China tiene un gran apetito por la reserva global de pescado
Myers, Steven, Agnes Chang, Derek Watkins y Claire Fu [2022], "China tiene un gran apetito por la reserva global de pescado", The New York Times, New York, 13 de octubre, https://www.nytimes.com/es/interactive/2022/10/13/espanol/pesca-china-su...
Steven Myers es periodista y corresponsal del periódico estadounidense The New York Times, donde escribe acerca de la seguridad nacional y exterior, asuntos internacionales, conflictos armados y desinformación. Es autor del libro The New Tsar: The Rise and Reign of Vladimir Putin (2015).
Agnes Chang es una desarrolladora de datos y editora gráfica estadounidense. Ha trabajado con The New York Times, Propublica y como profesora asistente en la Universidad de Columbia.
Derek Watkins es un geógrafo y editor gráfico estadounidense. Ha colaborado con The New York Times, Inclusive Urbanism, Netflix y como asistente de investigación en el Research Assistant, Spatial and Map Cognition Research Lab de la Universidad de Oregon.
Claire Fu es una investigadora y reportera, dedicada a los temas de coyuntura en China. Fue pasante de Associated Press y formó parte del equipo ganador del Pulitzer Prize for Public Service en 2021, por sus reportajes sobre la pandemia por la COVID-19.
La biodiversidad marina de las Islas Galápagos, Ecuador, ha fomentado la pesca a sus alrededores desde hace siglos. No obstante, en recientes años, la presencia de barcos comerciales chinos ha predominado en las aguas internacionales frente a las Islas, detonando protestas diplomáticas y legales de las economías locales (en particular del sector pesquero local) y la protección del medio ambiente de la zona (Dato crucial 1).
Debido a que China tiene la flotilla más grande del mundo para la pesca de aguas profundas, es capaz de atrapar especies en cualquier parte de la alta mar y en la mayor cantidad registrada en la región sudamericana del Océano Pacífico (Dato crucial 2).
La pesca industrial del país asiático es habilitada por la logística de transbordos realizada entre navíos transportistas o buques “nodriza”, como el Hai Feng 718, y barcos pesqueros más pequeños. Esto, con el fin de que se trabaje lo más rápido posible y sin tener que moverse hacia algún puerto para recargar o descargar insumos (Dato crucial 3).
Por otro lado, se advierte que el uso de buques “nodriza” facilita que no se declare la pesca, ocultado sus orígenes y tipos de especies capturadas (Dato crucial 4). Por lo tanto, en la medida en que se ha potenciado la extracción de especies marinas, principalmente de calamar y atún, han aumentado los riesgos ambientales para el conjunto de los ecosistemas marinos en donde se realiza la pesca a gran escala.
A causa de tales razones, se han presentado respuestas negativas como el hundimiento de un barco pesquero chino en 2014 y el despliegue de embarcaciones de patrullaje argentinas; protestas en defensa del santuario marino, por parte del gobierno de Ecuador en 2020; la interposición de medidas cautelares ante los tribunales federales, por un grupo ambientalista de Argentina en 2021; discursos para “ayudar a las naciones más pequeñas a contrarrestar las prácticas ilegales o no reguladas de la pesca que realiza China” y el compromiso estadounidense de aumentar la vigilancia en nombre de la “seguridad nacional” en 2022 (Dato crucial 5).
Pese a lo anterior, se destaca la tendencia mundial del creciente consumo de pescado, al mismo tiempo que las especies de peces decrecen con rapidez. “El desafío es persuadir a China de que también tiene una necesidad de garantizar la sustentabilidad de los recursos del mar a largo plazo”, en palabras de Duncan Currie -abogado y asesor de la Coalición de Conservación de Aguas Profundas, abocado al derecho ambiental internacional-.
