Wendy L. Brown es una filósofa y politóloga estadounidense. Es profesora de "Primera Clase de 1936" de Ciencia Política y miembro central de la Facultad en el Programa de Teoría crítica en la Universidad de California, Berkeley.

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La fuerza de la derecha ha llegado a la democracia liberal del mundo, con cada elección vemos regímenes neonazis, neofascistas, xenofobia, nacionalismo blanco y regímenes autoritarios, además predomina el odio y racismo, antislámicos y antisemitas invadiendo las calles e internet, estos grupos de extrema derecha están saliendo a la luz después de estar bajo las sombras.

Los políticos manipuladores saben cómo trasmitir su mensaje mientras la otra cara de la moneda (centristas, neoliberales mainstreams e izquierdistas) se quedan atónitos. Hay una falsa esperanza de que las fracturas internas y los escándalos de la derecha los lleve a su autodestrucción sin que exista una estrategia seria para poder realizar una alternativa convincente.

La situación nos hace preguntarnos ¿Qué es esto?

La dificultad para entender e incluso nombrar estas fuerzas en ascenso "se debe, en parte, a los cegadores supuestos sobre los valores e instituciones occidentales perennes, especialmente el progreso, la Ilustración y la democracia liberal" (p. 22). Además de extraños acoplamientos entre liberalismo, moralismo, autoritarismo, nacionalismo, odio al Estado, conservadurismo cristiano y racismo; y al mismo tiempo, retoman elementos familiares del neoliberalismo (desregulación del capital, represión de los trabajadores, demonización del Estado y lo político, promulgar la libertad) con postulados incluso opuestos (nacionalismo, refuerzo de la moral tradicional, populismo antielitista y demandas de soluciones estatales a problemas sociales y económicos). De manera que se exhiben públicamente como supuestos superiores moralmente con una conducta "amoral e irrespetuosa". Respaldan la autoridad al mismo tiempo que la ridiculizan.

La lectura tradicional de izquierda se reduce básicamente en afirmar que "en el Norte Global la política económica neoliberal devastó regiones rurales y suburbanas, vaciándolas de trabajos dignos, pensiones, escuelas, servicios; la infraestructura como gasto social se evaporó y el capital persiguió la mano de obra barata y los paraísos fiscales del Sur Global" (p. 23).

Al mismo tiempo se abrió una brecha cultural y religiosa. En las grandes ciudades los habitantes construyen un universo moral y cultural distinto a los habitantes del interior creando una gran distancia, estos habitantes blancos fueron excluidos y desplazados incrementando el racismo, con la premisa de que la equidad e inclusión favorecían a todos menos a ellos. Las agendas políticas generaron en los nuevos desposeídos una experiencia de abandono, traición y rabia.

Los plutócratas conservadores supieron jugar la situación a su favor. La receta de los conservadores neoliberales que operó funcionalmente hasta 2008 combinaba básicamente el patriotismo, el militarismo, el cristianismo, la familia, la retórica racista junto con un capitalismo desenfrenado (p. 24). Esto fue así hasta que la crisis devastó los ingresos, las jubilaciones y la propiedad de los hogares de sus bases blancas en las clases trabajadoras y medias. La respuesta fue incluso un abandono incluso mayor por el gobierno que trató de mitigar el desastre con el rescate a los bancos, dejando en desprovisto a las personas. Derivado de lo anterior, nace una segunda ola contra el neoliberalismo, "desordenada, populista y fea" (p. 25).

Esto se mezcla con una serie de comentaristas de derecha, primero al margen pero conectados gracias al Internet y las redes sociales, que alimentaría parte del actual populismo de derecha, nutrido "directamente de la herida del privilegio destronado que la blanquitud, el cristianismo y la masculinidad garantizaban a aquellos que de otra forma no eran nada, ni nadie" (p. 26).

Con toda esta ola de comentarios de derecha dura se nutre el privilegio blanco, se les atribuye este atropello a las minorías y a los roba-trabajos con muchos mas beneficiarios como las religiones supuestamente terroristas. Los siguientes eslóganes expresan esa situación: «Make America Great Again» [Hagamos Estados Unidos grande otra vez] (Trump); «Francia para los franceses» (Le Pen y el Frente Nacional); «Take back control» [Volver a tomar el control] (Brexit); «Nuestra cultura, nuestro hogar, nuestra Alemania» (Alternativa para Alemania); «Polonia pura, Polonia blanca» (Partido de la Ley y la Justicia polaco); «Que Suecia siga siendo sueca» (Demócratas Suecos). El espíritu agraviado que expresan conecta con los grupos racistas marginales, los católicos de ultraderecha, los cristianos evangélicos y los blancos suburbanos frustrados.

