¿Cómo de alternativas son nuestras alternativas? Criterios para articular economías feministas, ecológicas y solidarias

Cita: 

González Reyes, Luis y Walter Actis [2019], "¿Cómo de alternativas son nuestras alternativas? Criterios para articular economías feministas, ecológicas y solidarias", Revista Iberoamericana de Economía Solidaria e Innovación Socioecológica, 2: 213-224,http://hdl.handle.net/10272/17191

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
2019
Tema: 
Los pasos para la creación de alternativas reales al sistema capitalista
Idea principal: 

Luis González Reyes es doctor en ciencias químicas y miembro de Ecologistas en Acción en Madrid, España. Participa en su Secretaría Confederal desde su fundación, y fue durante nueve años co-coordinador de la organización. Actualmente es parte de la Garúa S. Coop. Mad, también conocida como Cooperativa Garúa, donde se dedica a la formación y a la investigación en temas relacionados con el ecologismo y la pedagogía. Es autor o coautor de diversos libros.

Walter Actis es un sociólogo argentino radicado en España desde finales de la década de 1970. Es miembro del equipo de investigación Colectivo Ioé. Realizó estudios sobre el fenómeno migratorio en España.


1. Introducción
El capitalismo tiene una necesidad inherente de expandirse continuamente. A través de esta expansión, el sistema ha logrado permear cada uno de los ámbitos de la vida diaria de millones de personas a nivel internacional, reproduciendo y ampliando las diferencias sociales y al mismo tiempo, reconfigurando y destruyendo las bases de la vida individual y colectiva. Es a razón de ello, que cada vez es más necesaria la construcción de sociedades poscapitalistas.

La aparición de alternativas al capitalismo no es novedad. En los últimos años, se han dado grandes avances en el estudio de las economías feministas, ecológicas y solidarias (FES); no obstante, muchas veces los procesos de búsqueda de alternativas se llevan a cabo sin reflexiones, lo que provoca que se conviertan en parte funcional del sistema.

Para evitar lo anterior, y para que las alternativas sean realmente efectivas y nos encaminen a una sociedad poscapitalista, es necesario que cumplan con ciertas características, las cuales no solo deben anunciar un cambio; sino que, deben fomentar la reflexión y la acción. Es por lo anterior, que a lo largo del presente texto, se describirán algunas propiedades e ideas que podrían conducir a economías más allá del sistema actual.

2. Parar la reproducción ampliada del capital
El principal objetivo del capitalismo es la reproducción ampliada del capital. Para lograr esta reproducción, el capitalismo produce bienes para obtener ganancias y esas ganancias son reinvertidas, creando así un ciclo en donde la búsqueda de beneficios económicos se impone sobre cualquier necesidad social.

El proceso de búsqueda de ganancias, conlleva una constante competencia en donde las empresas tienen una participación prioritaria; sin embargo, también los trabajadores asalariados y las personas en búsqueda de empleo son parte de ella, ya que el fin de los individuos es obtener una ganancia y acumulación por su trabajo para poder saciar sus necesidades.
Para que las alternativas al capitalismo puedan ser exitosas, es imperativo que las prácticas de resistencia se opongan y destruyan este “horizonte de reproducción ampliada” (p. 215). Para lograrlo, González Reyes y Actis proponen algunas acciones que nos podrían acercar a un horizonte FES: la eliminación de los beneficios privados y la limitación a las prácticas expansivas de las empresas.

En primer lugar, se argumenta que destruir la existencia de beneficios privados, contribuirá a mejorar el tejido socioambiental, ya que alude a la creación de cooperativas sin ánimo de lucro que a largo plazo fomentarán que se reviertan los excedentes de capital. En segundo lugar, la implementación de límites a la expansión de las empresas será beneficioso ya que impedirán la formación de dinámicas de acumulación continua, lo que no solo terminará con los monopolios; sino que, contribuirá a la implantación de medidas, como la fijación de precios, que evitarán el desarrollo del capitalismo.

De acuerdo con los autores, las propuestas planteadas suponen un problema: el hecho de que tener unidades de producción limitadas en tamaño y alcance podrían dificultar la movilización de recursos significativos para la vida humana.

