Es importante ajustar los modelos de proyección climática en la medida en que se van adicionando nuevos datos sobre el cambio climático ya que servirán como punto de apoyo a los creadores de políticas públicas para crear nuevas rutas de solución. Teniendo esto en cuenta, es vital que los expertos anexen el factor de los bucles de retroalimentación al modelo climático actual (primordialmente no rebasar el umbral de 1.5°C-2°C) debido a que estos bucles podrían potenciar más los efectos de las condiciones planetarias actuales.

Un bucle de retroalimentación positivo (también llamado retroalimentación amplificadora) se define como un proceso en donde un aumento de las emisiones o cualquier factor que incida en el deterioro ambiental es directamente proporcional a un mayor calentamiento por unidad de emisiones emitidas; los bucles pueden ser de origen biológico, físico y social. Así que es probable que los modelos climáticos actuales estén subestimando la retroalimentación amplificadora porque ante el mínimo cambio, se deriva un cambio que se va amplificando; por tanto, los objetivos y la acción climática son insuficientes y necesitan ser reformulados antes de que suceda un ecocidio hacia la Tierra y de todo ser vivo que la habite.

Bucles de retroalimentación y el presupuesto de carbono restante

Es esencial un estudio minucioso para determinar con mayor precisión la incidencia de los bucles de retroalimentación sobre la Tierra porque además de generar modelos climáticos imprecisos también afectan la magnitud del presupuesto de carbono restante y la respuesta climática transitoria a las emisiones acumuladas de carbono (TCRE, por su sigla en inglés)^*. De este modo, un incremento en las emisiones no solo genera un incremento en el calentamiento global, sino también un aumento del TCRE y una disminución del presupuesto de CO2 (dato crucial 1 y 2).

Muchos comentarios arriesgados

Los bucles de retroalimentación pueden estar relacionados con sistemas abióticos o biológicos, o bien pueden ser atmosféricos (dato crucial 3); en general se trata de un amplio espectro que depende del ecosistema o entorno en donde se desarrolle el “acontecimiento” climático y que dada las interacciones complejas que pueden existir entre un bucle y otro (es decir, los procesos que pueden derivar de otros procesos y así sucesivamente), el presupuesto de carbono y el TCRE están sobreestimados al estar sujetos a datos históricos y paleoclimáticos. Se trata de una suma de bucles que se van impulsando uno con otro (sin importar la magnitud) y que al final producen una cascada de afectaciones climáticas que podrían generar puntos de inflexión críticos para el sistema Tierra. Por ejemplo, el calentamiento en el Ártico conduce al derretimiento del hielo marino, eso conlleva a un incremento en la temperatura del agua debido a que su reflectancia es más baja que la del hielo o en el peor de los casos sí las retroalimentaciones positivas son suficientemente fuertes podrían generar una catástrofe climática fuera del control de los humanos.

De esta manera los bucles de retroalimentación positivos pueden explicar por qué los efectos del cambio climático se intensifican y los modelos de proyección climática fallan; es por ello que se exhorta a los investigadores y creadores de políticas climáticas para tomar en cuenta este proceso y tomar cartas en el asunto conjuntamente.

Investigación del clima

El texto propone un aumento de la financiación climática, así como una reevaluación del presupuesto de carbono y una rápida transición hacia una ciencia integrada del sistema terrestre a través de una concatenación entre los riesgos climáticos y los efectos sobre la sociedad (eso podría generar mejores políticas climáticas). También se propone que el informe del IPCC incluya un apartado que aborde las consecuencias de los bucles de retroalimentación, especialmente los biológicos (dato crucial 4) y los puntos de inflexión críticos. Con ello, se puede aportar una mayor inversión para estudiar los bucles sociales que involucraría una mayor participación de las ciencias sociales debido a la complejidad relacionada con la sociedad y el sistema económico. El objetivo general es evaluar la estabilidad y la resiliencia entre todos los elementos del sistema Tierra (la dinámica biofísica y humana) con el uso de diferentes métodos (como la inteligencia artificial) para determinar las interacciones entre los bucles y las vías de adaptabilidad.

Política climática

Considerando que los objetivos climáticos actuales están lejos de alcanzarse y que los investigadores han cambiado el pronóstico de temperatura global hacia 2.5°C se sugiere que las reducciones de emisiones sean inmediatas, que se considere el riesgo que representan los aumentos adicionales de temperatura sobre los fenómenos climáticos (como los acontecidos en la actualidad con tan solo un aumento de 1.1°C a 1.2°C); así como los efectos negativos de los bucles de retroalimentación positivos, las cascadas climáticas y los puntos de inflexión.

Finalmente se enlistan otras sugerencias para el corto, mediano y largo plazo. Se enfatiza que se requiere de un gran esfuerzo, financiación, apoyo político e investigación.
• Cambios en el uso de la energía y el transporte.
• Contaminación atmosférica controlada.
• Cambios en la producción de alimentos.
• Preservación de la naturaleza.
• Políticas enfocadas en la educación y concientización sobre el cambio climático.
• Mitigación de las emisiones de metano.
• Políticas y financiamiento para la adaptación climática en los países pobres donde los bucles de retroalimentación son más peligrosos.

Notas

*El presupuesto de carbono restante se define como la cantidad permitida de futuras emisiones antropogénicas de CO2 que van de la mano con un objetivo climático determinado.

La respuesta climática transitoria de las emisiones acumuladas de carbono (TCRE, por su sigla en inglés) es la relación entre las emisiones acumuladas de CO2 en el presente y el calentamiento a causa de las emisiones de CO2 en la época preindustrial.