Beyond petroleum. How Saudi Aramco plans to win the oil endgame

Cita: 

The Economist [2024], "Beyond petroleum. How Saudi Aramco plans to win the oil endgame", The Economist, London, 8 de junio,https://www.economist.com/business/2024/06/02/how-saudi-aramco-plans-to-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 8, 2024
Tema: 
Energías limpias propuestas por empresas altamente contaminantes
Idea principal: 

    Saudí Aramco destaca como empresa petrolera al ser quien cuenta con la mayor producción de petróleo a nivel mundial, tener reservas que fácilmente durarían hasta la mitad del siglo (de acuerdo con sus niveles de extracción actual), tener costos muy bajos que se traducen en cuantiosas ganancias (dato crucial 1) ; y pese a que también contamina como otras empresas petroleras, tiene la ventaja de que al hacer sus extracciones de formaciones rocosas, las emisiones de gases contaminantes son menores.

    Adicional a todas estas características, también es una empresa estratégica para Arabia Saudita. Muhammad bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita y gobernante de facto, busca dejar la dependencia de los productos petroleros, diversificando su economía y descarbonizando su producción energética. Saudi Aramco es considerada como la principal fuente de ingresos para tal proyecto al recaudar enormes cantidades de dinero. En tal sentido, el Gobierno lanza ofertas públicas con las que espera poner en movimiento ese dinero y hacer que los excedentes se queden en el Fondo de Inversión Pública, lugar donde se concentra la riqueza del país (dato crucial 2).

    Ahmad al-Khowaiter, jefe de tecnología e innovación de Aramco, plantea que las fuentes energéticas de Saudí Aramco sean más asequibles y sostenibles en medida de lo posible. El cumplimiento de tal objetivo sigue tres perspectivas.

    La primera es duplicar las extracciones de petróleo, pero que a la vez se realicen de forma limpia (dato crucial 3), manteniendo así sus emisiones (dato crucial 4) bajo control con ayuda de modelos sofisticados y tecnología de perforación inteligente. Sus esfuerzos están concentrados en disminuir las emisiones de gas metano (dato crucial 5) a casi cero para el año 2030 (acorde a un análisis reciente de datos satelitales realizado por Kayrros, una firma de análisis francesa, demostró que Arabia Saudita se posicionó en segundo lugar en emisiones de metano, detrás de Noruega)

    El segundo aspecto implica la diversificación en cuanto a los hidrocarburos. Derivado de esto, Saudí Aramco redujo su producción petrolera en un millón de barriles por día, lo que genera un ahorro en presupuesto (dato crucial 6) para utilizarlo en otras actividades. Por ejemplo, el gas natural (dato crucial 7) cuenta con una extracción más limpia en comparación con el petróleo o el carbón. Además, considerando que las emisiones de CO2 son más concentradas, facilita su captura y almacenamiento. Por otra parte, la petroquímica (dato crucial 8) también es una alternativa, ya que el petróleo es convertido en productos químicos a través de la electricidad (que sustituye el uso de gas natural).

    El último punto a seguir es la descarbonización, con miras en la inversión hacia energías verdes (dato crucial 9). En 2023 la mayoría de las patentes que Saudí Aramco tuvo fueron en Estados Unidos, las cuales se relacionaban a la descarbonización y a tecnologías digitales. Asimismo, la empresa pretende colocar más capital a estos proyectos. Un ejemplo de ello es que tras la visita de Jennifer Granholm, secretaria de energía de Estados Unidos, Saudí Aramco firmó acuerdos con varias startups ecológicas estadounidenses.

    El principal impulso se encuentra dentro de las energías renovables, como la eólica y la solar. Debido a los fuertes vientos y a la radiación en el desierto, resultan ser de bajo costo. De igual manera, esta energía limpia es capaz de producir hidrógeno limpio y verde, lo que podría reemplazar a los hidrocarburos.

    También Saudí Aramco pretende liderar la producción de hidrógeno azul, un hidrógeno derivado del gas natural pero sin altas emisiones de carbono hacia la atmósfera. Saudí Aramco en conjunto con la empresa danesa Topsoe, trabajan para reducir tales emisiones con base en el envío de amoniaco azul (dato crucial 10), del que se puede extraer el hidrógeno, siendo más fácil de transportar, certificándose así como bajos en carbono. La importancia en cuanto a la producción de hidrógeno radica también en que este material se puede utilizar en la producción de combustibles que sean más sostenibles. En tal sentido, Saudi Aramco en alianza con Repsol, una compañía petrolera española, planea la producción de un combustible sintético líquido, bajo en emisiones pero con la misma eficacia que los combustibles convencionales.