Para superar dicha problemática, se plantea que la nueva reproducción social propuesta deberá generar excedentes. Dichos excedentes, a diferencia del sistema capitalista, tendrán que enfocarse en beneficiar a la mayoría de la sociedad y para lograrlo, se necesitará de la creación de mecanismos de inversión de propiedad colectiva los cuales podrían pensarse con el fin de asignar recursos en lugar de la circulación de dinero, ejemplo de estos mecanismos son las bancas cooperativas.

3. Construcción de autonomía social
Para superar al capitalismo, no basta con medidas como las mencionadas en el apartado anterior1; sino, se requiere identificar al motor del capitalismo y destruirlo. Al respecto, los autores consideran que el sistema capitalista se funda en el hecho de que todas las relaciones sociales existentes se establecen a través del mercado: “los medios de vida solo pueden obtenerse comprándolos y la mayor parte de la población solo puede obtener ingresos para realizar esta compra trabajando a cambio de un salario” (p. 216).

Como parte de ese capitalismo que se inserta en todos los ámbitos de la vida, las empresas juegan un papel primordial, ya que son el mecanismo de producción y distribución de bienes del sistema, en donde: estos bienes producidos por las empresas deben responder a las exigencias de la competitividad; por ende, cada vez deben venderse más baratos, lo cual es posible a través del control que el capitalismo tiene sobre el poder político y el empresarial, hecho que constriñe sus acciones e intereses al beneficio del capital.

Lo anterior, ha provocado la inexistencia de un “poder al mando” que además de tomar decisiones políticas, económicas y sociales en beneficio de la colectividad, pueda controlar las dinámicas del capital.

Este nulo control sobre el sistema capitalista, ha limitado cualquier acción de resistencia en su contra. Es por ello, que un horizonte FES requiere del uso de democracia y de la reflexión, ya que se busca que las mayorías tengan injerencia en el planteamiento de metas y en los procesos para lograrlas; especialmente, que tengan poder de decisión sobre los medios que serán utilizados para el cumplimiento de objetivos. Lo previo, significa que la democracia es imprescindible para comenzar a resistir ante el capitalismo; sin embargo, no es suficiente frente a la base de la estructura del mercado capitalista: la compra-venta de fuerza de trabajo.

El trabajo asalariado se coloca como la base del mercado capitalista ya que a partir de él, las personas se someten al sistema porque priorizan la búsqueda de empleos y la obtención de un sueldo sobre cualquier otro aspecto de su vida, haciéndolas “corresponsables con el propio sistema” (p. 217). Como parte de esa corresponsabilidad, los trabajadores comienzan a defender las empresas en donde laboran a pesar de no tener las mismas convicciones, puesto que un mal a su empleador o el oponerse a éste podría significar la pérdida del empleo.

Es razón de lo previo, que para llegar a una sociedad poscapitalista no solo se necesita de la lucha por mejores sueldos y condiciones de empleos; también, se necesita superar el dominio que el mercado capitalista tiene sobre las personas. Algunas propuestas para superar ese dominio, son: alcanzar el “control social de los medios de producción y sustraer del mercado cada vez más actividades” (p. 217); medidas que servirán para comenzar a construir una autonomía social y que contribuirán a la democracia.

Para obtener un control social de los medios de producción, es imperativa una organización y reestructuración del sistema de producción, acciones que serán posibles mediante “expropiaciones y reapropiaciones de sectores claves para la vida social” (p. 218), como son los bancos o el sector energético. Esta medida es imprescindible, ya que al encontrarse bajo el control capitalista, la constante competencia se ha convertido en causa del aumento de productividad, misma que está acompañada de la automatización, de grandes inversiones y de toda una serie de consecuencias que van desde lo ambiental hasta lo social. Otra medida para alcanzar el control social de los medios de producción, podría ser la destecnologización de la economía.

González y Actis señalan que el proceso para obtener el control social de los medios de producción conlleva un problema de gestión. Al respecto, mencionan que si no se tiene una gestión colectiva y democrática de los medios de producción, no será posible someter el control del sistema capitalista. Como medio para obtener éxito en lo aludido, se plantea la adopción de formas tradicionales de gestión, como los son los huertos comunitarios y la gestión de terrenos de cultivo; de la mano con esto, debe conservarse el desarrollo de bienes y servicios contemporáneos.