Los principales medios de comunicación y Facebook ampliaron la brecha entre la zona rural y las personas urbanas (cultas, cosmopolitas, razas mixtas, feministas, comunidad LGTB y ateos). Además de la privatización de la educación superior apartando a la generación de las artes y humanidades. Todo esto varia ya sea las políticas neoliberales o la izquierda con sus políticas identitarias o con la vulnerabilidad de la población no educada además del racismo hacia la clase trabajadora blanca.

El Estado-nación y la desigualdad en el norte global además de las migraciones masivas crearon una intensa descomposición. Brown crítica el alcance limitado de las izquierdas que reducen el problema al hablar de la re-emergencia de fascismos de antaño, sin considerar la demonización de lo social y lo político en la gubernamentalidad neoliberal, no reconoce la desintegración de la sociedad y el descrédito del bien público, ni la vinculación entre el ataque a la igualdad y los valores tradicionales para legitimar racismos de legados coloniales y esclavistas, ni tampoco registra el nihilismo intensificado

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La forma antidemocrática de la rebelión se alinea con un fascismo de antaño, no se puede explicar como atacando la igualdad combinando con valores tradicionales se van a legitimar racismos que terminan en la superioridad, además de cómo se va a trasformar la moral tradicional en una batalla política. La racionalidad neoliberal movilizó a las fuerzas democráticas. Con el modo neoliberal y el ataque a la democracia se ha modulado la ley, la cultura y subjetividad política. La situación actual en la política condiciona a la economía.

Estas formaciones autoritarias del nacionalismo blanco movilizan a los abandonados y resentidos diseñados por los ataques neoliberales a la democracia, igualdad y sociedad. Aunado a la ambición nacionalista cristiana por tener a Occidente conquistado.

Estos argumentos de la llamada Sociedad de Mont Pélerin de 1947, tomaron el nombre de neoliberalismo ofreciendo un esquema como el que hoy conocemos sin que ellos lo hayan decidido crear, los regímenes son impulsados tanto por la demagogia neoliberal como de regímenes comunistas de Marx.

Los neoliberales detestan el capitalismo clientelar ya que, al extraer la política de los mercados, no están de acuerdo con la manipulación en las políticas publicas de las industrias y en el sector capitalista. El miedo era la movilización política de la ciudadanía ignorante. El neoliberalismo constituye un presente de calamidades, pero no fue ese su principio si no que con el tiempo se fue creando mediante fracasos y omisiones de las políticas neoliberales incluyendo una gran mezcla de racismo, nihilismo, fatalismo y sobre todo resentimiento.

Así como no se sostiene que el neoliberalismo haya creado una coyuntura actual tampoco se sostiene que el fascismo de antaño este regresando. Se teoriza la forma actual de algo nuevo. No hay un lenguaje que la izquierda use para desacreditar a la derecha. Se centra en el modo en el que el neoliberalismo legitima a la derecha dura y moviliza un discurso de libertad, pero con ataques violentos tratando de volver a asegurar a la hegemonía blanca. Al igual se formula como esta derecha piensa que se lleva a cabo la libertad que pinta la izquierda colocando como responsable al desmoronamiento del tejido social.

Se requiere pensar más allá de como el neoliberalismo se centra únicamente en reducir todo a lo económico, además de analizar la racionalidad neoliberal en cuanto a los origines y características.

La revolución neoliberal de Thatcher-Reagan, orientado del todo a lo que Phillip Mirowski llamó el pensamiento colectivo neoliberal y que Daniel Stedman Jones describe como un tipo de neoliberalismo internacional, todo esto con redes de empresarios, académicos, periodistas y activistas.

Esta revolución apuntaba a liberar los mercados y la moral y así maximizar la libertad, demonizando lo social de la vida política, basado en la libertad, generando orden y evolución espontáneos, sus opuestos radicales son cualquier tipo de política social, planeamiento y justicia deliberada y además administrada por el Estado. El rol de la familia en la revolución neoliberal es un tema del enriquecedor libro de 2016 de Melinda Cooper, Family Values, que revela el reaseguro de las normas patriarcales familiares no como una atracción secundaria, sino como algo profundamente incrustado dentro del bienestar neoliberal y la reforma educativa. Se adentra en la familia tradicional asegurando aspectos del estado social y responsabiliza al hombre individual en lugar de al estado. Es posible poner la razón que une a la moral tradicional con el neoliberalismo y animar a la derecha actual. Para el neoliberalismo de Hayek lo moral y político protege a lo tradicional.

El neoliberalismo progresista apoyo la campaña del matrimonio igualitario sobre la base moral-religiosa. Los conservadores apelaron a la moral tradicional y al libre mercado incluyendo al patriotismo, nativismo y el cristianismo. La superioridad blanca y masculina se apegaba al mercado y moralidad neoliberal.