    Además del hidrógeno, Saudí Aramco concentra sus ambiciones en la captura de carbono. Es así que las fuentes industriales de carbono de Arabia Saudita provienen de yacimientos petrolíferos o plantas petroquímicas ubicadas en formaciones rocosas (dato crucial 10) que almacenan las emisiones de carbono. Saudí Aramco se ha unido a Linde y SLB para construir un centro en Jubail, en dónde se pretende capturar toneladas de emisiones (dato crucial 12) tanto de la empresa petrolera como de clientes industriales. Estas emisiones quedarían bajo tierra o bien serían utilizadas como fertilizantes. Asimismo, Saudi Aramco se ha aliado a compañías como Siemens y Spirits para la captura directa de aire, con lo que la empresa petrolera disminuiría sus emisiones derivadas de sus operaciones.

    Con todo esto, aún cuando se tiene la fé puesta en las energías verdes, nada garantiza que realmente sean funcionales. Tal situación se ejemplifica con la insuficiente generación de energía eléctrica limpia; también en la extracción de amoníaco azul, que supera el precio del crudo; los combustibles sintéticos, que podrían ser más costosos tanto en dinero como en consumo energético; por último, los altos costos en el sector de la extracción de carbono. Es por ello la urgencia de Saudí Aramco por proveer de más tecnologías verdes para seguir obteniendo ganancias, a la par de tratar de hacer productos cada vez más ecológicos.

Datos cruciales: 

    1) Saudi Aramco produce 11 millones de barriles de petróleo al día, más que cualquier otra empresa y una décima parte del total mundial. Cuenta con las mayores reservas probadas de este material, que duraría hasta la segunda mitad del siglo al ritmo de bombeo actual. Para su producción únicamente requiere de 3 dólares por barril, lo que generó 282 000 millones de dólares en ganancias en 2022 y 2023.

    En la figura 1 se muestra la producción de las empresas petroleras, enfatizando la producción con la que cuenta Saudi Aramco.

    2) El 2 de junio lanzó una oferta secundaria de acciones largamente esperada, con la esperanza de recaudar 13 000 millones de dólares a cambio de solo 0.7% de sus acciones en manos del gobierno. Esto siguió a una oferta pública inicial récord de 30 000 millones de dólares en 2019.

    3) Saudi Aramco planea gastar entre 48 000 y 58 000 millones de dólares este año en inversiones de capital. De acuerdo con la consultora Wood Mackenzie, se calcula que desembolsará más de 200 000 millones de dólares en exploración y producción entre 2024 y 2030.

    4) Saudi Aramco tiene el compromiso de no emitir gases netos de efecto invernadero para 2050, una década antes del objetivo nacional de Arabia Saudita.

    5) A partir de 2012, Saudi Aramco ha quemado menos de 1% de metano, en comparación con 4% que Estados Unidos emitió.

    6) Aproximadamente 40 000 millones de dólares de gasto de capital que habría consumido entre 2024 y 2028 pueden utilizarse en otros lugares.

    7) Saudi Aramco busca producir 165 000 millones de metros cúbicos de gas al año para 2030, frente a los 110 000 millones de 2022.

    8) La petroquímica podría absorber otros 100 000 millones de dólares en inversiones saudíes esta década. La empresa planea destinar 1 millón de barriles de su petróleo a la fabricación de este tipo de productos. Sabic, una empresa petroquímica saudí en la que Aramco tiene una participación de 70%, está trabajando con dos gigantes industriales, Basf y Linde, convirtiendo el petróleo en productos químicos.

    9) La décima parte del gasto de capital de Saudi Aramco (equivalente a 4 000-5 000 millones de dólares al año) y una sexta parte de su presupuesto de investigación y desarrollo (otros 540 millones de dólares) se destinan a inversiones no relacionadas con los hidrocarburos.

    La figura 2 muestra que Saudi Aramco se ha convertido en uno de los mayores inversores en cuanto a energía verde.

    10) Saudi Aramco planea producir 11 millones de toneladas de amoníaco azul por año para 2030, que representa una quinta parte de lo que la Agencia Internacional de Energía, espera que sea el mercado global para este material.

    11) La figura 3 expone los mapas que muestran la posición de los yacimientos petrolíferos en formaciones rocosas, así como las ubicaciones de las plantas petroquímicas y/o campos petroleros en los que se puede realizar el secuestro de carbono durante las extracciones de gas natural o de petróleo.

    12) La ambición a largo plazo de la compañía es capturar 44 millones de toneladas de CO2 al año, lo equivalente a alrededor de 7% de las emisiones saudíes actuales. Según los expertos, podría alcanzar su objetivo inicial de 6 millones de toneladas a partir de 2026.

Nexo con el tema que estudiamos: 

    Las grandes empresas, en este caso Saudi Aramco, cada vez pretenden tener mayor cobertura en cuanto a su capital. Tal es así que esta empresa petrolera ya no solo centra sus esfuerzos en crecer más dentro del ramo petrolero, sino que también busca expandirse a nuevos horizontes, como las energías verdes.

    Pese a que denotan cierta preocupación por el medio ambiente, no se puede dejar de lado que el principal beneficio que se busca es el económico, incrementando la competencia entre las empresas del mismo ramo e incursionando en nuevos sectores.