Raymond Zhong es reportero climático, trabaja para el New York Times desde 2017. En 2021 ganó un premio Pulitzer en servicio público por cubrir la pandemia de coronavirus.

Desde 2009 un grupo de académicos llamado Anthropocene Working Group ha intentado determinar si las personas hemos llevado al planeta a un nuevo periodo geológico. En las primeras semanas de julio de 2023 este grupo anunció que eligieron el lago Crawford en Ontario, Canadá para estudiarlo y determinar si realmente estamos ante un nuevo periodo geológico causado por la actividad humana.

Se eligió el lago Crawford pues contiene suficiente evidencia sobre el impacto de la humanidad en el registro geológico mundial. La evidencia incluye cambios drásticos en los niveles de plutonio y radiocarbono causados por las explosiones nucleares y por la quema acelerada de combustibles fósiles.

Declarar al Antropoceno como una nueva era geológica implica afirmar que en las últimas décadas la humanidad ha provocado cambios tan significativos en la Tierra que el Holoceno, época geológica que comenzó hace 11 700 años, ha terminado. La decisión que tomen los científicos marcará el nombre que será utilizado en la academia, libros de texto, museos y demás instancias.

El proceso no es sencillo. Primero, el grupo de científicos debe estudiar el sitio que eligieron y redactar su propuesta formal para que el Antropoceno sea reconocido como época geológica, después tres comités de geólogos votaran la propuesta (votación que podría empezar en otoño de 2023), y para que la propuesta pase a la siguiente etapa debe de tener una aprobación de 60% en cada grupo. Además, varios miembros de Anthropocene Working Group renunciaron pues no estaban de acuerdo con el enfoque del grupo, y otros geólogos podrían desaprobar la propuesta pues el tiempo geológico es sumamente extenso en comparación con las décadas de actividad humana industrial globalizada (Dato Crucial 1).

En 2019 el grupo de científicos acordó acotar el inicio del Antropoceno ha mediados del siglo XX, que es cuando la industrialización y el consumo energético comenzó a acelerarse. El grupo eligió el lago Crawford como sitio para observar una división entre el Holoceno y el Antropoceno pues la profundidad de este lago hace que todo lo que cae en su fondo se conserve en el lodo; de tal manera que el tiempo del planeta va dejando su registro en las capas del lodo lacustre.

Todo tiempo geológico deja rastros geoquímicos sumamente característicos, por lo que cuando los científicos encuentran rocas desconocidas en otras localidades pueden cotejar los elementos para determinar la antigüedad de estos. Además del lago Crawford, los otros finalistas fueron Sihailongwan, un lago de un cráter volcánico en China, y la bahía Beppu en Japón.

El geólogo Phillip Gibbard formó parte de los científicos que formaron el grupo en 2009, y que renunciaron recientemente pues ya no coinciden con los puntos de vista del panel de académicos. Gibbard considera que el grupo está trabajando en un concepto de Antropoceno que casi nadie va a usar, pues el término surgió y se difundió desde hace varios años fuera del campo de las ciencias naturales.