Un punto de inflexión para el cambio climático
Stokes, Leah [2022], "Un punto de inflexión para el cambio climático", The New York Times, New York Times, 29 de diciembre, https://www.nytimes.com/es/2022/12/29/espanol/opinion/cambio-climatico-2...
Leah C. Stokes es una investigadora, escritora y consultora. Es profesora afiliada de la University of California, Santa Barbara. Realizó sus estudios en la University of Toronto, Columbia University y el Massachusetts Institute of Technology. Se especializa en temas de energía, clima, políticas ambientales, políticas públicas y votaciones. Es autora del libro Short Circuiting Policy. Interest Groups and the Battle Over Clean Energy and Climate Policy in the American States (2020). Trabaja como asesora de las organizaciones estadounidenses Evergreen Action y Rewiring America.
“[L]a crisis climática está tocando a nuestra puerta” y en 2022 atestiguamos severos eventos climáticos extremos que lo prueban (Dato crucial 1). De ahí que ese mismo año emergiera el impulso de las energías “limpias” en varios continentes; entre cuyos casos, el artículo destaca el estadounidense, europeo, australiano y brasileño.
Antes de comenzar, se advierte que una “transición” energética deberá seguir un camino desordenado, sujeto a las crisis. Por esta razón, se ha de tener presente que habrá soluciones simples y temporales (por ejemplo, una reducción de los precios de los combustibles fósiles), pero también profundas y de largo plazo (como el desarrollo de nuevas infraestructuras energéticas).
El caso de Estados Unidos es relevante porque recientemente ha aprobado un conjunto de proyectos de ley climáticos orientados a los cambios infraestructurales (Dato crucial 2). Los altos precios de la energía fósil fueron un incentivo para que el gobierno apresurara este proyecto (Dato crucial 3); uno que será difícil de derogar “porque está creando puestos de trabajo bien remunerados” en el país, con lo que “estas nuevas leyes pondrán a Estados Unidos en un camino permanente para alejarse de los combustibles fósiles” (Dato crucial 4).
En cuanto a Unión Europea, la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania ha dejado a Europa sin suministro de gas fósil, motivo que ha hecho que los precios del gas se disparen en la región (Dato crucial 5). La explosión de los gasoductos Nord Stream ha sido otro factor que ha reducido el acceso -quizás de manera permanente- de Europa a tales combustibles fósiles. De esta forma, el continente ha acelerado su agenda para instalar proyectos de energías “renovables” en el territorio, además de adoptar nuevos compromisos para reducir sus emisiones de carbono (Dato crucial 6).
Respecto a la situación de Australia, los recientes y severos incendios forestales en la zona presionaron a los ciudadanos y las ciudadanas para remover al negacionismo climático por medio de las urnas; a la par que el cambio climático resultó ser el centro de las candidaturas para las elecciones de 2022 (Dato crucial 7).
Mientras tanto, en octubre de mismo año llegó a la presidencia brasileña Lula da Silva, mandatario que prometió que su gobierno tendrá como prioridad al cambio climático; en contraste con el anterior presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien desarrolló un régimen antiecologista muy notorio (Dato crucial 8).
Sin embargo, la crisis energética de este año igualmente ha traído obstáculos para la descarbonización de la economía mundial. Uno de ellos fue el crecimiento del consumo de un hidrocarburo distinto al gas: el carbón (Dato crucial 9). El “progreso climático […] es impredecible e improvisado”.
1. En 2022, Pakistán atravesó lluvias extremas que afectaron a más de 33 millones de personas. El mismo año, en Florida el huracán Ian -el segundo huracán más costoso en la historia estadounidense- causó daños asegurados de 50 000 millones de dólares; simultáneamente, su territorio occidental registró una sequía que dejó casi tres cuartas partes de sus dos más grandes presas de agua vacías.
2. La Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA, por sus siglas en inglés) es el proyecto de ley en materia climática más importante en Estados Unidos. Esta Ley busca invertir cerca de 370 000 millones de dólares en industrias de energía “limpia”. Su financiamiento se ofrecerá mediante créditos fiscales ilimitados para cualquier ámbito doméstico que busque el reemplazo del gas por la electricidad (por ejemplo: coches eléctricos, paneles solares, bombas de calor, etc.).
3. En 2022, el alza de precios de los combustibles fósiles fue responsable del 41% de la inflación en Estados Unidos.
4. Como resultado de la IRA, en Estados Unidos se han hecho inversiones de más de 100 mil millones de dólares por parte de las empresas privadas en vehículos eléctricos, infraestructura de recarga y energía solar. “En un evento de BMW en octubre [de 2022], el senador Lindsey Graham dijo que su estado, Carolina del Sur, ‘se convertirá en el Detroit de las baterías’”.
5. En agosto de 2022, el gas costaba doce veces más que a principios de 2021 en países europeos (un año antes de que comenzara la guerra en Ucrania, en febrero de 2022).
6. Entre octubre y noviembre de 2022, el consumo de gas en Europa se redujo casi 25%, con respecto a la medida quinquenal del mismo periodo. Durante el primer semestre de dicho año, Polonia, Países Bajos, Italia y Austria registraron un incremento masivo en las ventas de bombas de calor, sustituyendo el uso del gas para la calefacción doméstica.
7. En reciente años, Australia ha tenido incendios forestales devastadores, en los que han muerto o sido desplazados 3 000 millones de animales, aparte de haber destruido miles de hogares humanos. En mayo de 2022, el Partido Laborista fue el ganador de las elecciones australianas, situando al combate del cambio climático como su eje.
8. Poco después del comienzo de la administración de Jair Bolsonaro en 2019, en Brasil aumentó 50% la deforestación en seis meses. En menos de tres años, durante su gobierno, el desarrollo de sus políticas arrasó con un área de la selva Amazonas más grande que Bélgica.
9. En 2022, el consumo mundial de carbón alcanzó su máximo nivel en toda la historia de su extracción. Debido a la crisis del gas, “algunos países buscaron desesperadamente una energía más barata a corto plazo” y la encontraron en la quema de carbón.
El colapso sistémico está aquí, pero no es un proceso “nuevo” ni fortuito. Lo llamativo para los centros mundiales son los perjuicios que aquel ha traído para sus territorios y habitantes; solo recientemente, solo un poco.
No obstante, las medidas que se han implementado para hacerle frente al “cambio climático”, al elaborarse desde el pensamiento hegemónico, están condenadas a ser no solo insuficientes, sino catalizadoras de sus propias limitaciones socioecológicas. Esto se debe a que el capital en su faceta fósil ha edificado las condiciones metabólicas que le permiten perseguir aceleradamente su fantasía de la acumulación infinita, debido a lo cual toda área de la economía se encuentra fosilizada; incluidos los sectores primarios, secundarios y terciarios que desarrollan las energías “renovables”.
Cualquier “solución” que el capital se busque a sí mismo resultará irremediablemente más catastrófica para sí mismo y, sobre todo, para el mundo entero que acapara. El colapso es una sacudida, una última llamada para defenderlo todo.