Una nueva era de la eugenesia parece ser posible, ya que a finales de 2018 el científico He Jiankui anunciaba haber creado los primeros bebés genéticamente modificados (GM) del mundo, de esta manera posteriormente toma relevancia la experiencia generada en las minorías étnicas y en las personas discapacitadas durante la pandemia al ser sujetos de prueba. A su vez, como consecuencia derivó en una indignación mundial ante las revelaciones sobre la esterilización sin su conocimiento a mujeres en uno de los centros de detención de ICE de Donald Trump en Georgia.

Ante esta situación, la eugenesia en realidad no se fue, por ello en los países industrializados se desarrollaron prohibiciones legales sobre la ingeniería genética en seres humanos desde la década 1990s o previo; sin embargo, organismos con fines de lucro han mantenido avances en ensayos clínicos de forma silenciosa, formalizando su progreso en la reunión de marzo de 2022 en Londres. En dicha reunión organizaciones como "stop designer babies" se manifiestan en contra.

De esta forma, argumentos como resistir a una sociedad estratificada genéticamente, desarrollada a través del consumismo y las fuerzas del libre mercado, así como la oportunidad de ofrecer a los hijos de los ricos ventajas adicionales sobre los niños comunes y determinar el tipo de niño a nacer justifican el combate contra la eugenesia neoliberal, ya que ni el Estado puede hacer algo. De igual forma, se cuestiona el convertir a niños en productos de consumo diseñado y óptimo al afectar sus derechos humanos. Además, las afirmaciones distorsionadas de los científicos en la ingeniería genética incentivan la tecnología para prevenir enfermedades genéticas, pero estas posturas solo reafirman la discriminación y opresión social sobre las personas discapacitadas, desde la falta de accesibilidad hasta apoyo.

Cruzando la línea

La cuestión de elección para una mujer parece casi nula en una sociedad sin adecuado apoyo a padres de niños discapacitados y además algo complejo en la misma toma de decisiones.

De esta forma, existen varias alternativas desde la adopción, la donación de gametos hasta pruebas genéticas prenatales como prevención en enfermedades genéticas. Por tal motivo, se puede referir que la ingeniería genética es innecesaria y solo genera preocupaciones de seguridad, a excepciones de casos extremadamente raros. Por tanto, es importante cuestionarnos si estamos preparados a pasar una línea hacia un mundo en que la evolución humana este controlada por las fuerzas de la opresión y el capitalismo.

Asimismo, el mercado para estos bebes modificados está destinado para los denominados "bebés de diseño", que se utilizan para competir con otros niños, esto para satisfacer caprichos de padres o evitar opresiones sociales. Por otro lado, la cuestión aquí es que en la experiencia de productos farmacéuticos y las cirugías existe un mercado amplio; pero al indagar entre el tratamiento médico y la mejora cosmética existen sistemas regulatorios nacionales, prohibiciones y subrogaciones comerciales que, fácilmente son evitadas por las empresas además de la no existencia de regulaciones, derivando en su consumo en mujeres pobres.
Por tal motivo, la campaña de Stop Desginer Babies pretende la prohibición global de la ingeniería genética humana, esto con el fin de evitar un futuro de eugenesia neoliberal.