Ernesto Martínez Elorriaga es corresponsal de La Jornada, sus líneas de trabajo se centran en las comunidades, la política y cuestiones medioambientales en Michoacán

La comunidad purépecha de Cherán, en Michoacán, logró expulsar al crimen organizado, a las autoridades coludidas, y reforestaron casi todo el bosque afectado por la tala ilegal (dato crucial 1). Reynaldo Durán Velázquez, miembro del consejo de autoridades tradicionales, comenta que la propia naturaleza les ha ayudado en la reforestación del bosque. El cerro de San Miguel estaba casi totalmente talado, y ahora hay vegetación abundante. Incluso la fauna, como venados y armadillos, ha prosperado gracias a que la cacería fue prohibida.

En Cherán hay un vivero comunal que aumentó su producción de plantas. También, hay otros viveros promovidos por el programa de gobierno Sembrando Vida (dato crucial 2). En estos viveros se producen árboles de cedro y frutales; además, el gobierno ha enviado muchas plantas.

Velázquez señala que en las 18 000 hectáreas forestales de Cherán no hay plantíos de aguacate, pues el cambio de suelo forestal por árboles de aguacates es un problema. El bosque es el que conserva la humedad y proporciona agua a la región, en la que ya empiezan a enfrentar problemas de escasez hídrica. Cherán todavía enfrenta las consecuencias de haber perdido casi todo su bosque. El saqueo del crimen organizado y el cambio de uso de suelo, agudizaron la crisis hídrica y los 10 manantiales de la zona empezaron a producir menos agua. Por tanto, ahora la comunidad no extrae árboles, sólo aprovecha la madera de aquellos afectados por incendios o que tienen plagas.

Años de Control

Desde 2007 los recursos forestales de Cherán comenzaron a ser saqueados por grupos delictivos. Después del asesinato de varias personas locales, de la tala de miles de hectáreas en los cerros de San Miguel y El Pilón, y de que los talamontes se acercaran a La Cofradía, lugar del principal manantial de agua, el pueblo empezó a organizarse para detener el saqueo forestal pues vieron que la propia vida del pueblo estaba en riesgo. De hecho, a pesar de todo el trabajo, la disponibilidad de agua sigue siendo escasa.

Miguel Rosas, un trabajador del vivero cuyas tierras fueron arrasadas por el crimen, señala que la policía estatal estaba totalmente coludida con los taladores, pues la autoridad inspeccionaba lugares a los que después iban los taladores; y que la policía municipal no actuaba a pesar de ver pasar tráileres llenos de madera.

En abril de 2011 muchas personas del pueblo decidieron acabar con la violencia y el saqueo, tomaron el control de las calles y empezaron a luchar por su autonomía.

Buen Gobierno Comunal

Con el gobierno comunal, en Cherán no ha habido levantamientos, ni se han registrado asesinatos. Se establecieron filtros de seguridad en las tres entradas al pueblo, y una ronda comunitaria integrada por 60 personas. Además, muchas personas que migraron a Estados Unidos envían recursos, y cuando regresan invierten en negocios (dato crucial 3).

Ahora no hay crimen organizado en Cherán, pero la drogadicción es un problema en algunos jóvenes. Han pasado 12 años con cuatro gobiernos comunales y es necesario seguir fortaleciendo a las autoridades electas en la asamblea general.