Antropobsceno y otros ensayos: medios, materialidad y ecología

Cita: 

Parikka, Jussi [2021], Antropobsceno y otros ensayos: medios, materialidad y ecología, Remediables, 184 pp.

Fuente: 
Libro electrónico
Fecha de publicación: 
2021
Tema: 
La teoría de medios y el tiempo profundo como conceptos para analizar el antropoceno
Idea principal: 
Jussi Parikka es un escritor finlandés, teórico de nuevos medios y profesor. Da clases sobre cultura y estética tecnológica en la Escuela de Arte de Winchester de la Universidad de Southampton.

Introducción

El ensayo escrito por Jussi Parikka trata sobre el antropoceno y el antropobsceno. Se inserta en discusiones sobre las artes mediales, la teoría cultural y la filosofía. Para el autor, el antropoceno es un concepto que hace una descripción de los efectos de la humanidad como especie y sus apetitos científico-tecnológicos sobre la tierra, preocupándose por diversas vejaciones a la vida ambiental y humana, las prácticas corporativas y la cultura tecnológica.

Los precedentes de la idea del antropoceno son la idea de Gaia y el concepto de antropozoica acuñado en el siglo XIX. Antonio Stoppani fue uno de los primeros en formular la idea de que las personas iniciaron un periodo geológico específico. En sus relatos, Stoppani imagina las capas fósiles del futuro compuestas de basura tecnológica o “paleontologías que no sólo tratan sobre la tierra, sino sobre la tierra después de la aparición y los efectos de la ciencia moderna y la tecnología”. El siglo de las ciencias geológicas y la teoría de la evolución fue relevante porque el pensamiento decimonónico consideró de manera implícita a la tierra como un medio. Lo que significa que es interpretada como una especie de dispositivo de registro.

En el contexto de la teoría de los medios hay trabajos que proponen la idea de los medios muertos (los medios que se vuelven paleontológicos) y la de el tiempo profundo de los medios. Este tipo de temáticas del ámbito de la geofísica aparecen cada vez más en otras manifestaciones como festivales de arte. Por ejemplo, el proyecto The critical infrastructure de Jaime Allen y David Gauthier usa metáforas geológicas y geofísicas en el arte medial y en los debates tecnológicos. Eso sucede en un espacio más amplio donde hay un creciente interés respecto a temas como desperdicios electrónicos y energía.

Partiendo desde lo que el autor llama tiempos mediales, los recursos del tiempo profundo de la tierra son los que hacen que la tecnología exista. El surgimiento de la geología en el siglo XIX, aunado a las técnicas mineras que se han desarrollado desde entonces, son fundamentales para la cultura mediática-tecnológica. Instituciones como el Servicio Geológico de Estados Unidos se han convertido en más que organizaciones que se interesan solo en geología. Este tipo de instituciones son lugares de transformación donde la tierra se vuelve un objeto de conocimiento sistematizado. Eso contribuye a que el conocimiento generado sobre los recursos se traslade hacia la producción tecnológica, la geopolítica y la valoración global de los minerales de la tierra.

Tanto la historia de los medios, como las prácticas artísticas han tenido una relación cercana con los materiales de la tierra. Eso ayuda a comprender el énfasis deleuziano en la tierra retomado por Elizabeth Grosz: el vínculo entre la tierra y el arte está condicionado por la existencia de la vida orgánica (la tierra se expresa en un sentido ontológico). Grosz esquematiza el enfoque de Gilles Deleuze en lo arquitectónico como algo que toma prioridad sobre el cuerpo y sostiene que ese impulso territorial define la relación entre las personas y la tierra.

Por otra parte, Robert Smithson habla de la geología abstracta, con lo cual pretende referirse a “cómo la tectónica y la geofísica no solo corresponden a la tierra sino también a la mente; la geología abstracta es un campo en el que la perspectiva geológica se distribuye entre la división de lo orgánico e inorgánico”. La referencia a lo abstracto atrae a quienes tienen inclinaciones deleuzianas (además de que resuena con el concepto de “máquinas abstractas”). Sin embargo, lo que le interesa a Smithson es la materialidad en las prácticas artísticas y reintroducir los metales (es decir, la geología) al estudio. Bajo esta conceptualización, la tecnología es interpretada no como una extensión de la humanidad, sino como un compuesto hecho de materias primas de la tierra.

