Ajit Niranjan es reportero multimedia independiente que trabaja principalmente para Deutsche Welle, emisora pública internacional de Alemania, que cubre el cambio climático. Escribe artículos, produce y presenta videos hablando sobre el estudio en televisión. Previamente hizo reportajes de radio para el Servicio Mundial de la BBC, visualizó datos para el Financial Times y escribió para The Guardian, Economist y New Statesman.

Un vuelo en unos minutos emite más CO2 que el promedio de una persona en la India en todo un año. Expertos sugieren que un impuesto a viajeros frecuentes podría generar recursos para descarbonizar la aviación.

Celebridades como Taylor Swift, Kim Karfashian y Steven Spielberg acostumbran a tomar jets privados para trasladarse, sus vuelos de 15 min o menos, viajes que perfectamente pueden hacerse vía terrestre. Han sido criticados por quienes se interesan por su huella de carbono.

El caso es que, por más que cualquiera recicle todo, composte, cultive su propia comida por el resto de su vida, no compensa las huellas que dejan estos vuelos.

Pero aunado a eso, los cruceros y transporte marítimo es otro de las situaciones alarmantes. Sus megayates emiten más CO2 que las mansiones, aviones y limusinas juntos.

Niveles indignantes de contaminación

El 1% de quienes tienen mejores salarios, a nivel mundial, (dato crucial 1) emite la misma cantidad que 50% de quienes viven en pobreza.

Y los que se encuentran entre esas cifras, que son la mayoría de la población, no llevan un estilo de vida lujoso de un millonario, pero se estima que entre 2% y 4% se sube a un avión cada año, incrementando su huella de carbono.

Se han hecho investigaciones sobre acciones que se puedan llevar a cabo para reducir esta huella. El aumentar los impuestos de los vuelos es una de las mejores opciones, puede que se evite que los más ricos consideren las alternativas terrestres y se liberaría más dinero para inversiones en infraestructura para energía limpia.

Sin embargo, el aumentar los impuestos siempre es una opción que se presta a mucha oposición, argumentando que los muy ricos siempre podrán darse esos lujos, no cambiarán su estilo de vida. La carga de los impuestos a los vuelos realmente terminaría afectando a personas que viajan por negocios.

Un estudio reveló que un impuesto global a viajeros frecuentes generaría 121 mil millones de dólares al año, que se podría usar para descarbonizar la aviación.

Prohibiendo los aviones privados afectaría a un porcentaje muy pequeño de la población, pero sería a los que tienen los recursos para invertir en tecnología limpia.