De lograr implementar una sociedad poscapitalista que cumpla con las recomendaciones anteriores, se transitará a lo que se llama una sociedad “con mercado”. A diferencia de la sociedad actual, que es una “de mercado”, una sociedad “con mercado” se caracterizará por ser una sociedad verdaderamente democrática, en donde todas las necesidades básicas serán cumplidas al mismo tiempo que se conservará una relación respetuosa con el medio ambiente y que brindará acceso universal a todos los bienes. En dicha sociedad, solo se venden los excedentes, en un mercado basado en la cooperación y no en la ganancia [1].

Asimismo, esta clase de sociedad tendrá como clave la autonomía. Se tratará de una autonomía creada a partir de proyectos sustentables, menos especializados, de una economía cerrada, autosuficiente y llena de redes de apoyo, en donde se tendrá constante comunicación con otras unidades económicas.

La estrategia para llegar a una sociedad “con mercado”, requiere de autonomía, auto-organización y autogestión; es por ello, que lograrlo es difícil y tendrá problemas y riesgos. Para evitar las dificultades, es necesario contemplar: 1) el hecho de que el camino a una nueva forma de organización social llevará años y se tratará de un proceso que se hará más local, por lo que se debe evitar caer en un individualismo que pueda comenzar a ignorar las necesidades de la sociedad en general y por ende, que convierta a las nuevas unidades económicas autónomas en una empresa como las que conocemos actualmente; y, 2) el hecho de que se deberán endurecer las normativas para obligar su cumplimiento, normativas que se asegurará de que a pesar del tiempo, el cambio se realice [2].

4. Desmonetización
El dinero es imprescindible en el sistema capitalista, ya que además de ser el elemento principal de las operaciones de compra-venta, su principal función se encuentra en la circulación y la acumulación de capital: “sin dinero no hay capital” (p. 220).

Es a razón de lo anterior, que para llegar a una sociedad “con mercado” es necesaria la desmonetización de la vida social, hecho que se acompañará de la desmercantilización y la desalarización.

La idea de la desalarización conlleva algunos impactos importantes, entre ellos se encuentra el hecho de que actividades que no son valoradas por el mercado actual ocuparán un lugar de mucha más importancia en la sociedad, como es el trabajo de cuidados. Esto, no solo significaría una reasignación social de los medios de vida; sino que, llevaría a la creación de relaciones sociales basadas en la familia, la crianza y una participación compartida en el trabajo.

Por su parte, la desmonetización implica autosuficiencia y autonomía, las cuales harán posible el intercambio recíproco de bienes y servicios ya que se unirían la producción y el consumo [3]. Como parte de la desmonetización, será necesaria la creación de una unidad para realizar los intercambios; en este sentido, se propone la implementación de las “monedas sociales”. Las “monedas sociales” se caracterizan porque no sirven como reserva de valor, es decir, no sirven para la acumulación; sino, estas monedas son creadas por y para la población. Se trata de un tipo de moneda de intercambio que podría darse en forma de dinero o mercancía y que es mutua, hecho que permite una mayor integración social y que pone el interés social sobre la necesidad de dinero.

5. Apunte final sobre cómo hacer el tránsito
El proceso de transición para llegar a una sociedad postcapitalista no es infalible. De no tener cuidado, dicho proceso podría llevar a dinámicas que excluyan a las unidades económicas que realmente cumplan con el objetivo.

Las pocas unidades económicas que sigan un modelo de sociedad “con mercado”, además de la exclusión, se enfrentarán otros problemas: en primer lugar, su sistema siempre se verá amenazado por el sistema capitalista, el cuál los convertirá en antagonistas por el hecho de no ajustarse a la dinámica de competencia y los intereses de las élites. En segundo lugar, dichas unidades económicas estarán constantemente amenazadas por la degradación ambiental y la falta de recursos, esto ya que la existencia del capitalismo continuará con la destrucción del medio ambiente.

