Why the U.S. Electric Grid Isn't Ready for the Energy Transition
Popovich, Nadja y Brad Plumer [2023], "Why the U.S. Electric Grid Isn't Ready for the Energy Transition", The New York Times, New York, 12 de junio, https://www.nytimes.com/interactive/2023/06/12/climate/us-electric-grid-...
Nadja Popovich es reportera de datos y gráficos en la sección de Clima de The New York Times. Los temas que cubre son la ciencia del clima, la política energética y los impactos en el mundo real de nuestro mundo en calentamiento. Ha ganado numerosos premios de diseño y periodismo por su trabajo.
Brad Plumer es reportero climático especializado en los esfuerzos políticos y tecnológicos para reducir las emisiones de dióxido de carbono. También ha cubierto para The New York Times las conversaciones internacionales sobre el clima y el cambiante panorama energético de Estados Unidos.
En esta entrega Popovich y Plumer evalúan las posibilidades de la red eléctrica de Estados Unidos para convertirse en 100% verde, tomando en consideración el objetivo del presidente Joe Biden sobre generar energía totalmente limpia para 2035.
Una red eléctrica es un conjunto de cables que transportan electricidad desde las centrales eléctricas hacia los hogares. En este sentido, la red eléctrica de Estados Unidos está conformada a su vez por tres redes–Oeste, Este y Texas—pero estás no trabajan en sincronía sino bajo objetivos diferentes ya que son como un mosaico debido a que son administrados por diferentes operadores. La razón de esta fragmentación es porque fueron construidas mayoritariamente para estar mejor conectadas con las centrales de carbón y gas.
En la llamada transición energética, las fuentes renovables como el sol y el viento son esenciales y además baratas para producir energía. Si Estados Unidos quiere producir energía limpia, entonces tiene que construir infraestructura que sirva para sustituir la actual por líneas eléctricas de transmisión de larga distancia y alto voltaje. Esto tiene que ser así porque los espacios en donde se puede aprovechar mejor la energía eólica y solar se encuentran lejos de la red eléctrica convencional.
Pero la labor de construir líneas de transmisión se hace difícil. Primero porque históricamente no existe una planificación en las redes que componen el sistema eléctrico de Estados Unidos por lo que no hay una unificación de objetivos (dato crucial 1). Segundo porque el hecho de querer construir implica que habrá oposición (como el de las comunidades aledañas). Tercero porque para solicitar permisos para la construcción de líneas de transmisión de larga distancia (y que transporten energía eólica y solar) es complicado, ya que requieren la aprobación de múltiples autoridades estatales quienes evalúan si son necesarias o no (muy distinto a la aprobación de concesiones para obras civiles, gasoductos y oleoductos donde la decisión corre a cargo normalmente del gobierno federal).
Es evidente que la ampliación de red resultaría benéfica no solo para la reducción de emisiones que genera la actual red (si así se puede llamar) eléctrica, sino por el tema de costos que implica la utilización de energías baratas y renovables como la eólica y solar. En la actualidad existe un problema de congestión debido a la falta de capacidad de transmisión, por lo que aumentar las líneas de transmisión podrían sanar este problema frente a las ya costosas centrales basadas en energías fósiles y las dificultades que están teniendo muchos operadores para mantener las “luces encendidas” en la medida que aumenta tanto la demanda como los fenómenos meteorológicos extremos (dato crucial 2).
Sin embargo, a pesar de que en 2023, el Congreso de Estados Unidos otorgó subsidios para infraestructura verde, los reguladores estatales siguen poniendo trabas para la ampliación de la red por lo que los proyectos de redes con energías verdes además de retrasarse, ven incrementar sus costos de conexión en la red (dato crucial 3).
