con injusticias históricas. Pakistan no es un país industrializado, como lo es Inglaterra, que colonizó Pakistán. Además, la emisión de gases de efecto invernadero en Pakistan es mínima; pero paga de manera muy elevada las consecuencias. Nidia Kirmani, profesora en la Escuela de ciencias Administrativas de Lahore, dice que la transferencia de recursos a Pakistán no debe verse como ayuda; sino como reparaciones por las injusticias históricas en contra de este país.

Los monzones en sí mismos no son dañinos, de hecho, forman parte de la vida en el sur de Asia y ayudan a que la producción de alimentos sea suficiente para las más de mil millones de personas que viven en esa región. El problema es que con el cambio climático las nubes están descargando más agua en menor cantidad de tiempo. Además, los periodos de sequía están aumentando, por lo que se generan grandes periodos de sequía con lluvias demasiado intensas que sólo llegan de forma intermitente. Para los cultivos la lluvia sólo es beneficiosa si cae de manera constante, y no esporádicamente.

Finalmente, las inundaciones son devastadoras y dañan a muchas personas en un periodo de tiempo muy corto, pero la sequía, la inseguridad alimentaria y la inflación, son problemáticas relacionadas con el cambio climático que se extienden por periodos mucho más prolongados.