Según González y Actis, la solución a lo anterior es la creación de espacios híbridos. Los espacios híbridos son unidades económicas en dónde se comenzará el proceso hacia una sociedad “con mercado”, dichos espacios se caracterizan por ser una combinación entre una alternativa y el sistema capitalista: no presentan límites definidos ni estrictos en cuanto a su economía pero tienen cierta autonomía, lo que le permite a las personas integrarse a su ritmo y en la medida de lo posible a una forma de vida alternativa en lugar de hacer una transición brusca que les afecte de forma negativa [4]. Estos espacios, en un principio serían a nivel micro; sin embargo, son sumamente necesarios para el cambio ya que a partir de ellos se comenzarán a construir las nuevas formas de producción, así como se comenzará a garantizar la dignidad y la sostenibilidad. Para poder llegar a sociedades postcapitalistas siempre es necesario empezar de cero.

La construcción de sociedades poscapitalistas, como se ha mencionado a lo largo del texto, será difícil; por lo tanto, requerirá del esfuerzo colectivo.

En el contexto actual, en dónde nos encontramos en tiempos de constantes crisis, la colectividad es más que necesaria para lograr la implementación de modelos de vida alternativos que dejen de lado las actividades que degradan al medio ambiente, así como aquellas que modifican nuestras formas de vida, nuestras relaciones sociales y las degradan. Existen muchas formas para lograr lo anterior, es por ello que no se puede evitar en algún punto cierto sufrimiento social A pesar de esto, si se logran movilizar recursos humanos de la mano de recursos materiales y financieros, las posibilidades de éxito serán cada vez más altas.

Para lograr la movilización de recursos mencionada, es necesario que los Estados apoyados de sus instituciones, puedan apoyar el crecimiento de las sociedades “con mercado”. Esto, será posible a través de la implementación de políticas públicas que faciliten las transiciones a otros modos de vida y del trabajo conjunto entre Estados y especialistas en los horizontes FES.

La transición a una sociedad poscapitalista con un sistema “con mercado”, será un trabajo arduo que necesitará del trabajo de la sociedad y de los Estados para superar las organizaciones políticas actuales y para reorganizar las estructuras sociales existentes. En tiempos de colapso, es más importante que nunca que la sociedad comience a obtener un control directo de los medios de producción, hecho que evitará que las élites capitalistas mantengan el control de nuestras formas de vida y sobre todo, que evite la formación de nuevas élites que frenen los caminos hacia la creación de sociedades poscapitalistas.


Notas

[1] Un ejemplo de gestión de recursos que sigue los lineamientos de una “sociedad con mercado” es el Tribunal de las Aguas de Valencia. Para saber más de su funcionamiento, se puede consultar https://es.wikipedia.org/wiki/Tribunal_de_las_Aguas_de_Valencia .

[2] Ejemplo de proyectos que han comenzado a utilizar las estrategias para llegar a una “sociedad con mercado” es la Cooperativa Integral Catalana. Para obtener más información, consultar https://cooperativa.cat/es/ . Asimismo, el sistema de indicadores el Balance Social del Mercado Social de Madrid, presenta criterios que son de gran ayuda para las economías FES. Para más información https://madrid.mercadosocial.net/que-es-el-balance-social/ .

[3] Una experiencia en donde se une la producción y el consumo es el BAH!. Para conocer más de ella, se puede consultar http://bah.ourproject.org/sobre-el-bah/ .

[4] El Mercado Social de Madrid es un prototipo de espacio híbrido, se puede encontrar información en https://madrid.mercadosocial.net/ . El Bristol Pound, es otro ejemplo. Para más información https://bristolpound.org/ .

Nexo con el tema que estudiamos: 

El avance en el estudio de los Horizontes FES, y el hecho de que cada vez surjan más propuestas de sistemas alternativos al sistema capitalista, es un indicio de que las resistencias han tomado fuerza frente a un sistema que ha degradado el medio ambiente, las relaciones sociales y la economía de las personas. La existencia y la visibilización de más alternativas, muestran que el capital ha rebasado todas las fronteras existentes de tal forma que, cada vez se busca más la reflexión para crear propuestas que ayuden a la sociedad a llevar vidas más duraderas y más armónicas aunque estas impliquen vivir fuera del capitalismo.