Los esfuerzos para aliviar estos cuellos de botella plantean financiamiento del gobierno para los proyectos de transmisión, así como darle más autoridad al Congreso de Estados Unidos frente a los reguladores estatales y su hostilidad frente a las líneas de transmisión de larga distancia. Asimismo, la Comisión Federal Reguladora de la Energía (organismo independiente que regula la transmisión interestatal de electricidad, gas y petróleo) busca formas de que se estrechen lazos entre regiones y se planteen más proyectos en el largo plazo.
Del mismo modo, algunos legisladores quieren otorgarle a la Comisión más poder para aprobar proyectos de líneas de transmisión como ya lo hace con los gasoductos, inclusive los demócratas presentaron una propuesta para obligar a una mayor conectividad entre las diferentes regiones (la cual fue rechazada).
Popovich y Plumer sugieren que incluso las compañías eléctricas podrían ofrecer incentivos para que la gente cargue sus dispositivos electrónicos cuando la demanda de la red disminuya, o bien, apagar aparatos innecesarios cuando ocurran fenómenos meteorológicos extremos. No obstante, ambos periodistas enfatizan que este tipo de esfuerzos sería insuficiente para aliviar el problema de las líneas de transmisión.
Finalmente, además de los reguladores estatales, también las empresas de servicios públicos se oponen a la ampliación de la red ya que no quieren perder sus monopolios locales. Del lado del gobierno, los republicanos afirman que otorgar más control al gobierno sobre las líneas de transmisión atentaría contra la libertad de los estados. Precisamente fueron estos dos grupos los que rechazaron la propuesta de los demócratas antes mencionada (dato crucial 4).
En resumen, la ampliación y unificación de la red eléctrica en Estados Unidos será pieza clave para el futuro de la transición energética.
1) En las últimas décadas, Estados Unidos apenas ha construido grandes líneas eléctricas de alta tensión que conecte distintas regiones de la red. Aunque las empresas de servicios públicos y los operadores de la red gasten actualmente cerca de 25 mil millones de dólares (mdd) anuales en transmisión, gran parte de ese gasto consiste en mejoras locales.
2) Texas podría haber sufrido menos apagones durante la mortífera tormenta invernal acaecida en 2021, si su aislada red tuviera más conexiones con el sudeste.
3) Los investigadores del Proyecto REPEAT (ofrece una evaluación medioambiental y económica periódica, oportuna e independiente de las políticas energéticas y climáticas federales a medida que se proponen y promulgan) dirigido por la Universidad de Princeton, han descubierto que, si Estados Unidos no es capaz de acelerar la construcción de nuevos sistemas de transmisión, es posible que no se produzca 80% de la reducción de emisiones previstas.
4) De acuerdo con el Laboratorio Nacional de Energías Renovables, si Estados Unidos sigue teniendo dificultades para construir sistemas de transmisión a larga distancia, quizá tenga que optar por medidas más caras para luchar contra el cambio climático (como la construcción de centrales nucleares o centrales de gas con sistemas de captura de emisiones).
5) La infografía 1 muestra del lado izquierdo los proyectos en 2020 de energía renovable a gran escala y la capacidad de transmisión interregional; en este sentido, el este de Estados Unidos es la región con una mayor capacidad de transmisión. Del lado derecho, se muestran los requerimientos estimados hacia 2035 para alcanzar el objetivo de 100% energía limpia; en tal sentido, el centro de Estados Unidos es la región que requerirá de una mayor capacidad de transmisión por lo requieren la construcción de líneas de larga distancia, pero también es la zona donde los proyectos eólicos son indispensables para la transición energética.
La presente nota refleja los problemas que se pueden generar en un sector de la economía que está descentralizado. Normalmente se piensa que esta medida ayudaría a mejorar la eficiencia de un sector que estaría sujeto ante la competencia perfecta en términos de la economía ortodoxa. No obstante, la coyuntura y el problema ambiental reflejan que se necesita de la colectividad para enfrentar estos problemas, así en Estados Unidos se necesita desbaratar el oligopolio de la electricidad si es que se pretende cumplir con los objetivos de energía 100% verde para 2035.