Elena Shao es becaria de informes climáticos para The New York Times. Su trabajo también ha aparecido en The San Francisco Chronicle, The Wall Street Journal e Inside Climate News.

Nadja Popovich es reportera de datos y gráficos en la sección de Clima de The New York Times. Se unió al equipo en 2017 y, desde entonces, ha cubierto la ciencia del clima, la política energética y los impactos reales de nuestro mundo en calentamiento. Ha ganado numerosos premios de diseño y periodismo por su trabajo.

Mira Rojanasakul es parte de la mesa climática de The New York Times como editora gráfica, informando y creando historias visuales. Mira llega a The Times desde Bloomberg, donde ha trabajado en la mesa de gráficos durante ocho años, cubriendo el cambio climático, las elecciones, la política internacional y las investigaciones financieras.

El estado de California ha pasado por sequías durante los últimos 3 años; sin embargo, parece haber llegado a su fin, en las últimas semanas se han presentado tormentas de lluvia y nieve, trayendo consigo un invierno húmedo.

Las lluvias incluso han llegado a inundar carreteras, han dejado sin electricidad a miles de personas.

El monitor de Sequía de Estados Unidos anunció las reducciones de intensidad y cobertura de las sequías que se habían presentado.

Aunque indudablemente los problemas referentes a la escasez del agua han disminuido, no hay que dejarlos de lado. Principalmente por el periodo en el que suele haber climas más secos (primavera y verano).

California presenta climas extremos a lo largo del año; mientras que en otoño e invierno hay lluvias y nevadas, en primavera verano hay sequías extremas. Es por eso que se han visto en la necesidad de construir infraestructura para la reserva del agua.

Este año la reserva es basta, ha superado incluso el promedio de lo que se había acumulado en años pasados.

Tan solo la nevada de esta semana fue 3 veces más de lo que se había presenciado en el mismo periodo los últimos 3 años. Al tratarse de una reserva de nieve, hace que el abastecimiento sea, hasta cierto punto, más estable. Al derretirse permite mantener los niveles durante los periodos de sequía. Sin embargo, el proceso no es del todo confiable, principalmente por lo variable del tiempo que se puede mantener o no la nieve en ese estado, si la temperatura aumenta mucho, entonces se derrite antes de lo esperado y, para evitar inundaciones, se libera poco a poco, alterando los tiempos estimados.

En vista de los niveles presentados este año aunado al aumento de la humedad del suelo, se pronostican inundaciones esta primavera.

La semana pasada se aprobó un plan de reabastecimiento de acuíferos para desviar alrededor de 600 mil acres-pie^[1] de agua para filtrar hacia aguas subterráneas.

Dada su naturaleza, es difícil tener un control preciso sobre la cantidad de agua subterránea, pero algo que sí se puede asegurar es que durante las últimas dos décadas ésta ha disminuido drásticamente.

NOTAS

[1] 600 mil acres-pie equivalen a más de 740 millones 89 mil 104 kilolitros.