1. Desde 2016, barcos pesqueros de China han operado a gran escala en las costas sudamericanas, sobre todo alrededor de las zonas económicas exclusivas de Ecuador, Perú y Argentina. Tan sólo entre enero y octubre de 2022, los barcos chinos han pescado la cantidad equivalente a 16 000 días, cerca de las aguas marítimas argentinas.
2. La flotilla de pesca de aguas profundas china cuenta con casi 3 000 embarcaciones. Entre julio y agosto de 2020, casi 300 barcos operaron cerca de las Islas Galápagos, cifra que representó casi 99% de la pesca en dicha zona.
3. El Hai Feng 718 es un navío transportista frigorífico, manejado por una empresa china llamada Zhongyu Global Seafood Corp, propiedad de la empresa estatal China National Fisheries Corp. Tiene bodegas de almacenaje refrigerado con dimensiones de más de 14 000 metros cúbicos, donde se pueden depositar miles de toneladas de pescado. Además, transporta combustible y provisiones para barcos más pequeños, de tal forma que estos puedan descargar su pesca -transferencia conocida como transbordo- y reabastecerse de insumos necesarios para la tripulación. Entre junio de 2021 y mayo de 2022, el Hai Feng 718 realizó transbordo con 70 barcos pesqueros chinos más pequeños.
4. Global Fishing Watch -organización no gubernamental estadounidense-, ha registrado numerosos “eventos de merodeo” (permaneciendo en una zona), de los cuales no se tiene registro de transbordo entre barcos y buques nodriza. Ante ellos, se considera la posibilidad de que los barcos más pequeños apaguen sus transpondedores para evitar detecciones de pesca ilegal o no regulada. Cabe señalar que organismos de gestión legal exigen a los buques grandes que transmitan sus posiciones mediante el Sistemas de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés); sin embargo, sólo 2% de los 2.9 millones de buques pesqueros del mundo -responsables de hasta 80% de la pesca mundial en aguas internacionales- contienen AIS.
5. La Guardia Costera de Estados Unidos considera las prácticas “no reguladas” de pesca china como “una de las amenazas más grandes a la seguridad en el océano”. Por esta razón, ha enviado barcos estadounidenses de patrullaje al sur del Océano Pacífico. En la 51a Reunión de Líderes del Foro de las Islas del Pacífico, celebrada en julio de 2022, la vicepresidenta Kamala Harris ofreció 60 millones de dólares anuales durante la próxima década, “para ayudar a los países a patrullar sus aguas”.
Dacre, Rachel [2022], New Data Reveals Bottom Trawling In Protected Areas, Estados Unidos, Global Fishing Watch, 02 de noviembre, https://globalfishingwatch.org/press-release/new-data-reveals-bottom-tra...
Miller, A. Nathan et al. [2022], “Identifying Global Patterns of Transshipment Behavior”, Frontiers. Marine Science, 5(240): 1-9, Canadá, University of British Columbia, 23 de julio, https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmars.2018.00240/full
The White House [2022], Remarks by Vice President Harris at the Pacific Islands Forum, Estados Unidos, Gobierno de Estados Unidos, 12 de julio, https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2022/07/12/rem...
Para que el capital se imponga en el metabolismo social planetario a lo largo y ancho del tiempo sociohistórico, forzosamente necesita moldearlo a sus formas y ritmos. Esto se logra mediante la aceleración y la intensificación del tiempo de trabajo (tanto humano como extrahumano) apropiado, transformado y extenuado en función de las lógicas capitalistas para sostener su acumulación ampliada.
Ningún consumo, de cualquier bien o servicio y en cualquiera de sus escalas, estaría habilitado sin su respectivo -y específico- patrón (re)productivo socioecológico. La competencia intercapitalista por los espacios y vivientes remanentes de la Tierra tampoco podría ser entendida del todo sin dicha clave. Por este motivo, los imperios siempre saltarán a la ofensiva cuando otros sujetos o sujetas se acerquen a sus zonas “de sacrificio”, “reservorio” o desecho.