Este breve ensayo, continúa el autor, opera en el contexto del tiempo profundo. También hace una discusión sobre la noción de los medios que Zielinski dilucida basándose en la arqueología, pero que se convierte en algo más profundo y material, lo que hace abarcar más escalas de tiempo. Por ejemplo, millones de años de historia variantológica de los medios. Para explicar eso, Parikka recurre al concepto de un “tiempo profundo alternativo”. Mientras que su texto es considerado como una parte de un proyecto más grande, que cuestiona las formas de pensar lo subterráneo en la era de la escasez de recursos en medio de una carrera por la energía y de la inversión en el fondo de los mares.

Prikka argumenta que la profundidad de sus minas son lugares esenciales para el surgimiento de una cultura medial técnica que abarca desde el sector del entretenimiento hasta el ejército.

Y respecto a por qué llama obsceno al antropoceno, el autor comenta que “la suma de lo obsceno se explica en sí misma cuando comienza a considerarse las prácticas insostenibles, políticamente engañosas y éticamente sospechosas que sostienen a la cultura tecnológica y sus redes corporativas”. Por ejemplo, la relación entre la extracción del coltano para fabricar celulares, la sangrienta guerra civil en Congo y la explotación infantil laboral.

También se puede ilustrar el punto recordando las consecuencias desastrosas para el medio ambiente que son provocadas por la obsolescencia programada de los medios electrónicos, los costos energéticos, la cultura digital, etc. Entonces, llamarlo antropobceno solo es hacer énfasis en algo que ya se sabía, pero que se evita enfrentar: el terrible impulso causado por la humanidad que nos lleva hacia la sexta extinción de especies. Por lo que ir hacia lo subterráneo es una decisión analítica, pero también ético-estética.

La creación de vocabularios tecnopolíticos de lo geofísico es necesaria incluso en un contexto de la nube y los datos. Por ejemplo, el aspecto físico de PRISM (el programa de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional, o NSA, por su sigla en inglés) se hizo presente mediante las imágenes de servidores solitarios en medio de la nada. Además, adquirieron un nuevo valor político después de la denuncia de Edward Snowden.

Otro caso es el de Brasil, país que aparecía en el mapa de las operaciones de la NSA. A Estados Unidos le interesaba el país sudamericano por el cableado submarino. Uno de los cables principales, el Atlantis 2, conecta el sur de América con Europa y África, lo que facilita la existencia de un nodo de interrupción crucial. Entonces, dicha comunicación generaría una nueva línea de comunicación entre Lisboa y Fortaleza para esquivar las intercepciones de Estados Unidos.

Así, el teórico finlandés propone que hay que observar las realidades subterráneas como las sumergidas. Los suelos, lo flotante y los subsuelos de las infraestructuras de medios condicionan lo que es posible o imposible de ver. Por eso el prefijo de geo en la palabra geopolítica ilustra un aspecto de relaciones de poder y territorios en disputa, ya que la “tierra forma parte de los medios como fuente de recursos y como transmisor”. En ese entendido, “es la tierra política en disputa la que se extiende para ser parte de la infraestructura militar: la tierra oculta intereses políticos y puede moldearse” para volverse parte de una estrategia amplia de poder.

Datos cruciales: 

1. El consumo de indio (In) a partir de la década de los años noventa aumentó; con su punto más alto en 2008.

Nexo con el tema que estudiamos: 
El texto es una aportación desde otra perspectiva teórica que contribuye al entendimiento del antropoceno, el capitaloceno y el colapso civilizatorio. Es necesario integrar una visión amplia que permita analizar la crisis climática y sus consecuencias, ya que es un tema tan complejo que sería imposible que solo una escuela o postura de pensamiento la explique. Lo interesante de este texto es que aporta conceptualizaciones como el tiempo profundo o la geología abstracta.