El doble objetivo del ecosocialismo democrático

Cita: 

Hickel, Jason [2024], "El doble objetivo del ecosocialismo democrático", Nuestra Bandera. Reflexiones críticas en torno a la transición energética, (262): 25-32, Madrid, https://pce.es/media/uploads/2024/05/14/e5cfa71940f04c77872ecdea8a2ef557...

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2024
Tema: 
La lucha contra la crisis social y ambiental desde el ecosocialismo democrático
Idea principal: 

    Jason Hickel es un reconocido antropólogo y economista; profesor en el Instituto de Ciencia y Tecnología Medioambiental de la Universidad Politécnica de Barcelona


    La naturaleza de la crisis que enfrentamos en el siglo XXI, señala Hickel, es tanto ecológica como social (dato crucial 1). Los impactos ambientales y sociales, aunque más visibles -argumenta- no se limitan únicamente a la "periferia" del sistema mundial sino también a los considerados países desarrollados de "centro" (datos cruciales 1 y 2). Las diferencias económicas entre naciones, causadas por las dinámicas de ajuste estructural e intercambio desigual -señala-, son a su vez agudizadas por las desigualdades raza-generó. Es por estos hechos que la reflexión crítica de Hickel busca mostrar contundentemente que: "Ningún programa político que prometa analizar y resolver la crisis ecológica puede esperar tener éxito si no analiza y resuelve simultáneamente [...] la crisis social". Resolver una sin la otra se vuelve así, entonces, una contradicción que acelera la agonía y "produce monstruos".

    Para el, la crisis es innegablemente un impulso del sistema productivo en el que vivimos, donde el carácter "antidemocrático" es también la condición de su propia existencia. En este, señala Hickel, la producción no se organiza de forma democrática en aras del bienestar común. Es el capital (grandes corporaciones, firmas financieras, el 1% de la población mundial) el que -en contraste con satisfacer necesidades humanas, sociales o ecológicas- ordena y determina el trabajo colectivo y los recursos planetarios en función de sus necesidades: la maximizacion y acumulacion de ganancias. El capitalismo, apunta, no solo determina lo que producimos, sino también "en qué condiciones y cómo se usará y distribuirá el excedente que generamos":

    El capital dirige las finanzas hacia productos altamente rentables. A esto se le suman claras dimensiones imperialistas de apropiación del "Norte global" sobre el territorio, trabajo y capacidad productiva de los países del Sur[1]. Para Hickel el proceso de acumulación de capital depende en última instancia de "drenar mano de obra y recursos de la periferia"; perpetuar la idea de que mientras haya "plátanos para Chiquita, algodón para Zara, café para Starbucks, móviles para Apple y coltán para Tesla [...]", a precios artificialmente deprimidos, "producir alimentos, viviendas, atención médica [...]" es una cuestión secundaria.

    De acuerdo con Hickel, es el proceso de "desperdicio de trabajo" ya descrito en "La conquista del pan" -dónde se produce demasiado, pero no suficiente de lo necesario- el que explica esta aparente contradicción. Los altos niveles de producción y el desperdicio, así como la "miseria" y desposesión, son mutuamente dependientes y necesarios para satisfacer las estructuras económicas de nuestra época. Rescatando a Kropotkin, Hickel destaca que no se necesitaría producir mucho para garantizar una vida digna para todos en el planeta, por lo que se podría -argumenta- repensar y reorganizar el sistema productivo de una forma mas justa y democrática para garantizar, así, el bienestar para todos.

    El desafío ecológico es, sin embargo, la otra cuestión apremiante. En el contexto en el que nos encontramos es importante no sólo lograr el bienestar para todos sino también reducir la producción menos necesaria; deshacerse del exceso de energía, avanzar en la descarbonización, "volver" a nuestros límites planetarios. Pero esto -enfatiza- resulta imposible dentro del sistema económico y productivo en el que nos encontramos por el simple hecho de que tiende a pensar de forma indefinida la producción, el crecimiento y la acumulación.

    Como solución Hickel propone "un objetivo revolucionario" para nuestra generación: el control democrático sobre las finanzas y la producción mundial; construir de una nueva economía sobre metas como el bienestar social y la ecología. En un nuevo sistema -piensa- debemos distinguir entre la "producción socialmente necesaria" y las formas de "producción destructivas y menos necesarias" que -retomando las investigaciones sobre el "decrecimiento"- necesitamos reducir (combustibles fósiles e industrias destructivas como carne industrial, fast fashion, armas automóviles).

    La nueva economía -destaca- debe centrarse en ejes como la desmercantilización de servicios públicos (educación, vivienda, medicina, transporte, agua, etc.), la construcción de grandes obras públicas con capacidad renovable y nuevas garantías de empleo; proyectos colectivos, socialmente necesarios y democráticos, con salarios dignos.