Tenemos por un lado al mercado desregulado produciendo estratificación, la división sexual y racial que no se remunera correctamente como la limpieza, cuidado infantil de enfermos y cocina, todos estos sostenidos por migrantes y personas de color. Y por el otro, la moral tradicional que rechaza las desigualdades. Esta moral que conecta con el patriotismo que pregona el amor como eran las cosas en el pasado, para esa moral que no tiene miras a la injusticia social y de género.

El ascenso de las políticas antidemocráticas

La socialdemocracia tiene efectos conservadores y los opositores deberían aceptarla ya que en general trae consigo contribuciones y beneficios de interés social, ya que se promueve la educación pública, la seguridad social y salud integral, además de que ayuda a mitigar el conflicto entre de la riqueza, raza y etnias. Todas la contribuciones y beneficios incentiva un gobierno moderado y no un gobierno de la mayoría.

En las ruinas del neoliberalismo se habla de las políticas antidemocráticas, estas impulsadas por ataques a la sociedad, se analiza el proyecto de moral-y-mercado del neoliberalismo, se explora los ataques hacia la democracia además de delinear el proyecto neoliberal para expandir la moral tradicional más allá de las esferas de la familia, se analizan los fallos y por ultimo se explora el nihilismo, fatalismo y supremacía blanca herida.

¿Neoliberalismo? ¿Qué?

El término neoliberalismo donde pocos han llegado a sugerir que su carácter amorfo, proteico y cuestionado presenta dudas sobre su propia existencia. Un cuestionamiento intelectual no invalida su poder, las ideas e instituciones políticas que al parecer se ha moldeado como cualquier otro fenómeno, aunque se siga debatiendo el término. Este fue acuñado en 1938 comúnmente asociado a medidas de privatización de la propiedad publica que reduce al estado social y controla el trabajo produciendo un clima favorable solo para inversores extranjeros.
En Chile en 1973 junto con los Chicago Boys impusieron estas políticas que después se aplicaron en el Sur global ligados a prestamos y deuda. Después tomados por Margaret Thatcher y Ronald Reagan privatizando bienes y servicios públicos, así como la disminución del Estado social. Todo esto se expandió a Europa Occidental llevando de un estado comunista al capitalismo neoliberal en poco tiempo.

La formula del neoliberalismo es un ataque del capitalismo y políticos contra le Estado de bienestar de Keynes, la socialdemocracia y el socialismo de Estado.

Quinn Slobodian enfatiza que el neoliberalismo se concibió intelectualmente y se llevó a la practica como un proyecto global, donde la soberanía del Estado nación pierde poder por las reglas de la Organización mundial de Comercio, el Banco mundial y El Fondo Monetario Internacional. El neoliberalismo intenta desmantelar las barreras al flujo de capitales impuestas por el Estado nación.

La revolución neoliberal fue diseñada para sofocar las expectativas de la clase trabajadora, liberar el capital para alcanzar el trabajo barato demás de crear paraísos fiscales generando estándares bajos de vida para la clase trabajadora y clase media en el norte global.

Al conceptualizar al neoliberalismo como una reprogramación del liberalismo. Foucault define diferente al neoliberalismo, su significado, objetivos y su propósito. Enfatiza el significado como una racionalidad, los principios de mercado se convirtieron en principios de gobierno aplicados por y al Estado, pero que también circulan a través de instituciones y entidades en toda la sociedad: escuelas, lugares de trabajo, clínicas. Todos estos principios han cambiado las necesidades del sujeto (liberalismo clásico) a un sujeto de intercambio y satisfacción (neoliberalismo).

Ahora los mercados necesitan apoyo político. Todo gobierno es para los mercados y está orientado para los principios de mercado. Todos los mercados son buenos, pero no necesariamente naturales o autosuficientes, esto es lo que separa la racionalidad neoliberal del liberalismo económico clásico. Se convierte al trabajo en capital humano y reorganizando al Estado a su favor. Se explica las aproximaciones neomarxistas y foucalultianas al neoliberalismo y rectifica las omisiones de la moral por parte del proyecto neoliberal, se analizan las dimensiones de las trasformaciones neoliberales que han tenido en cuatro décadas.

Del lado del neomarxismo se enfoca en las instituciones, política, relaciones económicas y el alcance del neoliberalismo y como gobierna la razón política y la producción del sujeto. Y de el lado foucaltiano realza los principios del estado, la sociedad y los sujetos, el nuevo valor y valores del neoliberalismo sin enfatizar los nuevos poderes del capital global que el neoliberalismo construye.