Elena Shao es licenciada en Ciencias Políticas y estudia una maestría en Periodismo en Stanford. Sus principales temas de interés son la transición energética, el cambio climático y la sostenibilidad.

Durante el verano de 2023 las olas de calor afectaron al planeta, provocando que los océanos llegaran a una temperatura máxima en la historia moderna, alejándose de la temperatura media diaria de 1982 a 2022 (dato crucial 1). Desde abril de 2023 la temperatura del océano comenzó a aumentar, manteniendo una tendencia al alza. Con la ola de calor de 2023, la temperatura del océano alcanzó un nivel prácticamente récord al alcanzar 38°C (o 100 grados Fahrenheit).

Gregory Johnson, oceanógrafo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés), mencionó que el incremento de temperatura es asombroso. El Atlántico Norte alcanzó 1.1°C más de lo que se esperaba para el verano de 2023. A finales de julio de 2023, una boya registró una temperatura de más de 38°C en Florida Keys.

En Florida, los arrecifes de coral están siendo afectados por el calor, lo mismo que los ecosistemas marinos y, por ende, las comunidades que dependen de ellos.

De acuerdo con Michelle L’Heureux, climatóloga de NOAA, el aumento de las temperaturas a nivel mundial se puede asociar con el fenómeno climático El Niño que comenzó en junio de 2023. Menciona que el ser humano también ha estimulado el cambio climático. La temperatura del océano comenzó a aumentar aproximadamente a principios del siglo XX y fue en esta misma época en la que aumentaron las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Es peor de lo que esperaban los científicos?

Zeke Hausfather, científico del clima de Berkeley Earth, mencionó que a pesar de que el aumento de la temperatura a nivel global es sorprendente, no es totalmente inesperado, dado que el cambio climático es un fenómeno que está presente.

Se han realizado proyecciones acerca de cómo la temperatura de los océanos aumentaría si las emisiones de gases continúan creciendo al ritmo actual. La temperatura registrada en julio de 2023 se encuentra dentro del rango de las proyecciones, sin embargo, está en el extremo superior (dato crucial 2).

En el Atlántico Norte se han registrado temperaturas más cálidas de las que se esperaban de acuerdo a las proyecciones. Este acontecimiento llevó a los científicos a buscar qué otros factores (además del cambio climático y de El Niño) contribuyen al aumento del calor.

Entre los factores que mencionan se encuentra el fallo de las normas internaciones enfocadas a reducir la contaminación del aire por transporte marítimo; la ausencia de polvo de Sahara (el polvo provoca un efecto refrescante al bloquear la luz solar), y el vapor de agua que llegó a la estratosfera debido a la erupción de un volcán submarino en el Océano Pacífico en 2022.

Algunos análisis sobre el tema indican que tales factores no son suficientes para explicar el aumento de la temperatura superior a lo que se esperaba en 2023. Se considera que las altas temperaturas en el océano continuarán hasta el otoño de 2023, mientras que El Niño continuará intensificándose.

El océano absorbe más calor que la tierra

El océano es el lugar donde más se absorbe el calor, seguido por la tierra, el hielo y la atmósfera, de acuerdo a la siguiente gráfica.

El océano cubre aproximadamente 70% de la superficie de la Tierra y es aquí donde se ha absorbido más de 90% del calor generado por las actividades humanas. Por esta razón, Gregory Johnson sostiene que el océano ayuda a retrasar el calentamiento global al absorber el calor. Sin embargo, en la situación actual, el agua se expande al almacenar más calor, provocando el aumento del nivel del mar. Además, las temperaturas cálidas en el océano brindan las condiciones para los ciclones tropicales y tormentas fluviales atmosféricas.

Un nuevo análisis indica que para final del siglo XXI las altas temperaturas en el océano podrían provocar un debilitamiento o incluso el cierre de las corrientes del océano Atlántico, las cuales regulan una parte del clima en la Tierra.

Todo ello dibuja escenarios de aumentos de las temperaturas al perder el principal sumidero de calor del planeta.