    Su propuesta no solo busca terminar con el desempleo y con la inseguridad económica, sino también lograr objetivos ecológicamente necesarios para contrarrestar la crisis climática. Todas estas medidas -recalca Hickel- deben estar adaptadas a nuestra realidad material y ecología, así como a los principios de la justicia decolonial y social; medidas como los impuestos a la riqueza y la "proporción" de ingresos máximos son necesarias -enfatiza- en un planeta donde el sobreconsumo nos afecta a todos.

    Es importante tener en cuenta, según añade Hickel, las ideas de "decrecimiento" como un "elemento" más dentro de una lucha más amplia, que se desarrolla en los paramentos del ecosocialismo y el anti-imperialismo. La desigualdad "norte global y sur global" sirve entonces para crear una vision internacional de la transición productiva y ecológica. Mientras que el consumo debe disminuir en el centro del sistema mundial, la "periferia" debe reorganizarse y recuperarse, poniendo fin a procesos de ajuste estructural, cancelando la deudas externas, garantizando políticas industriales y fiscales progresistas. En muchos casos -destaca Hickel- los países del sur deben "aumentar las capacidades productivas para satisfacer las necesidades humanas [...] convergiendo hacia niveles suficientes para el bienestar universal y compatibles con la estabilidad ecológica".

    Al final queda claro que alcanzar la justicia social y llegar hasta la transición ecológica requiere grandes esfuerzos, como apunta el texto. En su reflexión destaca que estos deben venir no solo dentro del movimiento ecologista, sino de todas y todos los sectores de la sociedad en una lucha interseccional. Para Hickel es importante y necesario tejer vínculos de unión para contrarrestar el status quo de las cosas, entre la lucha ambiental, la defensa de los medios de vida de la clase trabajadora, la política social y, sobre todo, con los movimientos del sur global y su lucha contra las dinámicas imperiales, las cuales son en gran medida el sustento del sistema productivo mundial (dato crucial 4). Solo así argumenta Hickel en el capitulo, mediante la unidad, podemos lograr grandes cambios hacia una economía mundial verdaderamente justa.


    Notas

    [1] Para apoyar su afirmación Hickel citada su investigación Imperialist appropriation in the world economy: Drain from the global South through unequal exchange, 1990–2015 (https://doi.org/10.1016/j.gloenvcha.2022.102467), donde cuantifica materialmente la apropiación neta de los recursos del Sur durante el período 1990-2015. Véase en el los gráficos "Resource drain from the South" (recursos drenados del Sur), que muestran el intercambio desigual de materias primas, tierra, energía y trabajo desde el Sur.

Datos cruciales: 

    1) A los impactos ecológicos que conllevan el cambio climático y la superación de los límites planetarios se le suman los problemas sociales; Más del 40% de la población mundial no tiene acceso a una alimentación nutritiva, 50% carece de servicios de saneamiento gestionados de forma segura y 70% no tiene acceso a la atención médica básica.

    2) Casi la mitad de la población de Estados Unidos -160 millones de personas- no puede pagar el acceso a la sanidad, en Reino Unido 4,3 millones de niños viven en la pobreza y en la Union Europea 90 millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza.

    3) La población de superricos mundial consume casi el 72% del presupuesto de carbono global que aun queda para mantener el planeta por debajo del incremento de 1,5 °C en la temperatura de la tierra.

    4) El 90% del trabajo que sustenta la economía mundial proviene de los trabajadores y campesinos de la periferia. El sur también posee la mayoría de las tierras cultivables y recursos críticos del mundo.

Trabajo de Fuentes: 

Kropotkin, Priotr (2022). La conquista del pan. Editorial Penguin Clásicos.

Hickel, J., Dorninger, C., Wieland, H., & Suwandi, I. [2022]. Imperialist appropriation in the world economy: Drain from the global South through unequal exchange, 1990–2015. Global Environmental Change, 73, 102467. https://doi.org/10.1016/J.GLOENVCHA.2022.102467

Nexo con el tema que estudiamos: 

    "El doble objetivo del ecosocialismo democrático" resalta como un importante análisis de la economia mundial y su estado actual. Los objetivos ecológicos y sociales, su crítica al sistema productivo e intercambio desigual entre el norte y el sur, asi como la propuesta de una nueva economía, son elementos valiosos para construir estrategias de combate y adaptación frente a la depredacion ambiental, añadiendo -además- importantes matices socioeconomicos a tener en cuenta.

    A su ves, nos ayuda a comprender como el capital transnacional influye de lleno en la gobernanza mundial. El sistema productivo actual se organiza entorno a los intereses de las grandes empresas, traspasando los límites ecosistemicos y generando, en consecuencia, nuevas problemáticas que deben ser analizadas y atendidas en su complejidad de la relacion "estado, la sociedad y el capital". Lleva a reflexionar al proyecto sobre las contradicciones e implicaciones dentro del sistema de producción mundial, asi como sobre el origen y tracendencia de los movimientos sociales en su interior.