Anna Gumbau es una periodista que colabora con diversos periódicos como Deutsche Welle, El País, entre otros, sus principales líneas temáticas son el cambio climático y la sostentabilidad.

El granadero belga Kris Heirbaut señala que la sociedad espera que los agricultores produzcan más comida al tiempo que contribuyen a combatir el cambio climático. Heirbaut participó de un programa piloto de agricultura de carbono financiado por Unión Europea (UE). El objetivo de este programa es mejorar la calidad de los suelos agrícolas, para que éstos retengan dióxido de carbono y disminuya el cambio climático.

El programa piloto agricultura del carbono de Unión Europea finalizó en verano de 2021, y permitió a los campesinos de Bélgica, Países Bajos, Alemania y Noruega, vender créditos de carbono por el CO2 capturado en sus tierras. Por su parte, UE proporcionó asesoría técnica y apoyo administrativo.

En diciembre de 2021 se presentó la propuesta para ampliar el programa a toda Europa, la idea es incentivar a los agricultores a que cambien sus prácticas agrarias para que éstas reduzcan los impactos sobre los suelos y los cultivos absorban CO2.

Cambiando las prácticas agrícolas

Los suelos contienen grandes reservas de carbono, pero con la agricultura industrial éste compuesto no se absorbe sino que se libera en la atmósfera. De hecho, los suelos degradados casi no almacenan CO2. Heirbaut tiene alrededor de 14 hectáreas con diferentes cultivos como llantén, trébol, alfalfa y achicoria, estos cultivos absorben CO2 todo el año. Además, aunque siega sus terrenos, al no hacerlo con maquinaria pesada, las raíces se mantienen en el suelo y el carbono permanece en el suelo. Heirbaut también tiene un terreno donde practica la agrosilvicultura y siembra árboles que capturan carbono.

Mejorando la salud del suelo

La iniciativa de la agricultura del carbono es parte del Pacto Verde Europeo, que es el plan de acción de UE para lograr la neutralidad climática en 2050 (Dato Crucial 1). Un suelo rico en carbono es indicador de salud en éste; pero las prácticas agroindustriales han degradado la calidad de la mayor parte de los suelos europeos (Dato Crucial 2).

Hay diversas prácticas agrícolas que sirven para mejorar la salud el suelo y ayudar a que éste retenga más carbón; por ejemplo, la labranza de conservación, la rotación de suelos, la plantación de cultivos de cobertura en la tierra en barbecho, y el uso de fertilizantes orgánicos.

Críticas al sistema de Carbono

Los programas de compensación de carbono han sido criticados pues permiten a empresas, privados y Estados comprar un balance positivo de carbono, sin la necesidad de reducir sus propias emisiones. En 2021, más de 200 organizaciones no gubernamentales firmaron una carta para oponerse a un proyecto de ley que podría establecer una iniciativa de cultivo de carbono en Estados Unidos. De hecho, algunas empresas transnacionales ya han comprado millones de dólares en bonos de carbono (Dato Crucial 3); pero también hay pequeños productores locales que compran bonos de carbono.

La agricultura del carbono promete capturar cantidades considerables de dicho compuesto (Dato Crucial 4); pero se requieren fuertes inversiones, análisis costosos y ayuda para que los agricultores realicen todos los trámites necesarios para acceder a estos programas.

Preocupación por el acaparamiento de tierras

Las compensaciones de carbono generadas por proyectos de biocombustible o de reforestación han contribuido al acaparamiento de tierras. Un sistema de agricultura del carbono mal diseñado puede reproducir ese problema debido a que la venta de créditos de carbono eleva el valor de las tierras. Aunque, por otra parte, agricultores como Heirbaut señalan que la agricultura del carbono representa una oportunidad para mejorar la salud de sus tierras y obtener ingresos adicionales.